Diario de la Asamblea general /2, del 25 de enero de 2021

El segundo día de la Asamblea general de los Focolares comenzó con una oración ecuménica presentada por los participantes de distintas Iglesias. Se dirigieron a Jesús en su abandono en la cruz, para que ayude a cada uno a “crecer en la escucha recíproca”; enseñe a “acoger juntos al Espíritu Santo” y “el grito actual de la humanidad” para “ser instrumentos de unidad”.

Después se procede a algunas votaciones -que ayer no pudieron hacerse- necesarias para adaptar el reglamento de la Asamblea a la modalidad telemática.

Con un breve retraso, por lo tanto, se abre el retiro espiritual para todos los participantes que terminará el miércoles 27 de enero. Se trata de un momento constitutivo de la Asamblea como expresan los Estatutos del Movimiento, “para que los electores (…) sean dóciles a la gracia del Espíritu Santo”.

El primer tema elegido sitúa a los participantes frente a la que se podría definir como la clave de acceso a la mística de Chiara Lubich: un pacto solemne, que la fundadora hizo el 16 de julio de 1949 en las montañas, las Dolomitas (en el norte de Italia), con el escritor y político Igino Giordani, cofundador del Movimiento. En ese pacto -subraya el Padre Fabio Ciardi, Oblato de María Inmaculada y teólogo de la vida consagrada- Chiara Lubich e Igino Giordani habían pedido a Jesús, que habían recibido poco antes en la Eucaristía, que creara él mismo la unidad entre ellos, sirviéndose de su plena y recíproca disponibilidad a recibir al otro, a dar valor al pensamiento del otro y abrir así un espacio que permita al Espíritu Santo abrirse camino.

Vicky y Vic

Se subraya además que el perdón y la misericordia están a la base de este pacto y los participantes son invitados enseguida a poner en práctica esa premisa. En efecto, quien quiere puede ponerse en contacto con cualquier participantes con quien desease reconciliarse, antes de formular este pacto -todos juntos y cada uno en su propio idioma- en una oración global que supera todas las fronteras.

Somjit, budista tailandés

Distintas historias y experiencias demostraron luego como esta mística comunitaria puede traducirse en vida: desde Filipinas Vicky y Vic, un matrimonio, cuentan como vivieron y superaron el contagio de Covid de Vic; Somjit, budista tailandés, compartió como trata de vivir el don de sí mismo según las enseñanzas de Buda. También Jordi de España, agnóstico, cuenta sobre su compromiso en la coordinación, con su esposa cristiana, de distintos grupos de diálogo. Finalmente Rassim, musulmán de Argelia, en el Corán encontró la fuerza para soportar a los demás y a declararse dispuesto a un amor recíproco sin condiciones.

Rassim, musulmán de Argelia

Para concluir esta jornada de retiro los participantes se dirigieron a las 34 salas virtuales para los encuentros de grupo en los que no solo pudieron compartir pensamientos y reflexiones, sino también practicar lo presentado a lo largo de la sesión de hoy: una escucha recíproca y profunda y una recepción plena de los unos hacia los otros.

Oficina de Comunicación Focolares

 

 

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