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Pedimos a algunos jóvenes de los Focolares de distintos países que nos dijeran una palabra sobre la última exhortación apostólica del Papa Francisco. Empezamos con Noemí Sánchez quien participó en el encuentro preparatorio del Sínodo.

Noemi SánchesNoemí tiene 28 años, es paraguaya de origen brasileño y está concluyendo su doctorado con una investigación en Filosofía en la Universidad de Perugia (Italia). En marzo pasado participó en la reunión pre-sinodal en donde el Papa reunió a diversos jóvenes de todo el mundo para escucharlos in primis y construir, con ellos y para ellos, el sucesivo Sínodo sobre los jóvenes. La exhortación apostólica “Christus Vivit” es uno de los resultados de este camino intergeneracional. Muchos jóvenes ya la han leído y compartido en sus propios grupos.

– En varias partes del documento el Papa insiste sobre la escucha a los jóvenes por parte de la Iglesia. ¿Se dio esta escucha?
Pienso que todo el camino construido hacia el sínodo de octubre de 2018 fue un claro ejemplo del deseo concreto de la Iglesia de escucharnos y acogernos plenamente.
En el pre-sínodo éramos 300 de muchos países; tuvimos la libertad de decir todo, así como el Papa nos había pedido; los adultos nos escucharon y promovieron el diálogo. Ahora la idea es que esta experiencia de reciprocidad entre las generaciones se realice en distintos ambientes, en las parroquias y las comunidades cristianas.

– Varias veces en el documento el Papa hizo referencia a la inquietud, como característica de la juventud. ¿Crees que en medio de las múltiples voces, a la cacofonía digital, es posible escuchar la voz de Dios?
cq5dam.thumbnail.cropped.750.422 2El Papa usa la expresión “volar con los pies” porque efectivamente nosotros los jóvenes nunca estamos quietos, siempre estamos en búsqueda de algo. Pero también nos topamos con nuestros límites, como la falta de experiencia y, como consecuencia, con el temor a equivocarnos en nuestras elecciones fundamentales. No basta la “velocidad”, se necesita un sentido, y es aquí que la cercanía y el apoyo de los adultos es crucial, sobre todo en el mundo de hoy, lleno de “falsas sirenas”. Habiendo hecho la experiencia, creo que la voz de Dios se hace sentir siempre gracias a los “amplificadores” del amor.

– ¿Por qué son tan pocos los jóvenes que quieren emprender un camino de fe serio? ¿Qué es lo que falta y qué cosa buscan?
Son muchas las razones: desilusión, ignorancia, pereza. A menudo hace falta tener una conciencia profunda de la fe, y por lo tanto nosotros los jóvenes terminamos siendo víctimas que esta sociedad desarraigada y desarraigadora que el Papa denuncia continuamente. Al mismo tiempo, en todos nosotros, existe el deseo de comprometernos con causas sociales, una cierta sensibilidad artística, el deseo de construir relaciones verdaderas y duraderas, de vivir algo auténtico que le dé sentido a nuestra vida, la necesidad de modelos de vida auténticos. En definitiva el joven de hoy busca a Dios, aunque no sea penamente consciente.

– Según tu parecer ¿Cuál es el verdadero aporte que el sínodo sobre los jóvenes y esta exhortación apostólica aportan a la vida de los jóvenes y de la Iglesia?
Este Sínodo ha marcado, sin duda, un novum en la Historia de la Iglesia a nivel de metodología y acercamiento a la realidad. Me parece que ha emergido la esencialidad y la riqueza del diálogo intergeneracional en un modo activo y continuo en todas las instancias de la Iglesia.
La exhortación, especialmente, es un auténtico tesoro para todos los jóvenes, no sólo los católicos. Cuando la leí no sentí en ningún momento que se trataba de un documento del Magisterio, sino que era una larga carta de un abuelo, un amigo grande que, porque me ama, logra hablar a mi corazón, y decir lo que necesito en este momento de la vida para no caer, para levantarme, para seguir intentando y seguir creyendo en la belleza, en el bien, en el amor, en la humanidad más auténtica que es también divina, en la posibilidad de alcanzar la plena felicidad a pesar de los dolores y los problemas que forman parte de mi vida y a saber afrontarlos con valentía y compromiso.

A cargo de Stefania Tanesini

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