Ha concluido el 10° Encuentro Mundial de las Familias. “Sean la semilla de un mundo más fraterno” es el mandato que el Papa Francisco deja a todas las familias presentes.

“¡La Iglesia está con ustedes, la Iglesia está en ustedes!” (…) Que el Señor les ayude todos los días a permanecer en la unidad, en la paz, en la alegría y también en la perseverancia en los momentos difíciles (…)”.

Con este deseo el Papa Francisco saludó a todos los que participaron en el  10° Encuentro Mundial de las Familias. Fue durante la misa conclusiva del 25 de junio de 2022 en la Plaza San Pedro, presidida por el Cardenal Kevin Joseph Farrell, prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida.  La celebración estuvo precedida por días intensos en los que se trataron varios temas. Se puso de relieve el testimonio de muchas familias provenientes de todo el mundo. Han sido días que muchos han vivido en sus propias diócesis, y han creado, como la definió el Papa, “una suerte de inmensa constelación”.

“Han sido momentos plenos por su belleza, que nos han marcado profundamente y realmente hemos podido experimentar el amor de Dios para con nosotros y para con cada una de las familias del mundo” –dice Keula, integrante del grupo de Familias Nuevas (FN), rama del Movimiento de los Focolares, que junto con su esposo Rogerio, llegó a Roma desde el Brasil.

El perdón, la apertura a la vida, el acompañamiento de los hijos, el rol de los ancianos y la esperanza en la Providencia, son sólo algunos de los temas tratados durante este 10° Encuentro Mundial de las Familias que, como conclusión del Año Familia Amoris laetitia, tuvo como punto central la escucha y el diálogo entre operadores de la pastoral familiar y matrimonial. La finalidad era la de desarrollar el tema escogido por el Papa para este año: El amor familiar: vocación y camino de santidad. Entre las etapas de este recorrido,  destacamos el debate acerca de la corresponsabilidad de los esposos y sacerdotes en la pastoral de las Iglesias particulares, las concretas dificultades de las familias en las sociedades actuales, la preparación a la vida matrimonial de las parejas y la formación de los formadores en una pastoral familiar llena de desafíos.

“En estos días hemos comprendido en qué medida la familia puede ser una fuerza para el mundo entero –cuentan Suse y Angelo de Corea–,  es una fuerza que hay que defender y acompañar y que puede encontrar en la Iglesia, además de una morada acogedora, también su expresión”.

En la línea de las lecturas propuestas por la liturgia, el Papa durante su homilía en la Plaza San Pedro habló también de la importancia de la libertad. Es “uno de los bienes más preciados y buscados por el hombre moderno y contemporáneo”, que cambia de forma si se la vive en el ámbito familiar. Señaló: “Todos ustedes cónyuges, formando una familia, con la gracia de Cristo, han hecho esta opción valiente: no usar la libertad para ustedes mismos, sino para amar a las personas que Dios les ha puesto al lado. En lugar de vivir como ‘islas’, ustedes se han puesto ‘al servicio los unos de los otros’. ¡Así se vive la libertad en la familia! No hay ‘planetas’ o ‘satélites’ que viajan en su propia órbita.  La familia es  el primer sitio en donde se aprende a amar”.

Y justamente en el servicio es donde la familia responde a su vocación y procede en el camino del amor familiar, un amor en salida, “siempre abierto –continúa el Papa Francisco– extrovertido, capaz de ‘tocar’ a los más débiles  (…), a los más frágiles en el cuerpo y en al alma. El amor, incluso el amor familiar, se purifica y robustece cuando se da”.

Tener los pies bien plantados en la tierra, conscientes de los retos de nuestro tiempo, pero siempre con los ojos fijos en el cielo. Ello es lo que encierra el texto del envío misionero de las familias, leído por el Santo Padre al final de la celebración. Un verdadero mandato, que es la invitación a responder a ese llamado a la santidad y caminar juntos: “Sean la semilla de un mundo más fraterno. Sean familias con un corazón amplio, sean el rostro acogedor de la Iglesia”.

Maria Grazia Berretta

1 Comment

  • Bellissimo incontro con tante famiglie del mondo..il Nostro Papà ci converte ogni giorno con i suoi consigli…non essere isole ma aprirsi ai problemi della società

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