201411Panie-1«Domingo 22 de noviembre. Es de tarde. En el focolar de Kinshasa tocan el timbre. Frente a la puerta se estaciona un auto impresionante – escribe Edi-. Vemos que baja del auto una señora que milita en uno de los partidos políticos más importantes del gobierno congolés. La mujer baja del auto acompañada por su guardaespalda y trae un gran paquete.

Nos alegramos al ver que es Georgine, ex-diputada, comprometida todavía hoy en política y que ahora se ocupa de las madres carenciadas. La conocimos hace poco. El paquete pesado que trae en los brazos contiene panie congoleses, un tejido típico con el que se confeccionan los trajes tradicionales de mujer y de hombre.

“Quise venir a visitarlas – nos dice- , porque supe que perdieron una valija….Con estos panie podrán confeccionarse nuevos trajes”. Ella trae panie muy costosos, que equivalen por lo menos a dos sueldos mensuales, suficientes para nosotros y para otras personas.

Hacía algunos días, una de nosotras, que volvía de un congreso de Roma, había perdido en el avión su maleta. La valija contenía no sólo sus trajes, sino también la “comunión de bienes” que en Italia le habían dado para los pobres. Este   hecho nos había ocasionado mucho dolor. Quedamos por tanto asombradas y en el Focolar comenzamos a bailar ¡una danza espontánea alrededor de la señora! Pero, ¿cómo surge este gesto de una persona que apenas nos conoce?»

201411Panie-2Lo que sucedió fue esto: yendo a la Misa de mañana, la señora observó que una de las jóvenes, en lugar de quitar el polvo solamente de su banco, lo hacía también de los otros bancos, sin que nadie se lo pidiera. Le vino curiosidad y quiso conocer la vida de estas jóvenes. Quedó muy impresionada.

«Después de haber bailado a su alrededor para agradecerle- escriben- Georgine nos explica el motivo de su gesto: “Quería agradecer a nuestro Dios por la presencia de ustedes y compartir la alegría que tengo en el corazón ¡porque ustedes existen! Aquel a quien ustedes siguen no se olvida de sus hijas. En este mundo de tinieblas donde reinan las fuerzas del mal, ustedes viven como corderos en medio de los lobos. No es fácil vivir en medio del mundo y haberse donado a Él. Pero sean valientes, ustedes son la luz para el mundo”. Luego fuimos juntas a nuestra pequeña capilla para agradecer al Señor».

Del Focolar de Kinshasa

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