Juntos es posible

Algunos de mis compañeros de liceo provienen de los suburbios donde  existe marginación. Ellos sufrieron experiencias muy desagradables. El primer año me resultó muy difícil pues me sentía aislado. Me hice amigo de un muchacho que, como yo, quería vivir el cristianismo. Nos pusimos de acuerdo para dirigirnos sobre todo a los compañeros más pobres y a los que estaban sumergidos en graves problemas. Frente a nuestra escuela había una comunidad de discapacitados. Sentimos el impulso de ir a visitarlos para ayudarlos y para que se sintieran menos solos y desafortunados. Involucramos en esta experiencia a algunos compañeros nuestros. Los dos últimos años de liceo fueron muy buenos por las lindas experiencias que hicimos entre todos. (G. Z. – Italia)

La foto más linda

Soy un fotógrafo profesional y siempre observo todo y a todas las personas bajo el punto de vista de mi profesión. Siempre miro a las personas y a las cosas que están a mí alrededor como si me pertenecieran. ¿Qué tiene que ver Dios y el amor con la fotografía? Sin embargo hay algo en mi trabajo que no me da satisfacción. Un día en un congreso, en el momento en que estoy por sacar la foto más linda de mi vida (¡los fotógrafos pensamos siempre así!), alguien me toca en el hombro diciendo mi nombre. Es casi automático un pensamiento: ¿saco la foto o respondo al que me llama en este momento? Un momento de suspensión y dejo la cámara. Una alegría profunda me invade.  (M. T.- Argentina)

Dos bolsas

En la calle encontramos a una joven desesperada: su madre se había ido dejándole plata sólo para tres días y ya había pasado más de una semana y todavía la mamá no había vuelto. Decidimos ayudarla dándole todo lo que teníamos en ese momento. Ella se quedó asombrada y feliz por este gesto, porque así le pudo dar de comer a sus dos hermanos. Cuando llegamos a casa, vinieron dos religiosas a visitarnos con dos bolsas llenas de alimentos para nosotros: mucho más de lo que habíamos dado. Vimos que se cumplió la frase del Evangelio: «Den y se les dará». (O. M. F.-Bolivia)

Fuente: El Evangelio del día,  noviembre de 2013, Editorial Città Nuova.

No comment

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *