“Vayan adelante sin dejarse robar la esperanza”, este es el mensaje que el  Papa Francisco dirigió a los jóvenes presos de la cárcel de menores de Casal del Marmo de Roma cuando terminó la celebración eucarística del Jueves Santo. Durante la liturgia el Papa lavó los pies a 12 jóvenes presos de nacionalidades y confesiones distintas. Entre ellos había dos chicas, una italiana católica y una de Serbia, musulmana. El Papa Bergoglio nos está acostumbrando cada día a gestos fuertes, no habituales y a menudo revolucionarios. En especial esta acción nos impresiona, por el lugar en que se desarrolló y por el hecho de que el Papa no quiso que estuvieran las cámaras de televisión.

arlo Tedde es un empresario social de Economía de comunión y presidente de un consorcio de cooperativas sociales en Cerdeña, el Consorzio Solidarietà. Es además representante de Confcooperative Cerdeña y trabajó varios años en la Cooperativa Elan que se ocupa de la lavandería de la cárcel de menores de Cagliari.

Carlo, ¿que impresión te produjo este gesto del Papa?

«Me parece que expresa la radicalidad del cristianismo: hoy, en un mundo en que parece que lo que cuenta es sólo la apariencia, éste no es un hecho realizado “para aparecer”. Es un gesto fortísimo pero también sencillo, realizado con alegría por un Papa que lo hace porque cree en el valor de esta acción. Un hecho que nos hace volver a la pureza del mensaje de Jesús y nos ayuda a ver la esencia del cristianismo».

¿Cómo lees este episodio: que el Papa Bergoglio haya elegido una cárcel de menores para celebrar el Jueves Santo?

«Para mí es algo muy importante. Tengo una experiencia personal en este punto: en un momento muy difícil de mi vida estuve en una cárcel de menores en Inglaterra. Después de haber llegado a tocar el fondo de mi vida, sentía que tenía dentro una energía fortísima, la de un muchacho que tiene toda la vida por delante, una energía que iba dirigida en la dirección de la esperanza.

En aquél momento, cuando también mi familia se había cansado de mis maldades, en aquella estructura encontré personas que tuvieron confianza en mí y esto me dio el entusiasmo que me permitió recomenzar.

Ayer la decisión del Papa de lavar los pies “a los más pequeños” y la elección de un tipo de estructura que a menudo, por la burocracia sofocante, no logra hacer lo que tendría que hacer, quiso dar esperanza. Su gesto representa la fuerza de una fe que nace de las cosas más simples, de los últimos; de los “últimos” que, pensándolo bien, son también “los primeros”, nuestros jóvenes. La esperanza es contagiosa, darles esperanza a ellos significa dar esperanza a todos».

de Antonella Ferrucci

Fuente: EdC online

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