Se sigue acogiendo a miles de refugiados, sobre todo venezolanos; en Perú el aporte de los Focolares, narrado por Gustavo Clariá.

Yo ya conocía el contenido del “Mensaje para la 105° Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2019” del Papa Francisco. Pero escuchándolo ahora, con unos cien migrantes, la mayoría de los cuales venezolanos, fue distinto: era nuevo y muy impactante, especialmente en algunos pasajes.

Migranti 8Es cierto que una hora antes, mientras la gente llegaba al “Centro Fiore” de Lima, gestionado por el Movimiento de los Focolares y donde algunas personas están abocadas a la acogida de los migrantes – venezolanos en particular– había yo tenido la ocasión de saludar y conocer a muchos de ellos. Los había escuchado cuando me contaban los motivos por los que habían dejado su país, sus dolores, la angustia de partir dejando a su esposa, sus hijos o sus padres ya ancianos, y el esfuerzo – a menudo inútil – por ayudarlos, enviándoles sumas de dinero. Me habían hablado de su soledad, el rechazo, la discriminación, de cómo eran acusados aquí de quitarles el trabajo a la gente del lugar, de sentirse observados con difidencia e incluso con sospecha.

Sus emociones me ayudaron a comprender de una manera diferente las palabras del Papa y captar más en profundidad la importancia del contenido de su mensaje; aprendí a mirar lo que está detrás de todo esto, que ha sido definido como un fenómeno: las estadísticas dicen que hoy son 70,8 millones de personas, en todo el mundo, que se ven obligadas a huir de su propio país; y de éstas alrededor de 25,9 millones son refugiados. Un número impresionante.
Francisco resume la respuesta al reto de las migraciones con cuatro verbos: acoger, proteger, promover e integrar. No están dirigidos solamente a los migrantes y refugiados, sino a todos, como explica el papa Francisco: “la misión de la Iglesia es para todos los habitantes de las periferias existenciales”, especialmente “los migrantes, a menudo los más vulnerables”.

Migranti 3Tras la lectura del mensaje, hecha por Silvano Roggero, venezolano hijo de italianos y miembro de la Comisión Internacional para los Migrantes de los Focolares, se compartieron algunos de sus testimonios: “Hemos llegado a través de la Iglesia Luterana –empieza Koromoto, de Venezuela–. Al comienzo teníamos mucho miedo: ¿qué nos esperará aquí, cómo haremos? Pero su acogida fue generosa y nos sentimos en familia, como hoy con todos ustedes, junto a los Focolares”.

Impresiona la actitud de los migrantes, llenos de gratitud hacia el país que los acoge, y el deseo de integrarse, aun permaneciendo muy vinculados a sus raíces, y de ayudar a la distancia a sus familias que quedaron en la patria; quieren corresponder a su vez por todo lo que han recibido.
La jornada prosigue con un almuerzo juntos, en un clima de fiesta, como en una familia, mientras algunos entonan cantos nativos y se acrecientan el conocimiento y el deseo de volverse a encontrar, peruanos y venezolanos (y otros también), para seguir viviendo en sus vidas los cuatro verbos propuestos por el papa Francisco.

Gustavo E. Clariá

http://w2.vatican.va/content/francesco/it/messages/migration/documents/papa-francesco_20190527_world-migrants-day-2019.html

No comment

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *