Entre las varias escuelas y convenios que realizan los Focolares, son importantes las llamadas “Escuelas de inculturación”, que resultan especialmente apreciadas y proféticas por el contexto de interdependencia que vivimos actualmente.

La primera de ellas se realizó en África en 1992: Chiara Lubich estaba convencida, como el papa Juan Pablo II que una fe que no se convierte en cultura es una fe que no fue plenamente recibida, que no fue exhaustivamente pensada y que no fue completamente vivida; por este motivo, funda, en su pasaje por Kenya en mayo de 1992, la primera Escuela de inculturación, que ella misma definió como “focolarina”.

Cada dos años se realiza en la “Mariápolis Piero”, cerca de Nairobi, un curso de cuatro días sobre un argumento preciso. Hasta ahora se trabajó sobre: la propiedad y el trabajo; el concepto de Dios; la persona y la comunidad; la reconciliación; el sufrimiento; la enfermedad y la muerte; la educación; la comunicación; el sentido de lo sagrado en la religiosidad tradicional del África sud-sahariana.

En el 2013 la escuela tiene como tema principal “La persona en las tradiciones africanas”. Los temas son analizados desde tres perspectivas: bajo el punto de vista de la cultura africana tradicional, de la Sagrada Escritura y del Magisterio de la Iglesia con respecto al Carisma de la unidad. Las “Actas” de cinco de estos cursos fueron publicadas en varios idiomas. Hay una secretaría central en la “Mariápolis Piero” y hay también comisiones regionales que preparan los temas y experiencias relacionadas con el argumento elegido.

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