David es miembro de la Acción Católica, tiene 24 años y afirma que la elección de estudiar en Sophia es una de las más acertadas que ha hecho en su vida. Como representante de los estudiantes, presenta a sus colegas: actualmente son casi 80, contando a los que están inscritos en las especialidades y doctorados.

Vanessa previene de Líbano. Conoce desde pequeña el Movimiento de los Focolaes, pero en determinado momento, la búsqueda de la verdad, del sentido de la vida, de Dios, le genera una profunda inquietud.

Confiando en la propuesta que le hace un amigo focolarino decide estudiar en Sophia, como última posibilidad de reencontrar ese Dios de quien duda que exista. Sophia demuestra ser una experiencia exigente, pero donde comprende que no está sola en esta búsqueda.

Emmanuele, 24 años, de Génova, está graduado en Filosofía y ahora cursa el segundo año de Sophia, experimenta cómo el Instituto universitario da a todos, más allá de la pertenencia o no al Movimiento de los Focolares, la posibilidad de llegar a los fundamentos del carisma de la unidad, partiendo del corazón de la particular experiencia de luz que Chiara Lubich vivió en el ’49, durante la cual recibió de Dios las intuiciones fundamentales de la Obra que habría nacido posteriormente. “En Sophia -afirma- la dimensión universal del carisma de Chiara es comprendida inclusive por aquellos que no forman parte del Movimiento”.

Lorenzo se presenta definiéndose como un estudiante atípico. Tiene 47 años, un trabajo estable y descubrió la existencia de Sophia cuando fue invitado a intervenir en un debate económico en el que se hablaba también de la Economia di Comunione. Para él, la propuesta nueva de una economía “civil” lo abrió a nuevas perspectivas. Y así como le ocurrió a él, piensa que lo mismo le puede suceder a muchas “personas que ya estudiaron o tienen un trabajo”.

(C) SIF LoppianoLía del Paraguay asiste al segundo año de orientación política. Dirige una pregunta a la presidente de los Focolares, vice gran canciller del Instituto Universitario, sobre la particularidad de la experiencia, constituida por el estudio y la vida. Maria Voce explica: “Una dificultad puede ser vista como un obstáculo o como un desafío para dar un paso adelante. El desafío de la convivencia entre ustedes les permite testimoniar la fraternidad universal, idea básica del Movimiento y de Sophia. ¿Cómo se hace para dar testimonio de la comprensión recíproca, de la superación de diversas visiones si no se tiene la experiencia concreta? Viniendo aquí ustedes adhirieron a un proyecto distinto que los ha fascinado, de lo contrario habrían buscado otra cosa. Este proyecto tiene la raíz en una luz extraordinaria, en un “sueño” que en realidad es un esfuerzo cotidiano. Ustedes fueron elegidos para esto y están realizando una experiencia importante, están experimentando que es construir la fraternidad: el esfuerzo no los debe asustar, ni tampoco puede ser una experiencia fácil, porque se trata de algo muy grande”. Ninguno se retrae ante el compromiso exigido y tampoco la presidente quien concluye admitiendo: “Necesitamos tener la apertura de creer que nuestra raíz está en un sueño que nació de Dios, que fue transmitido a través de Chiara y que exige el compromiso de quienes deben convertir este sueño en realidad. Es una gran responsabilidad para almas grandes”

Aurora Nicosia

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