Burundi. «En 1994, esta área sufrió eventos dramáticos, cuentan los funcionarios de la Asociación AMU . La población se vio envuelta en homicidios, represalias, robos, destrucción masiva de casas y bienes. Las condiciones de vida y de higiene son todavía hoy muy deplorables, y afectan sobre todo a las mujeres y a los niños. Las familias vulnerables de estas municipalidades son muy numerosas y muchos de sus niños no van a la escuela; a menudo están conformadas por mujeres solas con hijos, debilitadas por años de guerra y de privaciones, y no tienen recursos de ningún tipo, ni perspectivas de mejoría».

En el curso del 2014, se inició junto con la asociación local CASOBU, un nuevo proyecto en el área metropolitana de Buyumbura, en colaboración con la Asociación Hombre Mundo de Treviso (Italia) y con el co-financiamiento de la Región italiana de Véneto.

En la elaboración del proyecto, en diálogo con los beneficiarios, las instituciones y el personal de CASOBU,  identificaron algunas necesidades prioritarias. Para un total de 1.500 personas, se tratará de responder con una serie de actividades a favor de 250 familias vulnerables.

Camerún. Se concluyó la construcción del pozo de agua de Nega (Camerún), que se ha convertido en un centro de encuentro donde compartir. «Se puede decir que todos, grandes, pequeños, ancianos, han participado en la construcción del pozo – “AMU Notizie” n. 4/2013) – mediante la mano de obra y el transporte de piedra y arena. Un pequeño aporte anual para el mantenimiento es solicitado a cada familia según las posibilidades de cada uno, gracias a la venta de cacao y otros productos cultivados. Esta participación directa hace que todos sientan el pozo como algo propio, como un bien que hay que tutelar».

Anteriormente los habitantes de la aldea habían sido informados  y formados, en los encuentros de la comunidad, sobre el cuidado del pozo y sobre cómo utilizar el agua con responsabilidad. El pozo además ha sido construido en un sitio de paso, de modo que los viajeros lo pueden aprovechar.

El padre Simón Pierre, sacerdote de la parroquia local escribe: «Sin exagerar podemos decir que la construcción del pozo ha producido frutos visibles en la aldea. Todos beben agua potable y por lo tanto hay una mejoría en la salud. Por ejemplo, ha disminuido el número de personas con problemas abdominales. El pozo se ha convertido en un lugar de encuentro donde las personas comparten entre ellas y esto contribuye a unir a la comunidad».

Fuente: AMU Notizie n. 2/2014

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