© Domenico Salmaso - CSC Audiovisivi


“Se puede ser muy fuertes aun siendo mansos y abiertos a las buenas razones de los demás”, más aún, “sólo así uno es realmente fuerte”: ésta es la enseñanza de Chiara Lubich en las palabras de Mattarella, que acoge la invitación de Maria Voce al “extremismo del diálogo”

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El jefe de Estado italiano estuvo en el Centro Mariápolis “Chiara Lubich” de Cadine (en la provincia de Trento), y participó con un discurso apasionado recordando a la fundadora de los Focolares, en el Centenario del nacimiento. Lo recibieron María Voce, presidente del Movimiento, y las autoridades locales, junto con la ciudadanía: más de 400 personas estaban presentes en la sala, alrededor de otras 500 en las salas conectadas a Cadine y en Trento, y más de veinte mil las visualizaciones por streaming. La dimensión artística, con la dirección de Fernando Muraca, hizo de fondo a la narración, recorriendo los momentos más significativos de la vida de Chiara como mujer en relación.

Entre sonidos e imágenes, se entrelazaron las voces de las autoridades civiles y eclesiales. El presidente de la Provincia Autónoma de Trento, Maurizio Fugatti, hizó hincapié en que Chiara representa, junto con figuras como De Gasperi, “la excelencia de esta tierra”. Un territorio, la región del Trentino, del que puso en luz tres características: la fuerza de voluntad, el Movimiento cooperativista, el ser tierra de frontera. “Chiara supo interpretar esta pertenencia -afirmó– lo cual es también un rasgo distintivo de nuestra autonomía, de nuestra especificidad”.

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El arzobispo de Trento, Mons. Lauro Tisi, agradeciendo a su predecesor Carlo De Ferrari que en su época captó “la mano de Dios” en la espiritualidad de Chiara Lubich, recordó que “si hoy el carisma abraza a toda la humanidad se lo debemos a este obispo, que lo protegió”; e indicó en la provocación de “Cristo abandonado” su gran actualidad. Alessandro Andreatta, alcalde de Trento, expresó su alegría al recordar “la muchacha que hace casi ochenta años atrás se puso al servicio de los pobres” y que “sigue aún hoy invitándonos a la apertura, a la acogida, al compromiso por los otros, con los otros. Porque desde el comienzo la de Chiara no fue una experiencia personal, aislada, solitaria, sino un compromiso que sólo se entiende si se lo ve a la luz del paradigma de la relación”.

Luego se transmitieron numerosos testimonios, que dicen la tenacidad en la vida de todos los días de personas que han estado y están inspiradas por Chiara y su carisma en su actividad: como Amy Uelman, docente de ética y derecho en la Georgetown University de Washington, que forma a sus estudiantes a afrontar temas conflictivos evitando choques; los empresarios Lawrence Chong y Stanislaw Lencz, que con sus empresas contribuyen a una economía solidaria y sustentable; Arthur Ngoy y Florance Mwanabute, médicos congoleses que se dedican al cuidado de los más débiles y a la formación sanitaria; y la historia de Yacine, migrante argelino, acogido como un hermano por algunos jóvenes italianos luego del difícil viaje a través de los Balcanes. Pero también el testimonio del ex alcalde de Trento, Alberto Pacher, que junto a profesores y estudiantes acogió la invitación –la llamada telefónica de un niño– de donde nacieron los proyectos Tuttopace y Trento, una ciudad para educar.

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“La luz donada a Chiara supera las fronteras del Movimiento de los Focolaes y llega a alentar e inspirar a muchos otros, mujeres y hombres de buena voluntad en todas partes del mundo, como este aniversario demuestra”, afirmó la presidente de los Focolares María Voce. “Como cada uno de ustedes, percibo a Chiara viva, presente, activa, cercana todos los días. Ella nos impulsa a ir más allá de todas las fronteras con coraje”. E invitó a todos con fuerza: “A esta sociedad que pareciera no tener raíces ni metas, hay que responderle con radicalidad, con el “extremismo del diálogo”, alimentado por la cultura de la confianza”.

Como conclusión de la velada, el largo y apasionado discurso del Presidente de la República Italana, que individualizó en particular en la fraternidad, aplicada a la actividad civil y política, el código distintivo de la espiritualidad de Chiara Lubich; le reservó también un caluroso recuerdo a Igino Giordani, a quien Mattarella conoció, y que de esta espiritualidad fue intérprete de primer nivel. Una fraternidad que es “fundamento di civilización y motor de bienestar”, pues sin ella “corremos el riesgo de no tener la fuerza para superar las desigualdades y sanar las fracturas sociales”. Chiara Lubich, proponiendo con vigor la cultura del don y del diálogo, en particular interreligioso que “en esta estación histórica es decisivo para la paz”, había intuido “con espíritu de profecía” cuál era el camino que había que seguir. Una enseñanza que deja ver que “podemos ser muy fuertes aun siendo mansos y abiertos a las buenas razones de los demás. Diría más, para decirlo con total sinceridad, como lo demuestra la vida de Chiara Lubich, solamente así somos realmente fuertes”.

Stefania Tanesini

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