Vivo en una pequeña ciudad cerca de El Paso, en Texas (USA), cerca de la frontera con México.  Aunque el lugar no ofrece muchas posibilidades, yo crecí con principios basados en el arte de amar, que me enseñaron en el centro educativo de los Focolares que frecuentaba cuando era niño. Creciendo empezamos un grupo juvenil de Chicos por la unidad.

Aunque este grupo era pequeño tenía impacto en la ciudad. Nuestro primer proyecto se llamó “colorear nuestra ciudad”, y fue lanzado por los Chicos por la Unidad en todo el mundo. No quería decir pintar la ciudad, sino devolverle la alegría y mucha energía positiva. Una de las iniciativas fue plantar árboles en las estaciones de autobús. Estas plantas no sólo ofrecen oxígeno para el ambiente, sino que proveen también sombra a los ciudadanos que esperan el autobús.

Otras iniciativas: recoger útiles escolares para los niños de México, envío de cartas de apoyo a las víctimas del terremoto en Haití y, recientemente, visitas a un instituto para ancianos para hacerles compañía.

Siempre hemos recibido el apoyo de nuestro alcalde, quien no sólo nos ha concedido distintos permisos para nuestros proyectos sino que también nos ha dado su apoyo para realizar un cambio positivo en la ciudad.

Aunque El Paso es bastante seguro, debido a su ubicación limítrofe, las personas se ven expuestas frecuentemente a la violencia, a las injusticias y a la pobreza. Por eso queríamos encontrar la forma de transmitir los valores de la paz, la fraternidad y el amor por la juventud, no sólo en El Paso sino también en Ciudad Juárez, la localidad que consideramos “gemela”, que está situada del otro lado y que es considerada una de las ciudades más peligrosas de México. De este modo nos comprometimos a lanzar un programa radial precisamente en Ciudad Juárez. Necesitamos tres meses para obtener el permiso, pero al final logramos crear una hora de programa llamado “Chicos por la unidad – Donde sólo el amor puede cambiar el mundo”.

Durante más de un año, todas las semanas pasábamos la frontera con México para salir al aire. Compartimos nuestras iniciativas y las experiencias de cómo tratamos de poner en práctica el arte de amar en la vida cotidiana.

Al inicio. el programa estaba dedicado a los chicos pero muy pronto decidimos abrir nuestro mensaje a todos. Los radioescuchas enviaban su feedback mediante el teléfono o por mensajes al sitio web de la radio. Una vez, realizamos un programa en directo. Fuimos a un restaurante en El Paso desde donde la radio transmitió en vivo. Nos ofrecieron un programa de una hora. La velada consistía en juegos, compartir la Palabra de Dios y nuestras experiencias de cómo amar a los otros.

Los programas radiales eran bellos y divertidos, pero no siempre todo era fácil. De hecho algunos de nosotros abandonaron el grupo, pero no permitimos desanimarnos, por el contrario , tratamos de mantener todavía más vivo el principio que es amarnos entre nosotros. ¡Después de más o menos un año, se sumaron otros chicos y nuestros eventos se reforzaron! La iniciativa más reciente se llama “Teens Got Talent Show” (“Show de jóvenes talentos”), para promover la unidad y el espíritu de servicio. Hemos invitado a los jóvenes a compartir sus talentos con la comunidad. En el evento se desarrollaron dos ediciones en una biblioteca local y otra en una institución para ancianos. Algunos han demostrado tener talentos increíbles y, la cosa más bella es que no pretenden que se les pague con dinero, sino con el aplauso y una multitud feliz.

José Castro

Fuente: Living City online https://livingcitymagazine.com/On_air_in_Ciudad_Juarez

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