¡El Señor es grande!
Un día, mientras estaba yendo al trabajo, encontré en el tren a una señora que conozco de vista porque frecuenta mi iglesia. Nos saludamos y empezamos a hablar. Me dice: «Veo que usted está casado ¿tiene hijos?». «Respondo que sí, que soy el padre de dos bellísimas chicas de quienes me siento orgulloso. Cuando a mi vez le pregunto por sus hijos estalla en llanto delante de todos los pasajeros, para mi gran incomodidad. Le pido disculpas, y ella me cuenta su situación: «Ayer después de haber examinado el resultado de unos análisis mi ginecólogo me dijo que no podré ser mamá. Para mí, que estoy casada desde hace nueve años, fue un gran dolor». La escucho con interés, después la invito a que no se resigne y que siga teniendo fe en Dios. También yo voy a rezar. Tres semanas después vuelvo a encontrar a la misma señora a la salida de la misa: radiante, me estaba esperando para contarme un linda noticia: «Estoy embarazada desde hace tres semanas ¡El Señor es grande!». Después de nueve meses nace Emanuel, un niño bellísimo.
W.U. – Roma

Trabajo de traducción
Tenía necesidad de dinero y había encontrado un trabajo: haciendo traducciones. Un día una amiga me cuenta que estaba pasando un momento difícil económicamente. Le ofrezco que compartamos el trabajo que estoy haciendo. Ese mismo día me ofrecieron otro trabajo que me permitía ganar el doble de lo que le había ofrecido a mi amiga.
E. M. – Azzorre

El compañero de escuela
Un día, un compañero de clase empezó a tirar por los aires los libros y cuadernos, imprecando contra Dios: «¿Por qué no estás cuando me sirve? ¿Qué estás haciendo allá arriba?». No sabía por qué actuaba así hasta que me enteré que a su mamá la tenían que operar de cáncer. Me quedé cerca, compartiendo con él este gran dolor, y al final, juntos, pedimos a Jesús que saliera bien la operación. También otras compañeras rezaron. La clase parecía transformada: este episodio nos había unido. La cirugía salió bien y todos agradecimos a Dios.
J.S. – Alemania

3 Comments

  • Grazie che ogni mese ci offrite queste preziose esperenze sulla Parola di Vita. mi incoraggiano, ci incoraggiano a vivere la Parola del mese sentendomi insieme.

  • Dio sia benedetto!!! sempre lodato e ringraziato.
    Lui opera sempre quando Lui lo ritiene opportuno e quando chiediamo gli uni per gli altri…
    Ciao! e grazie delle vostre esperienze.
    Forse un giorno, alla fine, vi racconterò la mia.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *