«Las ráfagas de disparos y los ataque aéreos hacen difíciles las comunicaciones. La situación de la periferia de Damasco es cada vez más dramática. Basta escuchar el eco repetido de los disparos del cañón también durante la noche, y el paso de los aviones para darnos cuenta de que ¡todavía no hemos llegado a la palabra tregua! Sin embargo la esperamos. Y la pedimos. Lo supe a través de Rim quien propuso el time-out por la paz a todas sus alumnas, la gran mayoría musulmanas, de un Centro donde se hospedan y aprenden sastrería.

La otra noche llamé por teléfono a Maryam de Homs, para tener noticias, desde hacía tiempo no lograba encontrarla. Me confirma que también según su parecer se necesita una intervención clara de Dios, que nos ayude a no perder la fe. Desde hace diez meses está refugiada en un pueblito cercano. La casa de sus padres ya no existe pero su anciano padre no lo sabe, sería demasiado para él. El hijo de Maryam regresó de Raqqa donde se había transferido para poder seguir en la universidad porque también allí la situación se puso muy difícil. Me dice que a finales del mes tendrán que dejar la casa que alquilaron: “¿dónde iremos?”.

«Hoy hablé con Luna de Aleppo. Me cuenta que están intentando poner en marcha una pequeña actividad económica casera (mermeladas, mantelería y otra cosa), con Marah, Yasmina y algunos amigos, y encontrar una posibilidad para vender estos productos. Me dice: «Muchos de nosotros estamos agradecidos por haber recibido ayuda para comprar pan o un litro de gasoil para la calefacción pero ¡queremos trabajar!».

«Enseguida pienso en las calles sitiadas o en el riesgo de los saqueos pero le aseguro que no dejaremos que de pierda esta propuesta. A Luna la conozco desde hace tiempo. No me sorprende su determinación. También conozco a su hermano Nader y a la familia de él, dos espléndidos niños muy inteligentes.

«Hasta hace dos años Nader junto a su papá y a su hermano mayor administraban una carpintería muy conocida en la ciudad, de muebles con un acabado excelente. Desde hace almenos seis meses ya no trabajan. Me dice Luna: «¡Si no encontramos otra forma de subsistir ante las necesidades de nuestras familias, también nosotros tendremos que tocar a las puertas de las iglesias, para pedir ayuda!».

«¡Cuánta mentira es ese: “Si vis pacem para bellum” (si quieres la paz prepara la guerra)! Aprendido en la escuela. Si quieres la paz prepara hombres nuevos, diría yo, que razonen con las categorías de la fraternidad, la justicia, la solidaridad, el amor, la auténtica libertad ».

«El obispo latino habla de que, según su parecer, se necesitan al menos dos generaciones antes de poder sanar las heridas que esta guerra dejará en el país (¡pero sólo si se logra detener pronto!) cuya causa, también aquí tantos están convencidos de ello, es fundamentalmente de naturaleza económica y política.

«Mucha gente quisiera hacer algo para terminar con estos proyectos insensatos y malignos. Pero hay también quien, y no son pocos en cambio, se reúnen para rezar, y no sólo a las 12 para el time-out por la paz lanzado por el Movimiento de los Focolares, que también aquí tratamos de divulgar y de dar a conocer hablándole a conocidos y a amigos, se reúnen hombres de todas las religiones, que se encuentran hasta por casualidad para rezar».

Fuente: Città Nuova

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