El compromiso común por la paz. He aquí el vínculo inmediato entre la delegación de los Jóvenes por un Mundo Unido (JMU) y el Nóbel por la Paz 1987, Óscar Arias Sánchez, presidente de Costa Rica en aquel año. Arias se encontraba en Roma con motivo de una conferencia a la comunidad de San Egidio sobre el Tratado Internacional del comercio de armas, aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas. También tenía una audiencia con el Papa Francisco.

El objetivo del encuentro era encontrar formas de colaboración con la “Fundación Arias por la paz y desarrollo humano” , dado que también los JMU trabajan por la paz y la fraternidad. Los jóvenes presentes, de varias nacionalidades, desplegaron la historia de su trabajo por la paz. Partieron de la recolección de las 350 mil firmas recogidas en Ginebra (noviembre de 1985) durante la guerra fría entre las Embajadas de la URSS y Estados Unidos. Luego recordaron el lanzamiento del Time-Out de Chiara Lubich (septiembre de 1990) durante la crisis del Golfo Pérsico, el Premio Unesco para la Educación para la paz que recibió Chiara Lubich (mes de diciembre de 1996), el encuentro anual de la Semana por un Mundo Unido, el Genfest de Budapest de 2012 en el cual se lanzó el United World Project (Proyecto Mundo Unido) y el reciente encuentro de María Voce en Amán, Jordania, con las comunidades de los Focolares en Medio Oriente,  con el posterior concierto por la paz celebrado por los JMU de los países en conflicto.

El premio Nóbel presentó a los jóvenes lo que la “Fundación Arias para la Paz y el Progreso entre los hombres” viene realizando desde su nacimiento. Les comunicó sus actuales dificultades y sus sueños. Por ejemplo, construir un “Museo de la Paz”, dado que ya existen muchos museos de guerra. Además, les propuso   apoyar su iniciativa del “Tratado sobre el Comercio de Armas” (Arms Trade Treaty), aprobado este año por las Naciones Unidas (ONU) para frenar el comercio de armas pequeñas y livianas, según él, las que causan mayor cantidad de víctimas a nivel mundial.

Sostenido por su experiencia como Presidente de una nación que por Constitución no tiene un ejército militar, Arias afirmó que la disminución de la carrera armamentista permitiría a muchos países el poder compartir recursos económicos que se destinen a solucionar cuestiones sociales como por ejemplo, el acceso a la educación, a la salud, a la protección del ambiente y en primer lugar, a resolver el drama de la pobreza en el mundo. Concluyendo, subrayó la necesidad de que los jóvenes   estudien y se preparen para construir una cultura de paz y fraternidad, porque: “en un mundo donde parece prevalecer el egoísmo y la avaricia –agregó- los jóvenes son los primeros  llamados a  introducir nuevos valores en la sociedad, como la solidaridad, el compartir sufrimientos, la generosidad y el amor”

Antes de saludarnos, en una atmósfera muy cordial – cuenta Olga de Costa Rica – quiso adherir personalmente a nuestro proyecto (Proyecto Mundo Unido), firmando el compromiso de vivir la cultura de la fraternidad, uniéndose así a los 62.000 firmantes de todo el mundo que pertenecen a este proyecto”. No sucede todos los días que uno se pueda encontrar con una personalidad de este nivel – agrega Iggy de Nueva Zelanda: una persona culta, sabia, concreta, pero sobre todo, muy sencilla. Con él me sentí de verdad, en familia”. La conversación se prolongó durante una hora en la cual se pudieron compartir objetivos e iniciativas.

La próxima cita importante para los Jóvenes por un Mundo Unido será el  próximo mes de octubre en el forum de los jóvenes en la Unesco. “Será una oportunidad – concluyen los jóvenes que participarán en nombre de JMU, sección juvenil de New Humanity- de  poder contar sobre nuestro ideal de fraternidad.

No comment

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *