Jesús Morán © Fabio Bertagnin - CSC Audiovisivi
Jesús Morán © Fabio Bertagnin – CSC Audiovisivi

«Hace veinte años en esta prestigiosa sede, Chiara Lubich describía la relación entre la cultura de la unidad y la paz, presentando la experiencia del Movimiento de los Focolares en el mundo. Esta experiencia – decía- estaba al servicio del mutuo reconocimiento de la dignidad de cada uno, favorecía un estilo de vida comunitario, derribaba las barreras artificiales que producían desconfianza, hostilidad y enemistad, y sobre todo presentaba la idea clave para un nuevo orden mundial basado en la visión de la paz: la Humanidad como familia, con Dios Padre, fuente de amor infinito para todos y cada uno. Y mientras se levantaban vientos de guerra en la Humanidad de entonces, Chiara Lubich ponía en evidencia las muchas iniciativas y experiencias que evidenciaban el camino de la búsqueda de la unidad entre las personas, las comunidades, los pueblos.

Hace veinte años el mundo era distinto. Estaba afectado por numerosos conflictos, que se presentaban de manera más bien localizada e implicaban a unos determinados grupos beligerantes. La guerra es, hoy día, un drama de mil rostros. A las guerras entre los Estados se añaden las guerras en el interior de los Estados, entre las etnias, entre los grupos políticos y comunidades religiosas.

[…] También los instrumentos de la guerra han cambiado. Es evidente que actualmente las guerras se manifiestan con frecuencia en los inéditos campos de batalla de los mercados financieros y económicos, para la obtención de las materias primas y de los recursos energéticos, para conquistar nuevos mercados.

La aparición y el desarrollo de nuevos conflictos exige también a las culturas de paz, encontrar respuestas nuevas y actuales.

[…] La espiritualidad de Chiara Lubich, centrada en la unidad, puede aportar una contribución a las actuales culturas de paz. El Movimiento de los Focolares está comprometido, junto a otras organizaciones, en estos ámbitos. Está presente en aproximadamente 180 Países del mundo, y en muchos de ellos representa una especie de ‘escuadrón’ que trabaja por la unidad y la paz. Permítanme recordar aquí, que actualmente existe una comunidad de los Focolares en Alepo, en Siria, que ofrece espacios para compartir y solidaridad recíproca a una población martirizada por la guerra.

[…] Nadie puede salvarse por sí mismo, nadie puede esperar ser feliz solo.

Jesús Morán © Fabio Bertagnin - CSC Audiovisivi
Jesús Morán © Fabio Bertagnin – CSC Audiovisivi

[…] En el centro de nuestra experiencia no se encuentra una entidad colectiva, no existe un “nosotros” impersonal, sino una persona: la persona de Jesús. Por tanto, es Jesús quien lleva su paz. Es más, Jesús nos indica la medida radical con la cual tendríamos que actuar para curar cada herida, para sanar cada problema, para resolver cada conflicto. Amar como Él nos ha amado, hasta subirse a la cruz por amor a la Humanidad.

[…] No hay otra solución salvo iniciar procesos de diálogo que involucren diferentes culturas, diferentes credos, distintas concepciones del mundo, orientados al mutuo reconocimiento, a la cooperación internacional, a la promoción de la solidaridad y del bien común. Éstas son las características de una comunidad fundada sobre un estilo de vida que busca la unidad.

[…] Ésta es la cultura de paz que nace de la unidad. Su eficacia se puso en evidencia el pasado mes de septiembre en Asís, en el encuentro de diálogo entre las religiones y las culturas, después de treinta años del primer y gran encuentro deseado por San Juan Pablo II.

El Movimiento de los Focolares está al servicio de esta prospectiva, que actualmente se considera determinante para pacificar un mundo cada vez más interdependiente. La profecía del mensaje de Chiara Lubich, que fue premiada hace veinte años por la UNESCO, resuena hoy día eficaz y  más actual que nunca».

 

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