© Foto: AFP

«Para nuestra pequeña y variada comunidad –nos escriben-, compuesta por cristianos de varias Iglesias y de musulmanes, es un momento para la oración,  la solidaridad, para compartir el sufrimiento de estos hermanos y hermanas. Y para confiar, una vez más, con fe en Dios, el futuro de nuestro país. También el Papa Francisco rezó “por la mina de Turquía, y por cuantos están atrapados en las galerías”. La noticia fue comunicada al país con profundo agradecimiento».

Hasta el momento, oficialmente las víctimas son 282, pero el número podría seguir aumentando (tal vez es mucho más alto). Al superponerse los dos turnos de trabajadores precisamente a la hora de los acontecimientos, lamentablemente se duplicó  el número de personas que quedaron atrapadas en las minas de carbón de Soma, ubicadas a 120 km. de Smirne, en donde hace dos días tuvo lugar la explosión. Son por lo menos 80 los heridos, pero todavía siguen desaparecidas varias decenas de trabajadores. El gobierno ha decretado tres días de luto nacional ante la peor tragedia industrial ocurrida en Turquía

Impresionan profundamente las imágenes que provienen del lugar del desastre, y en especial la dignidad de esta gente, acostumbrada al trabajo durísimo de sus hombres y chicos, algunos muy jóvenes. Mientras lo ayudaban a subir a la camilla, un minero, recién salido del túnel preguntó ante el temor de ensuciar la sábana blanca.: ¿Tengo que quitarme las botas?”

Hay protestas en el país. Son demasiado frecuentes los desastres en el trabajo. Mientras  el gobierno no consigue ofrecer una imagen de auténtica cercanía y preocupación por su pueblo,  también esta vez, los datos, el entorno y las implicaciones de lo sucedido parecen confusos.  En Turquía, el número de víctimas inocentes tiene una triste primacía. Según lossindicatos, en el 2013 fueron 5000 las víctimas en el trabajo, el 19% de ellos dentro de las minas. Turquía ocupa el primer lugar en Europa en accidentes laborales y el tercero a nivel mundial.

Además, el desastre ha tenido lugar en un momento muy delicado de la vida social y política de Turquía, después de las últimas elecciones administrativas que tienen a la cabeza al partido de Erdogan, que se prepara para las presidenciales de agosto. La tensión de los tiempos de la plaza Taksim está latente, por lo que puede explotar una nueva rebelión . Los sindicatos han convocado a un día de huelga general, medida excepcional  en este país, donde la defensa de los derechos de los trabajadores tiene aún  mucho camino que recorrer.

«El obispo de la Iglesia latina católica de Estambul –concluyen-, expresó en un mensaje a las autoridades, su participación ante el dolor de la nación y su cercanía con las familias de las víctimas».

Fuente: Movimiento de los Focolares

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