La llegada a la ciudadela portuguesa, el 15 de agosto, de la presidente de los Focolares, acompañada por el copresidente, coincide con la fiesta de la Asunción de María. La liturgia habla de la exultación del niño en el seno de Isabel. Un signo que hace decir a la presidente: “¡Será el viaje de la exultación!”. La acogida en el aeropuerto y después en la ciudadela parece confirmarlo. Hay un numeroso grupo esperándolos, con una coreografía digna de la “creatividad del amor”: un pórtico recubierto de flores de colores brillantes, dos campinos (campesinos a caballo con coloridos trajes tradicionales), la música, las familias, los niños…

El 16 de agosto se dedica a la visita a la  ciudadela Arco-Íris, que cumple 15 años de vida. De hecho, en el ’96 había sido adquirido un terreno en Abrigada, una localidad situada a unos 50 kilómetros de Lisboa, con el aporte de todas las comunidades lusitanas.

Empiezan por el cementerio para visitar las “piedras vivas” de la ciudadela. Son ya 8, casi como para indicar que la Espiritualidad de la unidad en Portugal ha echado raíces profundas. Se detienen delante del rostro radiante de Eduardo Guedes, focolarino y primer gen portugués. María Voce – como había hecho pocos días antes de que Eduardo nos dejara- le confía a los jóvenes y en especial, el inminente Genfest.

Prosiguen con la visita a la sede de la Editorial y de la revista Cidade Nova: son 12 las personas comprometidas, más los colaboradores externos; 3.000 las suscripciones a la revista; hay una buena producción de libros. “Las oficinas son bellas, sobrias, esenciales”, comenta la presidente, subrayando la importancia de la unidad entre todos que da vida y difunde un mensaje válido y creíble.

Llega el turno de los gen: una explosión de alegría entre los 30 presentes reunidos para la ocasión. María Voce y Giancarlo Faletti se encuentran con las dos casitas, que son puntos de referencia para todos los gen portugueses y donde algunos habitan durante cierto período. Estudian o trabajan en Lisboa, o en los alrededores. Mónica es fisioterapista en un ambulatorio que funciona en la ciudadela: “Para mí es un gran don estar aquí. La presencia de Jesús entre nosotros, en la casita, con los habitantes de la ciudadela, en el trabajo… me empuja a vivir el Ideal de la unidad, también cuando me relaciono con otras personas”.  Tiago, 24 años, está por graduarse de Medicina: “Mi compromiso es tratar de vivir sempre en la volutad de Dios. Siento que así ‘somos juntos Jesús’ que construye la ciudadela y la vida de cada uno de nosotros”. María Voce lo anima a donar la vida del Evangelio a todos, “que explote” doquier. Hay que recordar que cada 1° de mayo alrededor de mil jóvenes se dan cita en la ciudadela.

¡La próxima etapa son las familias! Son cinco, de las cuales dos de la ciudadela y las otras de los alrededores. “Estamos aquí desde hace 10 años, hemos visto nacer la ciudadela” – dicen José y Conceição Maia, la primera familia que se transfirió con sus seis hijos. “Nosotros llegamos hace tres años –cuentan Tonì y Idalina Nogueira,  con cinco hijos –. ¡Somos felices! Hacemos una experiencia nueva, tanto como familia que como comunidad. Todos los días algunos de nosotros nos vamos juntos a Lisboa, quien por trabajo y quien por estudio, y volvemos juntos, concluyendo la jornada con la misa en la ciudadela”. María Voce subraya la importancia de las familias, no sólo para la ciudadela, sino también para la Iglesia y la humanidad y afirma: “Lo que cuenta es la novedad de la vida evangélica, que no se debe dar por descontada; por lo tanto, hay que volver a empezar siempre, cada día, sin preocuparse”. Y Giancarlo Faletti:Son bellísimas sus casas, pero todavía más importante es el camino que han recorrido como familia, superando las varias dificultades!”.

En la tarde van el polígono empresarial “Giosi Guella”, inaugurado en el 2010, con tres empresas de  Economía de Comunión en funcionamiento y una decena esparcidas en el país y conectadas con él.

Después, la visita al armonioso Centro Mariápolis, que posee una sala para 200 personas, 60 cupos para dormir y acoge un promedio de 5.000 huéspedes al año.

Se prevén nuevos desarrollos, como expresión del crecimiento del Movimiento en Portugal: visitan el terreno donde surgirá la casa de las “voluntarias de Dios”, y allí enterraron la medallita de la Virgen, en un clima de alegría y conmoción; y el proyecto (realizado por dos jóvenes arquitectas) de una serie de casitas.

La intensa jornada se concluye con la Misa, animada por canciones interpretadas al estilo Fado, el alma del pueblo portugués, como dirá María Voce en el saludo final: “Hemos vivido el primer día en Portugal con una alegría creciente”; y refiriéndose a las canciones ponía en evidencia el valor de la interpretación. Después, recordando que  Chiara Lubich invitaba a interpretar en la tierra la parte de Jesús, auguraba que emerja de este pueblo el “Jesús portugués” don para todos los otros pueblos. Giancarlo Faletti agregó: “Una jornada llena de Dios… ¡Tenemos motivos para exhultar!”. Y la presidente todavía: “ahora vivimos la alegría. Ahora la Virgen canta todavía el Magníficat”.

Del enviado Gustavo Clariá

Foto © M. Conceicao / M. Freitas

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