Migrants_boat crossing
Foto: Francesco Pecoraro/AP

El Movimiento político por la unidad (MPPU), expresión en el ámbito político del Movimiento de los Focolares, hace sentir su voz ante el drama migratorio hacia Europa, voz que se suma a las de tantas asociaciones y gente sensible de todo el mundo.

«El plan presentado por la cumbre europea sobre la migración –escriben- que fue convocado de urgencia después de la enésima tragedia sucedida en el Canal de Sicilia con su pesadísimo balance de vidas perdidas, extiende el área de intervención de las operaciones de vigilancia marítima Tritón y Poseidón, de forma que los barcos dedicados a estas dos misiones, que fueron aumentados gracias a la triplicación de los recursos financieros, puedan ir más allá de las 30 millas costeras de los países de la UE. Todavía quedan acciones dentro del mandato de Frontex cuya función es la vigilancia marítima dentro de las 30 millas de la costa europea y no una política migratoria integral».

El MPPU denuncia que el plan contiene en sí mismo una fuerte contradicción: «De hecho, los Estados de la Unión, no han demostrado absolutamente la misma disponibilidad para acoger a los inmigrantes, como si no tuvieran que llegar más. Sin embargo todos sabemos que destruir las frágiles bancazas, si bien (podría ser) que en parte desanimara a los traficantes de seres humanos, ciertamente no va a servir para salvar a todas las víctimas de las migraciones ilegales, ni para detener el flujo migratorio». De hecho sabemos por las noticias de estos días que, en Macedonia, un tren atropelló y mató a 14 inmigrantes que caminaban a los largo de los rieles en la ruta que sigue la vía terrestre.

«Una política seria de la Unión Europea (y no sólo) en materia de migración –prosigue el llamado- debería tener una perspectiva muy diferente y distinguir tres ámbitos distintos de iniciativa y acción pública y política. En primer lugar es necesario dar una señal fuerte de que se están activando todos los recursos disponibles a nivel institucional, de infraestructura, humanos y financieros en los países de acogida con el fin de encaminar una vasta movilización que pueda responder a la emergencia con instrumentos adecuados y en forma concreta, inmediata y eficaz. La acogida temporal de los emigrantes y de los refugiados se debe repartir equitativamente en el territorio, tomando en cuenta las estructuras disponibles, la composición y consistencia de la población residente y la presencia de redes locales que puedan intervenir en forma solidaria, organizada y responsable».

El llamado continúa dando ejemplos ya en acto de acogida y solidaridad y afirma que «el Movimiento político por la unidad asegura su total apoyo humano y político a todos aquellos funcionarios, llamados en este período, a asumir decisiones difíciles a menudo impopulares (…) Es un deber de todo administrador público, tanto a nivel local, como nacional o internacional, hacer comprender la razón de las medidas de emergencia de hospitalidad, adoptadas en el pleno respeto de los derechos y de las expectativas de las comunidades políticas, sin por ello sustraerse de los deberes humanitarios que exigen dar una respuesta a exigencias inmediatas y elementales de otros seres humanos».

«En segundo lugar – continúa el texto del MPPU, es necesario que la Unión Europea aclare la equivocación fundamental que mina las bases de cualquier política seria de gestión del flujo migratorio. No se puede hablar de un papel más incisivo de las instituciones presentes en Bruselas si al mismo tiempo no se le da a la Unión Europea la necesaria competencia y los recursos humanos y financieros que se requieren para que los Estados miembros, incluyendo los del Mediterráneo, puedan desarrollar las funciones que hasta ahora no han querido compartir en una perspectiva de verdadera integración».

«En tercer lugar – concluye el llamado –, los fenómenos migratorios que se manifiestan en el Mediterráneo tienen causas geográficamente y políticamente todavía más amplias, incluida la misma ingobernabilidad de Libia, Somalia y grandes regiones del África subsahariana, sin contar con el desmantelamiento en acto de los contextos de la región de Medio Oriente, en especial de Siria e Irak. La vastedad y complejidad de las cuestiones políticas, económicas, sociales y culturales que caracterizan dichas áreas exigiría ´la movilización de la comunidad internacional, empezando por las Naciones Unidas, con el fin de poner en marcha un plan de intervenciones y de medidas de emergencia , superando las contraposiciones y los vetos entrecruzados».

Llamamiento del Movimiento Político por la Unidad  (texto integral en italiano)

www.mppu.org

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