Iglesia

EI Movimiento de los Focolares está comprometido en la difusión del espíritu de comunión en los diferentes ámbitos del mundo eclesial.

 

El Movimiento Sacerdotal es una de las ramas del Movimiento de los Focolares, forman de este, sacerdotes diocesanos, diáconos permanentes y seminaristas católicos pero, según sus propias modalidades, también ministros de otras Iglesias cristianas y comunidades eclesiales. El objetivo es difundir el espíritu de comunión en el presbiterio diocesano, en seminarios y en los diferentes ámbitos eclesiales, para contribuir a renovarlos a la luz del Testamento de Jesús: “Que todos sean uno” (Jn 17,21).

El Movimiento Parroquial y el Movimiento Diocesano son una expresión del Movimiento de los Focolares en la Iglesia local. El primero trabaja para construir la unidad, en todos los niveles, valorizando la contribución de asociaciones y movimientos, según el carisma de cada uno al servicio del bien de todos.

El Movimiento Diocesano promueve una unidad cada vez más profunda de los fieles alrededor del Obispo y colabora en los diferentes ámbitos pastorales de la diócesis.

El Movimiento para las consagradas y los consagrados y los laicos pertenecientes a las Familias Carismáticas reúne a religiosas, religiosos, consagrados y consagradas de Institutos seculares, monjas y monjes, jóvenes en primera formación y laicos que comparten los carismas quienes tienen con el Movimiento de los Focolares una relación de naturaleza esencialmente espiritual. Profundizan en la espiritualidad de la comunión, la viven en primer lugar dentro de su comunidad y sus Institutos, entre carismas antiguos y nuevos y tejen relaciones de unidad con todo el pueblo de Dios.

MOVIMIENTO PARROQUIAL

En la sociedad de la movilidad y de lo digital, no se puede negar que, en tantas partes del mundo está desapareciendo la centralidad de la parroquia. Sin embargo, en los últimos años ha crecido una nueva conciencia del valor de la misma, «también la Iglesia vive en medio de las casas de sus hijos e hijas». Sí, porque «fundamentalmente no es una estructura, un territorio, un edificio, es más bien la “familia de Dios”» (Juan Pablo II, Christifideles Laici, 26).

También el Movimiento parroquial, que es la expresión del Movimiento de los Focolares en la Iglesia local, apuesta por esto.

Eran los años sesenta. Numerosos sacerdotes párrocos, que habían tomado contacto con el Movimiento de los Focolares, constataron que la espiritualidad comunitaria que lo caracteriza tenía una incidencia en sus vidas, en las actividades pastorales y en sus comunidades parroquiales. Muchos de ellos participaron en la audiencia del 13 de julio de 1966 en la que Pablo VI los animó a llevar el espíritu de las unidad a la iglesia local. Como respuesta a este deseo del Papa, Chiara Lubich dio inicio al Movimiento Parroquial.

A las personas que pertenecen a los Focolares que trabajan al servicio de la parroquia se las invita a animarla, junto con las otras realidades presentes, integrándose “con gusto a la pastoral orgánica de la Iglesia particular” (Papa Francisco, Evangelii Gaudium, 29).

En el trabajo conjunto, se valora el aporte de las asociaciones y Movimientos, según el carisma de cada uno, al servicio para el bien de todos. Crece la apertura al diálogo que tiende a suscitar relaciones de comunión fraterna entre todos y apoyar iniciativas orientadas al diálogo con los miembros de las distintas Iglesias o comunidades eclesiales, con fieles de otras religiones y con personas de convicciones no religiosas presentes en el territorio.

El Movimiento parroquial se ha desarrollado principalmente en numerosos países de Europa y de América Latina, pero también está presente en Norteamérica, en varias naciones de Asia y de África.

Contactos | Secretaría Central del Movimiento Parroquial 

Show moreShow less

MOVIMIENTO DIOCESANO

El Movimiento diocesano es una rama del Movimiento de los Focolares que opera al servicio de la Iglesia local.

A través de una intensa vida de comunión, se propone irradiar en las parroquias y diócesis, en las que presta su servicio, el carisma de la unidad que lleva y, junto con las otras realidades eclesiales, contribuye a la realización de una “Iglesia comunión” , como lo auguraba Juan Pablo II en la Novo Millennio Ineunte.

Para ello, promueve y alimenta una unidad cada vez más profunda de los fieles alrededor del Obispo, colabora en los diferentes ámbitos pastorales de la diócesis y propone una nueva evangelización en las parroquias a través de la formación de hombres nuevos, según las diferentes edades, en un estilo comunitario.

El Movimiento diocesano tuvo sus comienzos en Ascoli Piceno (Italia) en 1973, cuando en torno a la vida del naciente focolar sacerdotal se formó un grupo de jóvenes, atraídos por el testimonio de unidad de esos sacerdotes.

Chiara Lubich siguió sus desarrollos desde el principio y mantuvo relación constante con el entonces primer responsable e iniciador, p. Pino Petrocchi, ex arzobispo de L’Aquila. Con el estímulo de monseñor Morgante, entonces Obispo de Ascoli, la realidad creció y llegó a una primera aprobación oficial.

La experiencia luego se extendió a la diócesis de Teramo, desde abril de 1976, recibiendo también la aprobación del obispo local, Mons. Conigli.

En los años siguientes se difundió en otras cuatro diócesis italianas. Actualmente el Movimiento diocesano está presente en cinco diócesis italianas: Áscoli, Teramo, Fermo, Macerata y Pesaro.

Contactos | Secretaría Central del Movimiento Diocesano

Show moreShow less

MOVIMIENTO SACERDOTAL

El Movimiento sacerdotal es una de las ramas de gran alcance del Movimiento de los Focolares, que participa de la naturaleza, el espíritu y los fines del mismo. Su objetivo es difundir en el presbiterio diocesano, en los seminarios y en los diversos ámbitos eclesiales el espíritu de comunión, para contribuir a renovarlos a la luz del Testamento de Jesús: “Que todos sean uno” (Jn 17,21). Forman parte del Movimiento sacerdotal no sólo los sacerdotes diocesanos, diáconos permanentes y seminaristas católicos sino también ministros de otras Iglesias cristianas y Comunidades eclesiales, según las modalidades propias de cada uno.

Haciendo propia la espiritualidad de la unidad, los sacerdotes redescubren la importancia de ser ante todo cristianos auténticos. Y toman conciencia de la palabra de Jesús: “De esto reconocerán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros” (Jn 13, 35) testimonio que precede cualquier actividad ministerial.

El estilo de vida evangélico que ha surgido, ha encontrado una confirmación importante en los textos que el decreto “Presbyterorum ordinis” del Concilio Vaticano II propuso a todos los sacerdotes, y que el Magisterio post-conciliar subraya.

En efecto, poniendo como base la caridad recíproca, se vuelve espontáneo poner en común los bienes materiales y dones espirituales; dar testimonio de unidad y caridad pastoral; vivir con alegría los consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia; cuidar de sí mismo como también de los hermanos; hacer que los espacios de la casa y de la parroquia sean lugares de armonía y comunión con todos; llevar adelante con empeño la propia formación permanente para ser hombres de diálogo; vivir como miembros de un sólo cuerpo a través de una intensa comunicación con los hermanos y con todo el pueblo de Dios.

Atento a las exigencias más urgentes de la Iglesia en los diversos campos pastorales o “mundos eclesiales”, el Movimiento sacerdotal organiza encuentros y cursos internacionales y regionales, que ofrecen la contribución del carisma y la experiencia del Movimiento de los Focolares en los distintos ámbitos de la pastoral como la evangelización, la catequesis, la formación, etc. Estos congresos, constituyen verdaderas escuelas de vida, dando la oportunidad de conocer también experiencias significativas de los sectores laicales del Movimiento en el campo de la juventud, de la familia, de la economía, de la salud, etc.

Entre las actividades de mayor compromiso durante los últimos años señalamos:

    • la colaboración con otros Movimientos y Comunidades y con los encargados diocesanos del clero para una renovación de la vida de los sacerdotes y de la pastoral;
    • la predicación de ejercicios espirituales para sacerdotes, diáconos y seminaristas, inspirados en la espiritualidad de comunión;

 

  • Congresos internacionales:

 

2006: “Iglesia hoy” con la presencia de un millar de sacerdotes y seminaristas;

-2009: “Existe una vía” con 500 seminaristas;

-2010, “Sacerdotes hoy”, en la conclusión del Año Sacerdotal, en el Aula Pablo VI del Vaticano con la participación de 4.000 sacerdotes. Con el patrocinio de la Congregación para el Clero y organizado junto al Movimiento de Schoenstatt, en colaboración con la Renovación Carismática Católica Internacional y otras realidades eclesiales.

    • Curso anual para educadores en los seminarios, que se inspira en una formación según el paradigma de comunión.
    • Varias publicaciones, como “365 Pensamientos para la vida de los sacerdotes” (a cargo de Hubertus Blaumeiser y Tonino Gandolfo, Città Nuova, Roma 2009), libro publicado durante el Año Sacerdotal, traducido en 17 idiomas; “Sacerdotes en un mundo que cambia” (a cargo de P. Coda y B. Leahy, Città Nuova, Roma 2010), fruto de un Seminario internacional de estudio.
    • Después del Año Sacerdotal 2010 y las iniciativas específicas de ese año, se hicieron esfuerzos para vivir las siguientes etapas:
    • el Año de la Fe (que comenzó el 11 de octubre de 2012), participando en las actividades promovidas por las respectivas diócesis o conferencias episcopales;
    • se ha participado plenamente en el proceso de “reforma” iniciado por el Papa Francisco (cf. Evangelii gaudium: 24 de noviembre de 2013), que continúa no sin complejidad también debido a fuertes polarizaciones;
    • en este contexto, se inició un camino que condujo al nacimiento en la revista Ekklesia, fruto de la unificación de las revistas Gens y Unidad y Carismas y de la necesidad de contribuir a una visión eclesiológica en la que los carismas y la institución sean cada vez más co-esenciales para el vida como para la misión de la Iglesia en el mundo.
    • el 11 de noviembre de 2016, se lanzó el Centro “Evangelii Gaudium” (CEG) como una de las expresiones del Instituto Universitario Sophia de Loppiano (Italia), que está promoviendo varias iniciativas y pronto lanzará otras para aumentar una visión cada vez más sinodal del pueblo de Dios.

Contacto:

Show moreShow less

CARISMAS PARA LA UNIDAD

«De vez en cuando –escribió Chiara Lubich- a través de una persona o un libro, o un escrito, Dios nos lleva a encontrarnos con un santo. Poco a poco, parece que los santos se hayan acercado a nuestra Obra para alentarla, iluminarla, ayudarla».

Y otra vez: «Si por una parte somos conscientes de que el carisma de nuestro Movimiento es útil para toda la Iglesia, por otra también estamos convencidos de que todos los carismas de la Iglesia son útiles para nosotros, hijos de la Iglesia. Es propio de nuestra espiritualidad aprender de los santos, hacernos hijos de ellos, para participar de sus carismas».

Entre el Movimiento de los Focolares y los antiguos carismas existe una relación de reciprocidad, experiencia de comunión cada vez más compartida. Un camino animado también por la reciente Instrucción Pontificia sobre la vida consagrada “Caminar desde Cristo” que dice al respecto: «Del encuentro y de la comunión con los carismas de los movimientos eclesiales puede nacer un recíproco enriquecimiento. Los movimientos pueden ofrecer a menudo un ejemplo de frescura evangélica y carismática, así como un impulso generoso y creativo a la evangelización. Por su parte los movimientos pueden aprender mucho del testimonio de la vida consagrada, que custodia múltiples tesoros de sabiduría y de experiencia» (n. 30).

El Movimiento para las consagradas, los consagrados y los laicos de las familias carismáticas son parte integrante de la Obra de María, que compartan sus fines y el espíritu contribuyendo a la realización de la oración de Jesús, «Que todos sean uno».

Pueden formar parte religiosas, religiosos, consagradas y consagrados de Institutos seculares, monjas, monjes y jóvenes en su primer periodo de formación, que viven los carismas donados por el Espíritu a la Iglesia, que se muestran sensibles y disponibles a compartir el espíritu y la finalidad de la Obra de María, a participar en algunas de sus actividades o a manifestarle su estima, amor y apoyo. Su relación con la Obra es de naturaleza esencialmente espiritual.

Quienes participan:

  • profundizan en la espiritualidad de comunión, para vivir en el hoy de la Iglesia,
  • viven antes que nada la comunión dentro de su comunidad o Instituto,
  • promueven la comunión entre los carismas antiguos y nuevos,
  • entablan relaciones de unidad con todo el pueblo de Dios. 

Estos religiosos, consagradas y laicos desean actuar la indicación que Juan Pablo II dirigió, en 1996, a un numeroso grupo de religiosas, adherentes al Movimiento de los Focolares, provenientes de todos los continentes: «La espiritualidad de comunión que la Obra de María promueve y cultiva, constituye una dimensión esencial de la vida cristiana. Las animo a crecer en ella, a vivirla en sus comunidades, en los distintos ambientes en los que trabajan».

Las religiosas y los religiosos de estos Movimientos promueven todo tipo de iniciativas para acrecentar el espíritu y la cultura de la comunión, a través de jornadas de estudio, de intercambio y de testimonio; organizan congresos, semanas de espiritualidad, cursos de actualización que se inspiran en la espiritualidad de la unidad y en la eclesiología de comunión. Están abiertos al diálogo ecuménico, interreligioso, con personas de convicciones diversas y con la cultura de nuestro tiempo.

En Loppiano (FI), ciudadela del Movimiento de los Focolares, están los Centros de Espiritualidad Casa Emaús y Claritas que ofrecen a las consagradas y a los consagrados la experiencia diaria de comunión y unidad.

Uno de los eventos más recientes ha sido el encuentro “Carismas en comunión: la profecía de Chiara Lubich”, que tuvo lugar en febrero de 2020, en Castel Gandolfo (Roma) con 400 participantes de 100 familias carismáticas y 33 países.

Carismas para la Unidad

Religiosos Secretaria Internacional

Consagradas Secretaría Internacional 

  • Via Piave, 15 – Depto. 3 – 00046 Grottaferrata (Roma) IT
  • Tel. +39-055-9051651/+39 328 092 5392
  • Email: villa.achillia@focolare.org
Show moreShow less