“Una linda noticia”. Un título realmente adecuado para el convenio internacional que se realizó el 18 de octubre en el Municipio de Roma. Con el intendente, Gianni Alemanno, Roma ofrece a sus ciudadanos una jornada de careo y diálogo sobre la nueva evangelización. Los huéspedes son algunos padres sinodales de la asamblea organizada por Benedicto XVI justamente sobre la nueva evangelización y algunos laicos auditores del mismo Sínodo: María Voce, presidente del Movimiento de los Focolares, Francesco Miano, presidente de la Acción católica italiana y Chiara Amirante, fundadora y presidente de la Comunidad Nuovi Orizzonti.

Si alguien pensaba que el cristianismo era algo aburrido, en cambio, aquí pudo sentir alegría; quien consideraba que la evangelización fuese la imposición de prohibiciones de una religión del tipo “no se puede hacer”, vio en cambio que el Evangelio vivido lleva consigo una fuerza transformadora; y si alguien creía que la religión era un hecho privado se habrá dado cuenta que ser laicos comprometidos quiere decir cambiar la vida personal e incidir también en la sociedad. Y si alguien creía que el Sínodo era un encuentro para “algunos” que se desarrollaba dentro de los muros del Vaticano y allí terminaba, hoy pudo experimentar que el Sínodo llegaba también a la ciudad.

El tema ciudad se evidencia fuertemente. Esta Roma, que con sus monumentos, sus antiguas basílicas muestra las raíces milenarias del cristianismo, testimonia por sí sola la belleza también a aquél que llega de lugares donde el Evangelio no es aún conocido, pero se precisa que todo esto no quede como en un “museo”, como sugiere padre Lombardi, director de la Radio vaticana y de la Sala de Imprenta Vaticana, es necesario que se comprenda cómo “la evangelización que da esperanza no es un tema extraño en una gran ciudad como Roma”

Un tema este, que aparece también en la intervención de María Voce, quien además de relatar cómo el Movimiento de los Focolares nació del Evangelio y del Evangelio extrae el sentido profundo de su acción en los más variados ámbitos del obrar humano en todas las latitudes, recuerda que la misma Chiara Lubich, cuando recibió en enero del 2000 la ciudadanía honoraria de Roma, dio impulso a una obra de evangelización de la ciudad, esa evangelización que fue llamada Operación Roma Amor.

Francesco Miano testimonia en qué medida la fe es motor del cambio de la vida cotidiana, personal, familiar, social, política. La revolución que la fe introduce en la existencia de quien ha llegado hasta su fondo, “el infierno”, lo cuenta Chiara Amirante, testigo de verdaderas y propias “resurrecciones”, re-nacimientos de personas que fueron tocadas por el amor de Dios, y que vieron que es posible experimentar la plenitud de la alegría.

La alegría: tal vez es el término más repetido en las distintas intervenciones y no es solo un concepto explicado, es una experiencia de vida. Y entonces se comprende porqué quien tiene una linda noticia no puede conservarla para sí mismo, sino que son varias las modalidades de expresarla, sea en Europa como en Africa, en América Latina, en Asia, como cuentan los distintos padres sinodales presentes y hoy son nuevos los instrumentos y el lenguaje por el mundo digital en que vivimos.

Fuente:  Città Nuova – 18-10-2012

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