«Entre  muchos episodios, voy a relatar uno. Los muchachos están en el corredor paseando. Uno de nosotros ve a un ‘recién llegado’. Tiene la mirada asustada, inmóvil. Nuestro compañero se acerca y le dice: “¿Qué te pasa?”, el otro está enmudecido. Él lo comprende perfectamente: fue también su experiencia. Le dice: “Dale, ¡ven a mi celda que te ofrezco un buen café!” Mientras lo está preparando, sigue: “Mira, aquí se la pasa bien, hoy hay sol y además encontraste un amigo, ¿qué más quieres de la vida?”. El día de los coloquios casualmente los dos están en la misma habitación. El hijo y la esposa del ‘recién llegado’ se levantan y le agradecen por la amistad donada a su familiar».

Es el relato de P.B. que trabaja como voluntario en la cárcel de Padua, testimonio de una dignidad que varios episodios ponen en evidencia y que nace de pequeños gestos cotidianos. Esta experiencia se contó en el ámbito del primer taller, para los funcionarios y demás  implicadose en el tema penitenciario de Italia. Fue organizado por el Movimiento Humanidad Nueva (de los Focolares), junto con la red internacional Comunión y Derecho (CeD).El encuentro se realizó el 9 y 10 de Noviembre pasado en Castelgandolfo (RM)

Cincuenta personas, entre voluntarios que trabajan en las cárceles, docentes, un trabajador social, una ex presidiaria, un magistrado de la contraloría del Poder Judicial, un ex presidente del tribunal ya jubilado. Estaba presente también un sacerdote anglicano con la esposa, que, junto con otros, quiere ahondar en el tema. Ellos son los protagonistas de este primer seminario: un taller muy actual por la situación carcelaria que vive Italia,  recientemente denunciada por el Presidente de la República Giorgio Napolitano.

Algunas estadísticas: existen 45.647 plazas en las cárceles frente a 65.831 personas presas, hay un excedente de más de 20.000 personas que se encuentran descontando su pena en situaciones humanamente insoportables por el hacinamiento y por las más elementales normas de higiene,  sin hablar de los casos de violencia y de abusos que notoriamente se producen en estos ambientes. ¿Cómo responder a esta situación?

«Hemos tratado de entrar en el sufrimiento, y, a veces nos encontramos con la impotencia humana frente a estas situaciones» – cuenta Francesco Giubilato, trabajador social. «Nos abocamos a lo esencial: la persona y la relación. La persona con sus sufrimientos, sus necesidades y sus expectativas, tanto del preso, como de la guardia penitenciaria, y también del funcionario carcelario incluyendo sus familias y la comunidad. La auténtica relación, la que alivia la soledad y el dolor y que a veces cura. La relación que atiende las necesidades y es creativa al brindar soluciones, dentro del respeto de la norma».

El programa del taller puso en relieve las diversas experiencias que hay en Italia para responder a esta situación. Como la de G.D., quien hizo un año de servicio civil con La Asociación “La fraternidad”, dentro de la Cárcel de Montorso, en Verona. Y sigue trabajando como voluntario de la Asociación en el “Centro de Escucha” a familiares de los presos conociendo, y atiende también  las necesidades de los ex detenidos. O como Alfonso Di Nicola quien trabaja en las cárceles romanas. Estas experiencias muestran que existe un punto crítico, que se vincula a la dificultad de relaciones entre todos los sujetos implicados, y al mismo tiempo demuestra que la interacción, si se vive en la dimensión de la fraternidad, puede cambiar radicalmente las personas y el ambiente.

Gianni Caso, Presidente Agregado Honorario emérito de la Corte de Casación  abrió otro frente que es el de la información. Información verdadera, honesta, que permita el crecimiento de la conciencia de los ciudadanos y que sacude las conciencias a fin de promover o modificar la ley y su aplicación en una dimensión de justicia, equidad y respeto de la dignidad humana.

 

1 Comment

  • Jesus Abandonado muitas vezes está em nós! Precisamos dar um passo , fazer algo pelo próximo, para fazê-Lo Ressuscitar em nós e no próximo! Preciso voltar a visitar o Lar dos Idosos regularmente, pois levo alegria a pelo menos a uma pessoa, com a minha simples presença!

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