También es un llamado para nosotros: tener una mente y un corazón abiertos para reconocer y ocuparnos de las necesidades de los demás, usar nuestros talentos, nuestro tiempo, para el bien común en las casas y más allá. Es una invitación a ponernos en el último lugar para ser “primeros”, para impulsar a todos hacia el único futuro posible: la fraternidad universal.Escuchar Amar a un prójimo a veces significa simplemente escucharlo… ¡incluso durante horas! Me pasó esta mañana, cuando alrededor de las 9.30 me vino a visitar un amigo que pasa la mayor parte del año en el exterior. Me habló de su padre fallecido recientemente, de su cuidador, de varios problemas familiares, también que, para no perder la misa dominical, viaja dos horas de ida y dos de vuelta para llegar a la capellanía donde se celebra en italiano. Eran más de las 12 cuando nos despedimos. Solo entonces me di cuenta de cuánto tiempo me tomó escucharlo. (Umberto – Italia)Competición en la cocina Siempre, al volver a casa del trabajo, veía a mi esposa cansada. Le pregunté a Dios cómo ayudarla y una noche, durante la cena, se me ocurrió la idea de una semana de prueba en la cocina: cada uno tenía que preparar una cena diferente (junto con la abuela somos exactamente siete). Incluso nuestro tercer hijo, un adolescente siempre feliz con todo, estaba entusiasmado con la competencia. A medida que pasaba la semana, una de las hijas propuso continuar, incluso poniendo una calificación. Aquí se volvió aún más divertido. Con gran alegría noté a mi esposa aliviada y feliz de ver a sus hijos en acción. Una vez, hablando entre nosotros, me dijo que estaba descubriendo lados nuevos e inesperados de nuestros chicos. (G.B. – Eslovaquia)Esa mirada decía todo Me había retirado del trabajo antes de lo esperado solo para estar cerca de mi esposa, que desde hacía tiempo comenzaba a estar enferma. Desafortunadamente, la suya era una enfermedad degenerativa. Día tras día veía disminuir sus capacidades, el habla, los movimientos … ¿Dónde estaba la maravillosa mujer con la que había soñado una vida de felicidad, una familia numerosa y hermosa, un compromiso de ser una casa abierta para todos? Ahora estaba allí, inmóvil; movía los ojos y esa mirada decía todo. Mi fe no estaba viva, también porque, como profesor de filosofía, conozco los trucos de la mente y el peligro de las mistificaciones. Pero desde cuando la conversación con mi esposa se había convertido en silencio, sentí que se alegraba si yo rezaba junto a ella, por ella, en ella. Hace dos meses murió en silencio. Dejó un bien que ni mis hijos ni yo sabemos cuantificar. Ella plantó una semilla de luz en nosotros. Cuando apareció la enfermedad, dijo: “La vida ahora es cuesta arriba. Me gustaría recorrerla con ustedes. Pero Dios me pide que pueda decir con la vida mi gracias”. (G.d.P. – Italia)
Maria Grazia Berretta
(tomado del Il Vangelo del Giorno, Città Nuova, año VII, n.4, septiembre-octubre de 2021)
La palabra del papa Francisco a los miembros de las diversas asociaciones de fieles, movimientos eclesiales y nuevas comunidades. Hemos pedido a Margaret Karram y a Jesús Morán sus primeras impresiones. Una mirada al futuro aunque manteniendo los pies bien arraigados en el presente. Este parece ser el comienzo de un camino de discernimiento sugerido hoy por el papa Francisco en la audiencia a los miembros de las diversas asociaciones de fieles, movimientos eclesiales y nuevas comunidades. Esta mañana el Santo Padre se presentó inesperadamente en el encuentro con los moderadores de las asociaciones de fieles, de los movimientos eclesiales y de las nuevas comunidades, organizado por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida. A este momento de gran reflexión sobre el tema: La Responsabilidad de gobernanza en las agregaciones laicales: un servicio eclesial, participaron también la presidenta del Movimiento de los Focolares, Margaret Karram, y el copresidente, Jesús Morán Cepedano. “Fue una gran sorpresa –dijo Margaret Karran– ver que el Santo Padre llegaba justamente al comienzo del encuentro. Hizo una estupenda intervención, muy densa y clarificadora; nos dio la interpretación correcta del Decreto general que promulgó el Dicasterio, el pasado mes de junio, sobre la renovación de los cargos de gobierno en los movimientos eclesiales y en las nuevas comunidades”. Al renovar su estima y su agradecimiento a todos los presentes, sobre todo por el modo de vivir y testimoniar el Evangelio, el Santo Padre identifica como primera etapa en el arduo mandato de evangelización y apostolado de todos, precisamente el Bautismo, el medio que “nos hace sacerdotes juntos, en el sacerdocio de Cristo: el pueblo sacerdotal”. El Papa Francisco describe las variadas realidades eclesiales como un pueblo que camina, en continuo crecimiento, que también reconoce sus debilidades; un pueblo que no se detiene y tiende siempre a la conversión: “¡Recuerden siempre que construir el futuro no significa salir del presente que estamos viviendo! Al contrario, hay que preparar el futuro aquí y ahora, ‘en la cocina’, aprendiendo a escuchar y discernir el tiempo presente con honestidad y valentía y con la disposición al encuentro constante con el Señor y a una constante conversión personal. De hecho, si no se tiene esta actitud, se corre el riesgo de vivir en un ‘mundo paralelo’, destilado, lejos de los verdaderos desafíos de la sociedad, de la cultura y de todas las personas que viven junto a ustedes y que esperan su testimonio cristiano. El camino del Evangelio no es un viaje turístico. Es un reto: cada paso es un reto y cada paso es una llamada de Dios”.
Jesús Morán, Margaret Karram y Giovanni Ramonda (Moderador de la Asociación Papa Juan XXIII)
Un verdadero estímulo paternal que revela cómo la docilidad y la humildad sean una exhortación a seguir, y necesaria para profundizar continuamente en el carisma al que se pertenece y reflexionar sobre la mejor manera de encarnarlo en la vida cotidiana. El mismo Decreto promulgado el 11 de junio de este año –Las asociaciones internacionales de fieles–, va en esta dirección: aceptar algunos cambios y preparar el futuro partiendo del presente. La responsabilidad de gobierno en las agregaciones laicales sobre la que reflexiona hoy el Papa también invierte su pirámide o, podríamos decir, recompone el orden correcto colocando el servicio en su cúspide: “Gobernar es servir. (…) Aprendamos a decir ‘somos siervos inútiles’ (Lc 17,10). Tengamos presente esta expresión que hace mucho bien a la Iglesia y recuerda la actitud adecuada para trabajar en ella: el servicio humilde, del que Jesús nos dio ejemplo, lavando los pies a los discípulos”. “Tras la intervención del Papa –dice Jesús Morán– no es posible leer solo el Decreto; hay que hacerlo agregando también las palabras que pronunció esta mañana. Es como un pequeño tratado sobre cómo se ejerce el gobierno a la luz del Evangelio”. “Estamos viviendo un acontecimiento profundamente eclesial de gran comunión –añade la presidenta Karram– con profundas reflexiones. En los próximos meses creo que tendremos que profundizar en este importante tema también para vivir mejor nuestro carisma”. “Debemos reconocer y expresar el gran amor y cuidado del Dicasterio hacia los movimientos; su intención es salvar los carismas y así lo demostró el Papa, quien reiteró varias veces su agradecimiento a las diversas realidades eclesiales presentes, especialmente por su compromiso en este momento de sufrimiento para toda la humanidad”, concluyó Morán. Para acceder a la transcripción completa del discurso del Papa Francisco: https://www.vatican.va/content/francesco/es/events/event.dir.html/content/vaticanevents/es/2021/9/16/associssioni-fedeli.html
Más allá de la valla de la libertad y de la igualdad. A veinte años de la caída de las Torres Gemelas, las palabras de Chiara Lubich sobre el atentado que cambió el destino del mundo están más vigentes que nunca, y nos recuerdan cuál es el único camino por recorrer hacia la paz. Al día siguiente del 11 de setiembre muchos de nosotros advertimos la exigencia de reflexionar a fondo sobre sus causas, pero sobre todo de comprometerse por una verdadera, responsable y decidida alternativa al terror y a la guerra. (…) De modo análogo hoy, en Nueva York como en Bogotá, en Roma como en Nairobi, en Londres como en Bagdad, muchos nos preguntamos si es posible vivir en un mundo de pueblos libres, iguales, unidos, donde no solamente unos respeten la identidad de los otros, sino que también se interesen por las respectivas necesidades. (…) Desde muchos puntos de la tierra se eleva hoy el grito de abandono de millones de refugiados, de millones de hambrientos, de millones de explotados, de millones de desocupados que son excluidos y como ‘amputados’ del cuerpo político. Esta separación ̶ y no solamente las carencias y las dificultades económicas ̶ es la que los hace aún más pobres, que aumenta –si es que todavía puede aumentar– su desesperación. (…) La libertad y la igualdad no bastan por sí solas para los retos del presente y del futuro de la humanidad. Nuestra experiencia nos enseña que se necesita, creemos, un tercer elemento, olvidado desde hace tiempo en el pensamiento y la praxis política: la fraternidad. (…) Es la fraternidad la que puede hacer florecer proyectos y acciones en el complejo tejido político, económico, cultural y social de nuestro mundo. Es la fraternidad la que hace salir del aislamiento y abre la puerta del desarrollo a los pueblos que todavía están excluidos. Es la fraternidad la que indica cómo resolver pacíficamente las discordias y que relega la guerra a los libros de historia. Es por la fraternidad vivida que se puede soñar e incluso esperar en alguna comunión de bienes entre países ricos y pobres, ya que el escandaloso desequilibrio que existe en el mundo es una de las causas principales del terrorismo. La profunda necesidad de paz que la humanidad expresa actualmente, dice que la fraternidad no es solamente un valor, no es solamente un método, sino que es un paradigma global de desarrollo político. Por eso, un mundo cada vez más interdependiente tiene necesidad de políticos, de empresarios, de intelectuales y de artistas que pongan a la fraternidad –instrumento de unidad– como centro de sus acciones y de sus pensamientos
Chiara Lubich
(Chiara Lubich, Mensaje a la Primera Jornada Mundial de la Interdependencia, Filadelfia, EE.UU., 12 de septiembre de 2003 en Discorsi in ambito civile ed ecclesiale, por Vera Araujo, Città Nuova, Roma, 2020, pp. 111-113)
La solidaridad compartida el 11 de septiembre por católicos y musulmanes en Indianápolis (EEUU) continua. Los días después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, muchos musulmanes estadounidenses fueron víctimas de un contraataque agresivo y a veces violento por parte de sus compatriotas, porque los hombres que ese día pilotearon los aviones de la aerolínea eran extremistas musulmanes. El Nur-Allah Islamic Center de Indianápolis fue objeto de muchas amenazas de atentado los días después de los sucesos del 11 de septiembre. Por eso, cuando los musulmanes del centro se reunieron para la oración del viernes después de los ataques, sabían que ellos también podrían ser víctimas de un ataque. Pero no estaban solos. Ese día se unieron a ellos algunos amigos católicos que eran miembros de los Focolares, un movimiento de la Iglesia, eclesial, internacional y laico, que entre otras cosas promueve una mayor unidad de la familia humana. “Fue una experiencia muy emocionante”, dijo un miembro del Nur-Allah David Shaheed, quien también es juez del condado de Marion desde 1996. “Se sintieron vinculados a nosotros. Sintieron que éramos amigos y vecinos de casa. Arriesgaron su vida para estar con nosotros en un momento históricamente tan tumultuoso y espantoso”. John Mundell, era miembro de la parroquia de San Pio X el 11 de septiembre y formaba parte del grupo de los Focolares que vino a Nur-Allah el 14 de septiembre de 2001. “Esa experiencia ha sido probablemente uno de los momentos más sagrados de mi vida”, dijo. “Cuando entramos como grupo y nos vieron, se advertía en su mirada y en sus rostros que se daban cuenta de que la relación que habíamos establecido era real. No había nada falso ni superficial”. Los miembros de los Focolares sabían que decidir estar con sus amigos del Nur-Allah después de las amenazas de bombardear su centro podía poner en peligro sus vidas. Pero la relación recíproca era tan importante para ellos que decidieron aceptar ese riesgo. “Nuestra fe católica nos invitaba a estar ahí con ellos”, dijo Mundell, quien ahora es miembro de la parroquia de Nuestra Señora de Lourdes, en Indianápolis. “A partir de ese momento se abrió el camino. Dentro sabía que era justo hacerlo, pero a partir de ahí podía decir, ‘Sí, lo estamos haciendo’”. “Afortunadamente ese día no hubo ataques. Pero algunos miembros del Nur-Allah apreciaron tanto la expresión de solidaridad de sus amigos católicos que se reunieron con ellos en la misa dos días después, en la iglesia de San Pío X. “Era amor recíproco”, dijo Mundell. “Te expandes por amor y después recibes esa misma ola (de amor) de vuelta. Era una sensación sagrada. En cierto modo estaba la presencia de Dios en esta relación que se estableció”. Esa relación había iniciado en 1997, siguiendo el ejemplo de Chiara Lubich, la fundadora italiana de los Focolares, quien había ido a visitar a W.D. Muhammed, el líder de una rama de los musulmanes de Estados Unidos compuesta mayoritariamente por negros estadounidenses. Después del inicio de la relación con los miembros de los Focolares, durante los siguientes años, en el Nur-Allah se empezaron a realizar encuentros de católicos y musulmanes que atraían a personas de toda la región medioriental. Uno de estos encuentros había tenido lugar solo dos meses antes del 11 de septiembre. Pero los eventos de ese día hicieron que la relación se consolidara rápidamente en un modo que no se habrían podido imaginar. “Hay momentos en los que Dios nos llama a la unidad a través del dolor”, dijo Michael Saahir, el imán residente en el Nur-Allah. Para él, ésta es una lección que perdura desde el 11 de septiembre, y teme que se vaya olvidando con el pasar de los años. “Sucede demasiado a menudo que cuando el dolor se aplaca olvidamos”, dijo Saahir. “Tendemos a olvidar demasiado fácilmente. O ni siquiera sacamos el tiempo para estudiar las lecciones que se derivan de estos momentos. Y la unidad de la familia humana es la principal lección”. En los últimos años, los miembros de los Focolares de Indianápolis han tomado más conciencia del dolor experimentado por sus amigos musulmanes negros debido a su raza. “No somos perfectos como estadounidenses, ni como católicos, al abrazar esta idea de la fraternidad universal”, dijo Mundell. “Tenemos todavía mucho camino que recorrer. Hay un aspecto racial en el que tenemos que seguir trabajando y escuchar”. Los miembros de los Focolares y del Nur-Allah se han comprometido para que las lecciones del 11 de septiembre y otras lecciones se sigan recordando. A lo largo de los meses y de los años después de ese día, personas de ambas comunidades de fe han sido invitadas a las parroquias de toda la arquidiócesis y también de fuera, y a las universidades, para contar su experiencia de relación interreligiosa. Cuando Mundell empezó a recibir estas invitaciones, empezó a reconocer el significado de las relaciones personales sencillas que se habían creado con sus amigos musulmanes desde 1997. “Nos hicieron entender lo extraordinaria que era esta relación y que no estaba destinada sólo a nosotros”, dijo. “Había que compartirla con todos”. “La gente tiene necesidad de ver un modelo o un ejemplo”, dijo Saahir. “Agradezco que nuestra relación con los Focolares sea un modelo, no sólo para musulmanes y católicos, sino para cualquiera que quiera ver que es factible y por mucho tiempo”. Mundell y Saahir esperan que la longevidad de la relación entre sus dos comunidades continúe en la siguiente generación”. “Es como transmitir la propia fe”, dijo Mundell. “La próxima generación deberá asumirla como propia. Deben hacer la experiencia. Es algo que haremos durante el resto de nuestra vida. Las relaciones se deben renovar y reconstruir continuamente”.
De Sean Gallagher para “The Criterion”, 3 de septiembre de 2021
Al servicio de la Iglesia en Indianápolis central y meridional (EEUU) desde 1960
A pesar de las fragilidades y los miedos de los discípulos, Jesús tiene confianza en ellos y los llama a seguirlo para compartir su misión, que es la de servir a todos. Servir, no tanto como un esclavo, que está obligado a su trabajo, sino como una persona libre que ofrece generosamente sus capacidades y sus fuerzas.Solidaridad con los gitanos La pandemia ha agudizado los problemas sociales de nuestro territorio. Y uno de los problemas más graves en nuestro ambiente es el habitacional. Mucha gente no sabe cómo resolverlo y vive en situaciones de angustia y a veces de gran deterioro. Con mi parroquia, en un momento ayudamos a una familia a mudarse de una choza húmeda y en ruinas, a una vivienda más digna. Ese gesto sirvió para superar ciertos prejuicios; porque era como si pensaran que si el Padre Peppino y los demás reciben a extranjeros gitanos, quería decir que son personas como nosotros, a quienes podemos y debemos ayudar. Para ellos se puso en marcha una verdadera competencia de solidaridad. Hubo quien donó muebles, quien se ocupó de transportarlos y armarlos, algunos se encargaron del contrato y otros de los servicios. M., madre gitana de dos niños preciosos, ni bien volvieron del hospital en donde había estado internada por el Covid-19, me dijo: “Estoy emocionada y quería agradecerles, porque nunca me sentí querida como me quieren ustedes y toda la comunidad”. (Padre Peppino – Italia)Haz a los demás… En el colegio tenía un compañero de clase perezoso y muy malo en matemática. Varias veces le había insistido en que debía poner más empeño en estudiar, pero nunca obtenía resultados. En las pruebas del primer semestre salió insuficiente. Se sintió humillado delante de todos y lloró. Aunque no había escuchado mi consejo y era culpa suya, una frase venía a mi mente: “Haz a los demás lo que quisieras que te hiciesen a ti” y pensé en ayudarlo. Me ofrecí para darle clase de matemática y él, sorprendido y feliz, enseguida accedió. No fue fácil llevarlo a un nivel aceptable, pero se dio un pequeño prodigio pues en el examen del segundo semestre obtuvo un resultado superior a la suficiencia. (Radu – Rumania)Proximidad Hace unos diez años, cuando vivir en Siria se había vuelto difícil para nosotros cristianos, nos preguntamos si debíamos quedarnos. Muchos parientes y amigos habían optado por partir y por las noticias recibidas parecía que habían encontrado ambientes tranquilos, sin ruidos de armas, terrores y peligros. Sin embargo, por más que hagamos poco, nos parece que nuestra presencia aquí, día tras día, es una verdadera misión. No es una cuestión de dar testimonio de nuestra fe o de fidelidad a la patria, sino de esa proximidad de la que habla el Papa Francisco. Estamos seguros de que para nuestros hijos –aunque siga siendo difícil– también será una gran maestra de vida. (V.M. – Siria)
Recogido por Maria Grazia Berretta
(extraído de Il Vangelo del Giorno, Città Nuova, año VII, número 4, septiembre-octubre de 2021)
El Movimiento de los Focolares participa en varios países del mundo en la acogida de refugiados afganos. En Italia, hasta la fecha, unas 400 personas se han ofrecido a abrir sus puertas a los refugiados. Ha habido una respuesta inmediata de personas, familias y comunidades enteras, desde Milán hasta Ragusa. En Italia el Movimiento de los Focolares ha lanzado un llamamiento para concretar la acogida, enseguida después de los primeros puentes aéreos que trajeron a los refugiados afganos a nuestro país: desde el 26 de agosto se ha lanzado una invitación a través de las comunidades locales de los Focolares y de las muchas personas involucradas a varios niveles en redes locales o nacionales de acogida y acompañamiento de inmigrantes. El llamado nos invita a considerar la posibilidad de abrir los centros del movimiento, institutos religiosos, canónicas, casas parroquiales, pero también las propias casas; captar a quienes estén dispuestos a colaborar en esta emergencia apoyando a los refugiados que llegan; iniciar colaboraciones con autoridades y organizaciones locales. Un trabajo en marcha, que debe combinar la iniciativa privada con los sistemas de acogida preparados por el Ministerio del Interior, y que ya está dando sus primeros pasos concretos, en línea con lo que esperaba el papa Francisco en el Ángelus del domingo 5 de septiembre, que todos los afganos “tanto en patria, como en tránsito y en los países de acogida” pueden “vivir con dignidad, en paz y fraternidad con sus vecinos”.Las respuestas no tardaron en llegar: algunas personas pusieron a disposición su experiencia profesional, sus viviendas o viviendas desocupadas. Entre los primeros en responder al llamamiento, una enfermera de Bérgamo: “Entre un turno y el siguiente, estoy disponible para cualquier necesidad”. Otros ofrecieron sus competencias legales, de salud o relacionadas con la educación. Una familia de Lombardía, con cinco niños pequeños, dijo que estaba dispuesta a acoger a un niño. No solo familias, sino comunidades enteras que responden a la invitación del Papa para abrir canónicas e iglesias. El mundo religioso se pregunta cómo ponerse a disposición: este es el caso de un grupo de religiosos de los pueblos del Vesubio. También hay comunidades de focolarinas, como en Pesaro, Milán, Cosenza, que se unieron para unir fuerzas y encontrar un lugar para poner a disposición de alguien. También continúan los contactos con algunas organizaciones y cooperativas con ideales compartidos, que pueden sostener y apoyar esta acogida que se hace en familia con las herramientas adecuadas, como el Fo.Co. (Chiaramonte Gulfi, RG) y la asociación Nuevos caminos para un mundo unido (Roma). También en la región de Lacio, en Marino, la acogida es un hecho por parte de la cooperativa y asociación sin fines de lucro Una ciudadno basta, que se activó de inmediato. En el Centro Mariápolis de Castel Gandolfo, algunas familias afganas han sido acogidas desde los primeros días de la emergencia. En varias ciudades de Italia, el pasado 28 de agosto se participó en la iniziativa impulsada por la Economy of Francesco por los derechos y libertades de las mujeres afganas. Paralelamente, continúa la recaudación de fondos, con pequeñas y grandes cifras – hay quienes no pudieron abrir sus casas y cotizaron sus joyas familiares, destinándolas a asociaciones que a nivel local podrán utilizarlas para necesidades específicas, que no se pueden cubrir con las contribuciones estatales. La cuenta de referencia es la que ya está en uso para la emergencia del COVID. Los aportes se pueden depositar con el propósito ACCOGLIENZA AFGHANISTAN.
Palabras como perfección y santidad pueden parecer metas inalcanzables, pero Chiara Lubich, partiendo de una frase de San Buenaventura, reflexiona sobre cómo es posible caminar hacia ellas, a partir de los gestos más sencillos de la vida cotidiana. La última vez hablamos de la santidad, es más, de “santidad de pueblo” y nos despedimos con decididos a alcanzarla, con la ayuda de Dios, viviendo el lema “santos enseguida”, como resumen del: seré santo si soy santo enseguida. Y sin duda, cada uno de nosotros ha experimentado los frutos. Sigamos hablando hoy de santidad. Los primeros días de este mes, haciendo meditación con nuestros libros, encontré un pensamiento sobre la santidad, atribuido a san Buenaventura, que seguramente muchos de nosotros conocemos pero que quizá aún no esté presente en nuestra vida. (…) Ese pensamiento suscitó en mi corazón el enorme deseo de ponerlo en práctica con todos ustedes. ¿Acaso no tenemos que hacernos santos juntos? Se trata de la afirmación de un santo, alguien que entiende bastante de caminos para ir a Dios. Él asegura con audacia que una persona avanza más espiritualmente en cuarenta días si no se detiene en los valles de las imperfecciones y de los pecados veniales, que otro en cuarenta años que sí se detiene. Bonito, ¿no? Naturalmente me he preguntado: « ¿En qué consisten las imperfecciones y los pecados veniales?». Está claro que podríamos hacer una larga lista… Sin duda, son lo opuesto a la perfección. ¿Y en qué consiste la perfección? En vivir la caridad; «la caridad es el vínculo de la perfección», dice san Pablo ; «que sean perfectos en la caridad», reza Jesús en la última cena, como recuerda el Evangelio de Juan . Esa caridad que, si somos varios, como nosotros, se hace recíproca: «Les doy un mandamiento nuevo –dice Jesús–: que se amen los unos a los otros; que como yo los he amado, así ámense también ustedes los unos a los otros» . Por ello, para no permanecer en los valles de las imperfecciones y de los pecados veniales, es necesario vivir así y, en el caso de que se nos olvidara o perdiera fuerza, volver a empezar. Y ¿por dónde conviene empezar? Por casa. Sí, por casa, comenzando por la mañana, porque de esta forma el día arranca bien. Por casa, porque a veces nos esforzamos en vivirlo bien con los demás, en las reuniones, en los congresos, y luego, cuando volvemos a casa, quizá cansados, perdemos la paciencia con los hermanos, el control y… ¡adiós amor recíproco! (…) Recordémoslo. Si hacemos así, dentro de cuarenta días, el 30 de noviembre, sin duda habremos progresado espiritualmente y habremos dado un notable impulso a nuestra santidad personal y a la santidad de pueblo.
Chiara Lubich
(Chiara Lubich, Conversazioni in Collegamento telefonico, Roma 2019, p. 561-562)
Entrevista a Stefania Papa, la nueva responsable de Eco One, la iniciativa cultural del Movimiento de los Focolares en el ámbito ambiental, la adhesión de los Focolares al “Tiempo de la Creación” y a varias iniciativas en el ámbito ambiental. Del 1° al 4 de octubre de cada año tiene lugar en todo el mundo el “Tiempo de la Creación”, una iniciativa de oración y de acciones concretas para salvaguardar y proteger nuestra casa común. Stefania Papa es la nueva responsable de EcoOne, la iniciativa cultural del Movimiento de los Focolares promovida por una red de docentes, académicos, investigadores y profesionales que trabajan en el ámbito de las Ciencias Ambientales. Le hicimos una entrevista sobre la adhesión de los Focolares al “Tiempo de la Creación” y a varias iniciativas del ámbito ambiental. ¿Qué es “Tiempo de la Creación”? Es un período específico que va del 1° de septiembre, día de la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, al 4 de octubre, fiesta de San Francisco de Asís, el santo patrono de la ecología. Es un período en el cual distintas Iglesias en todo el mundo se reúnen para rezar y promover acciones concretas para salvaguardar y proteger nuestra casa común. Este año el tema es: “¿Una casa para todos? Renovar el Oikos de Dios” y Oikos en griego significa casa. ¿Por qué es importante que cada vez más se convierta en un evento de las distintas Iglesias? Para responder a esta pregunta me viene a la mente un antiguo proverbio africano que dice así, “Si quieres ir rápido corre solo. Si quieres ir lejos, hazlo con los demás”. El mismo Papa Francisco en la Encíclica “Laudato Sí” dice que “tenemos necesidad de un intercambio que nos una a todos, porque el desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos interpelan y nos impactan a todos”. Tenemos necesidad de “unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral”[1]. Esto lo podemos realizar sólo uniéndonos, buscando una colaboración y comunión cada vez mayores también entre las distintas Iglesias cristianas que hay en el mundo. Han pasado seis años desde la “Laudato sí” del Papa. Sin embargo todavía hay mucho camino por recorrer… Son muchas las iniciativas que han surgido y que siguen yendo adelante, pero todavía queda mucho por hacer. La tarea por realizar puede parecer ardua, pero todavía podemos revertir algunas tendencias negativas, adaptarnos para reducir al mínimo los daños, restaurar los ecosistemas cruciales y proteger mejor los que tenemos, a partir de un replanteamiento de las soluciones habitacionales y de la movilidad social, promoviendo la recolección diferenciada de basura y en tantos otros campos. Pero el camino emprendido es el correcto. Y la Encíclica del Papa marca un punto que no tiene marcha atrás. Existe también una petición para firmar: ¿en qué consiste? Es una oportunidad importante que se nos ofrece para pedir con fuerza a los líderes mundiales que se comprometan urgentemente para combatir la crisis climática y la crisis de la biodiversidad. De hecho, próximamente tendrán lugar dos eventos muy importantes: del 11 al 24 de octubre de 2021 se realizará la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la biodiversidad (COP15) donde los líderes mundiales podrán fijar objetivos significativos para proteger la creación y del 31 de octubre al 12 de noviembre de 2021 se realizará la 26a. Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), donde los países anunciarán sus proyectos para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París. El Movimiento de los Focolares es aliado del Movimiento Laudato sí. ¿De qué forma los Focolares se comprometen en el “Tiempo de la Creación”? El Movimiento de los Focolares desde siempre ha estado comprometido con el ambiente. Con el “Tiempo de la Creación”, específicamente, ha participado y está participando en las iniciativas de la Iglesia Católica, como la Laudato si’ action platform del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral (a través de Familias Nuevas ) y en los eventos promovidos por el Movimiento Laudato sí, también adhiere al Global Catholic Climate Movement. Además, en la última Asamblea General de los Focolares, que se concluyó en febrero de 2021, se relanzó la conversión ecológica de sus miembros y estructuras, con actividades pequeñas, medianas y grandes (como son los proyectos internacionales para la cooperación al desarrollo, financiados por: Acción por Familias Nuevas,Acción Mundo Unido, etc). Al mismo tiempo, existe un compromiso constante por parte de todos los miembros de los Focolares a favor de la reducción del uso de combustibles fósiles. Además, precisamente este año, los jóvenes del Movimiento se comprometieron con el Itinerario llamado DareToCare. Es una campaña que significa “osar hacerse cargo”, es decir responsabilizarse, interesarse, ocuparse activamente, dar importancia a los más frágiles, al planeta, a las Instituciones, a nuestras ciudades, a nuestros barrios, a los problemas de nuestra sociedad. Además desde mayo pasado, fue acreditada la ONG New Humanity como observadora ante el organismo de gobierno de las Naciones Unidas responsable del ambiente, es decir el UNEP, o sea el Programa Ambiental de las Naciones Unidas, que es la agencia que se ocupa de todas las cuestiones ambientales globales. New Humanity ejerce su actividad de tutela del ambiente especialmente a través de la iniciativa cultural EcoOne. También quisiera recordar la colaboración nacida entre el Movimiento de los Focolares y FaithInvest, una organización internacional que se encarga de ayudar a las religiones a desarrollar planes estratégicos a favor del medio ambiente a largo plazo. En el ámbito cultural-educativo existen distintos convenios en programa promovidos por EcoOne, la participación de EcoOne en la Red Europea Cristiana para el Ambiente ECEN (European Christian Environmental Network) y los proyectos en las escuelas como el “Dar para salvaguardar el ambiente”, que es reconocido por el Ministerio de Educación italiano.
Lorenzo Russo
[1] Papa Francesco, Lettera enciclica Laudato si’, 13-14.
La pandemia sigue adelante, mientras se agravan las crisis económicas y sociales que genera; la situación medioambiental del planeta parece dramática y los conflictos en algunas zonas del mundo no parecen atenuarse. ¿Qué hay que hacer? Según Chiara Lubich solo hay un remedio: la fraternidad universal. Hacer de la humanidad una sola familia, empezando por las pequeñas acciones concretas y cotidianas de cada uno. Ante las múltiples dificultades de relación entre mentalidades tan opuestas, entre pueblos tan distintos, culturas tan alejadas unas de otras y religiones con presencia de extremistas que las distorsionan, solo hay un remedio: la fraternidad universal: hacer de la humanidad una sola familia con Dios como Padre y todos los hombres como hermanos. Y ¿cómo hacerlo? ¿Quién está mejor capacitado para ello? No hay duda: uno que supo morir por su ideal pero que luego resucitó para dar a todos la misma posibilidad, Jesús. Tenemos que hacer todo lo posible para traerlo de nuevo a la tierra a través de nosotros y ser nosotros otro Cristo, otro Amor encarnado, Santidad, Perfección, como es Él. Esta es la hora de aspirar decididamente a la perfección. Pero ¿en qué consiste la perfección? Recientemente, en un ensayo sobre la vida espiritual, he leído unas palabras espléndidas de Padres y santos de la Iglesia de gran calibre. Quizá las conozcamos, pero no está de más recordarlas en este momento. Para todas estas personas eminentes de la Iglesia, la perfección consiste en no dejar nunca de crecer, porque quien no avanza, retrocede. Y como el nuestro es un camino del amor, la perfección consiste en crecer siempre en la caridad. Amar, entonces, amar cada vez mejor. Cada vez mejor. ¿Cómo? Fijando la mirada en nuestro modelo perfecto: […] Dios Amor. […] San Francisco de Sales dice: « Quien no gana, pierde; por esta escalera quien no sube, baja; quien no vence, fracasa»*. Es impresionante esta radicalidad que el amor exige. Pero en Dios todo es radical. […] ¿Es difícil? ¿Es fácil? Hay que probar para ver. Entregarnos en cada instante a la voluntad de Dios, al otro, al hermano que debemos amar, al trabajo, al estudio, a la oración, al descanso, a la actividad que nos toca cumplir. Y cada vez mejor, pues de otro modo retrocedemos. Nos ayudará a comportarnos así el repetir antes de cada acción, hasta la más simple y trivial: “Esto es lo más bello que puedo hacer en este momento”. […] De este modo nos entrenamos también nosotros para el cometido que nos espera, específicamente nuestro: la fraternidad universal.
Ser los primeros en amar, amar desinteresadamente, amar siempre, enseguida y con alegría. Es una oportunidad para encarnar el arte de amar en nuestra vida. Es allí donde nace la comunión fraterna, casi por atracción. Es vida nueva, un mundo que cambia.Fisioterapista En el centro donde estaba trabajando habían disminuido las solicitudes debido al Covid, de modo que durante el día tenía muchas horas libres. Entonces me dieron el permiso para ayudar en un reparto de contagiados. También otros colegas siguieron mi ejemplo. Un día uno de ellos me contó confidencialmente que su servicio nunca había sido tan humano y solidario: “Sólo ahora me doy cuenta de lo que significa un gesto de solidaridad, una caricia, aunque tengas guantes. Me parece que he descubierto una dimensión más humana de mi trabajo. Quisiera que mis hijos hicieran este servicio, porque es una verdadera escuela de vida”.(J.H. – República Checa)Nuestra proximidad Cuando el Papa Francisco habla de “proximidad”, parece que anula todas las reglas que nos hemos creado con respecto a un cierto estilo de vida. Para él lo que cuenta es el otro y nuestra capacidad de acogida. Un día en la oficina nos pusimos a hablar al respecto con una colega que en cambio pensaba que esta actitud sin normas está arruinando a la Iglesia. La escuchaba sorprendido y desanimado ante su seguridad al condenar al Papa, a pesar de ser una mujer inteligente y, a su modo, católica practicante. A partir de ese día evité tocar el argumento y cada vez que ella me atacaba con algún artículo sobre el Papa, trataba de cambiar la conversación. Hace un tiempo me avisó por teléfono que no podía venir al trabajo porque tenía problemas con una hija anoréxica. En cuanto pude fui a visitarla. Efectivamente la vida de la chica estaba en riesgo. Mi esposa es psicóloga y, gracias a su habilidad, logramos empezar a frecuentarnos. Ahora su hija está mejor, viene a menudo a nuestra casa. La colega me escribió un mensaje: “Ahora comprendo lo que quiere decir el Papa con la palabra “proximidad”.(F.C. – Francia)Voy yo Mi maestro de primaria nos había contado la historia de un soldado, quizás un alpino, algo especial: estaba siempre disponible para cualquier tarea, incluso la más ingrata, y decía a sus superiores:“Vago mi” (Voy yo). Hasta que “Vago mi” (como lo habían apodado) no regresó más, lo mataron en la guerra. Esa muerte, que era el sello de una vida caracterizada por el altruismo, impactó mi fantasía de niño. Habría querido ser como él. En fin, “Vago mi” se convirtió para mí en el modelo de quien se prodiga por los demás. Y esto muchos años antes de encontrarme con Aquél que dio la vida por nosotros y dio sentido a mi vida. (Giuseppe – Italia)
A cargo de Lorenzo Russo
(Tomado de ”Il Vangelo del Giorno” (El Evangelio del día), Città Nuova, año VII, n.4, julio-agosto 2021)
Recientemente ha muerto el Profesor Sureshchandra Upadhyaya, docente y estudioso indio, profundo conocedor de la cultura hindú. Se había encontrado con Chiara Lubich en 2001. Su rostro se veía adornado por una cándida barba que le llegaba hasta la cintura. Era un hombre menudo del que emanaban pensamientos nítidos y esenciales. El Profesor Sureshchandra Upadhyaya era una persona con una vastísima cultura y con una honda espiritualidad. Conocía muy bien el sánscrito y la cultura hindú, a cuya profundización y difusión dio un gran aporte a través de su actividad docente. El encuentro con Chiara Lubich y su carisma en 2001 marcó el comienzo de una profunda amistad espiritual e intelectual en la que luego involucró también a otros académicos indios. El Profesor Upadhyaya fue un exponente de relieve del “Bharatiya Vidya Bhavan” de Mumbai, el Instituto de Cultura india, presente en toda la nación. Había llegado allí en 1960, a la edad de 28 años, como docente de sánscrito. Luego, en 1972, fue nombrado director académico y continuó su carrera con gran pasión, guiando a muchos estudiantes en el doctorado de investigación. Son numerosos también los premios que recibió, entre ellos: el premio “Eminent Vedic Scholar” de la Universidad de Mumbai (India), el “Certificate of Honour” del Presidente de la India, el premio “Eminent Sanskrit Scholar” del Gobierno del país y el “Best Teacher Award” del Gobierno del Estado indio de Maharashtra. El 5 de enero de 2001 en Coimbatore (India), en la sala del College Nani Kalai Arangam se llevó a cabo la ceremonia de entrega del prestigioso “Defender of Peace Award” (“Premio Defensor de la paz”) a Chiara Lubich. Estaban presentes 500 personas, en su mayoría hindúes, un público cualificado entre los cuales el Profesor Upadhyaya. “Mientras haya personas así, Dios está con nosotros –dijo después de escucharla– y un día la tierra será como el cielo. Todas las religiones buscan la verdad y la verdad no es otra cosa que amor y paz como nos dice Chiara”. Más adelante explicará aún más: “Chiara Lubich me revela tangiblemente que a Dios se lo puede experimentar mediante un profundo e incondicional amor. Ni bien amas a Dios, tú te amas a ti mismo y amas a los demás así como Dios ama a toda la creación. Difundiendo tu amor, tu experiencia de Dios se hace más profunda dentro de ti y se vuelca fuera de ti. Amar se vuelve tu misma naturaleza, como las flores que emanan alrededor de ellas su fragancia. Regidos por el amor y la compasión, se fluye sin ningún esfuerzo, olvidándonos de nosotros mismos, como olas que danzan en el océano divino. Dejémonos inspirar por la consigna de Chiara para vivir amando a uno y a todos, experimentar la presencia de Dios dentro y fuera de nosotros y sentirnos felices sin medida”. El 12 de agosto de 2021 el Profesor Upadhyaya alcanzó para siempre la beatitud “Ananda” (el estado puro de alegría y felicidad), de la que a menudo hablaba.
A.M.A
https://vimeo.com/155552113 He aquí el recuerdo del profesor Upadhyaya escrito por Roberto Catalano, profesor de teología y praxis del diálogo interreligioso en el Instituto Universitario Sophia de Loppiano (Italia) http://whydontwedialogue.blogspot.com/2021/08/uppadhyaya-ji.html
Chiara Lubich nos recuerda que todos estamos llamados al diálogo. Y si vivimos momentos de la jornada solos, podemos hacer cada cosa en función de nuestros hermanos y hermanas, como verdaderos “apóstoles del diálogo”. … cada vez que tenemos que entrar en relación con uno o más hermanos o hermanas, directamente o por teléfono, o por escrito, o porque se trabaja para ellos, o se reza por ellos, debemos sentirnos en un perenne diálogo, llamados al diálogo. ¿De qué modo? Abriéndonos a ellos ̶ al hermano, a la hermana ̶ escuchando con el alma vacía lo que el hermano quiere, lo que dice, lo que le preocupa, lo que desea. Y cuando esto ha ocurrido, darle nosotros lo que desea o lo que sea oportuno. Y si tengo momentos y horas en los cuales debo dedicarme a mí misma (para comer, descansar, vestirme, etc.) hacer cada cosa en función de los hermanos, de las hermanas, teniendo siempre presentes a aquellos que me esperan. De este modo y solo de este modo, viviendo continuamente la “espiritualidad de la unidad” o “de comunión”, puedo contribuir con eficacia a que mi Iglesia sea “una casa y una escuela de comunión”; a que progrese, con los fieles de las otras Iglesias o Comunidades eclesiales, la reunificación de la Iglesia; a que se realicen con personas de otras religiones o culturas, espacios cada vez más amplios de fraternidad universal. […] Sintámonos pues “apóstoles del diálogo” y vivamos como tales. Un diálogo a 360º, ciertamente, pero iniciando con el pie justo: amando a cada prójimo que encontramos con la medida del don de la vida.
Chiara Lubich
Cf. “Conversazioni in collegamento telefonico” Citta Nuova ed. pag. 667, – 2004
El recuerdo de Anna y Alberto Friso, con quienes Nedo Pozzi, con creatividad y gran competencia, compartió durante décadas su compromiso de focolarino casado al servicio de la familia.“Dos ideas motrices influyeron en toda mi juventud: la necesidad de una consagración totalitaria a Dios y un amor instintivo y creativo por la belleza, por el arte, con la certeza inquebrantable de que en mi vida tendría que hacer algo realmente importante”. Se trata de un ambicioso proyecto de Nedo Pozzi, que no dudó en confiar también a nosotros, que durante casi cuarenta años hemos compartido el privilegio de formar parte del Centro Internacional de los Focolares. Al principio trabajando juntos en el área de “Familia”, por sus sólidas habilidades como comunicador y por su vasta cultura – núcleo duro de una rara sensibilidad interior – Nedo fue llamado luego a tareas más arduas y complejas: ayudar a realizar en 2000 la red que en el Movimiento conectaría operadores y expertos en comunicación (NetOne) y, posteriormente, con Vera Araujo, coordinar el diálogo de los Focolares con la cultura contemporánea. Autor de artículos y publicaciones para la Editorial Città Nuova, de contribuciones para intervenciones públicas de la fundadora Chiara Lubich, ponente en congresos internacionales, nacido en Mantua (Italia) (6 de julio de 1937) criado a orillas del lago Mayor, Nedo nunca perdió su osadía de soñador. Cuando solo tenía veinte años, conoció a Angela: una historia de amor abrumadora que los haría declarar con franqueza en los muchos cursos para novios que habían inventado el amor. Se casan temprano en la mañana con solo los testigos. No importa la comodidad y la riqueza: su primer almuerzo de bodas son dos tostados y una cerveza en la estación de Milán (Italia). Su aventura juntos toma forma alegremente bajo esos arcos que aún hoy evocan la imagen de una catedral secular. Pero pronto el sueño no se corresponde con la realidad. Y aparecen los indicios de una crisis que a primera vista parece irremediable. Es en ese momento que Nedo conoce el Focolar a través de un matrimonio: es el descubrimiento del amor verdadero, el de la A mayúscula, compuesto de gratuidad, de perdón, de vivir por el otro, de un amor para toda la vida, cuya raíz es Dios. Desde entonces, el ideal de unidad se convirtió en la esencia de su amor. Descubren que la donación a Dios y a los hermanos abre también a los casados la posibilidad de consagrarse a Dios, y en diferentes momentos Nedo y Angela responden a la llamada a ser focolarinos casados. Es el cumplimiento del primero de los dos grandes anhelos de Nedo: ser todo de Dios. En cuanto a la belleza, no quiere preocuparse, también porque no se imagina cómo conciliar esos dos llamados aparentemente tan contrastantes. Su vida es un crescendo de amor en la vida cotidiana en favor de todos. Y es en este sentimiento, en sus palabras, “implicado directa y vitalmente en pagar personalmente en todo momento”, que Nedo logra saciar su sed de belleza, descubriendo, escondida en cada prójimo, famoso o abandonado, la Belleza con la B mayúscula. Todos los que hemos tenido el don de vivir junto a él, de poder penetrar -gracias a sus intuiciones- el misterio de su vida y la nuestra, podemos testificar que en Nedo se dio la reconciliación de las profundas tensiones que dominaron su adolescencia. Con su fallecimiento (12 de agosto de 2021), tras ocho años de una enfermedad que fue reduciendo gradualmente sus habilidades intelectuales e interpersonales, hemos perdido a un gigante de sabiduría y caridad, un hombre de profunda fe y apasionada apertura. Pero nosotros, como ha testimoniado con Angela su hija Paola en nombre de los hermanos Pier Paolo y Daniela, también queremos recordarlo como un esposo y padre muy tierno, como un amigo de confianza, como un intelectual que vivió y trabajó para abrir – estas son todavía sus palabras – “un atisbo de lo Absoluto”.
Anna y Alberto FrisoEx responsables del Movimiento Nuevas Familias
Cuando se reconoce en el dolor ese rostro de Jesús Abandonado por su Padre en la cruz, y se lo acepta con todos los propios límites, entonces ese dolor se transforma en alegría. Y la vida adquiere otra dimensión, mejora, porque se la vive con amor.La pérdida del padre Yo ya era adulto cuando mi padre se fue de casa para formar otra familia, pero sin embargo la pérdida del padre siempre te deja un vacío que nada puede colmar. De él vuelven una y otra vez a la mente recuerdos y palabras. Lo más triste es cuando no sabes con quién compartir la alegría, un triunfo. Por más que ahora ya estoy casado, con un hijo por llegar, hay una sensación de orfandad que sigue estando. Mi mujer, en cambio, siente rencor por el padre que dejó la familia cuando su hermanita y ella eran pequeñas. Por ello, hablar entre nosotros de la figura paterna pone en evidencia nuestra gran diversidad. Pero justamente porque sabemos lo que significa tanto el amor como la falta de él nos esforzamos en ser para nuestros hijos futuros fuentes del verdadero amor. Por otro lado, es el tema en que tanto se hace hincapié en la comunidad parroquial a la que nos estamos incorporando: la naturaleza del verdadero amor, el que supera el egocentrismo, nos la explica Jesús que con su vida y su muerte nos indicó cuál es su medida. (P.I. – Suiza)El amigo humorista Considero que el humor es la visión nueva, que viene de Dios, de la vida cuando se la compara con el aspecto limitado, carente y a veces trágico que el hombre encuentra en los propios semejantes, además de en sí mismo. Durante años colaboré como dibujante con Nino, un queridísimo amigo, en algunas de sus divertidas publicaciones. Todos, absolutamente todos, caminando nos tropezamos. A Nino le pasaba que todas las veces que se tropezaba, se detenía un instante para pensar y cuando retomaba el trabajo se reía de lo sucedido. Después nos lo contaba y todos sonreían. Era ése, si lo miramos bien, el esquema de su humorismo. Un humor que con los años se había vuelto cada vez más fino, sin caer en la sátira, pero igualmente penetrante; era una burla amable no del hombre, sino de su “hombre viejo” que está siempre al acecho en todos. El mismo Nino escribía así hace algunos años: “Pienso que el humorismo es una dimensión imprevista, que de una persona, además de las cuatro medidas tradicionales –altura, longitud, anchura y profundidad–, también consigue descubrir sus cuatro anti-medidas. La cortedad, la bajeza, la estrechez y la superficialidad”. (Vittorio – Italia)Irina y el ecumenismo Soy ortodoxa, nací en Rusia y estuve casada con un sacerdote anglicano. Entre mi marido y yo nunca hubo dificultades teológicas; él amaba mucho a Iglesia ortodoxa. En un momento descubrimos todo lo que también teníamos en común con la Iglesia Católica. En Roma, mi marido dirigió un centro ecuménico en donde empleó todas sus energías. Tras su muerte, durante cinco años enseñé lengua rusa en la Gregoriana. Luego, ya en Inglaterra, fui presidente de un centro ecuménico en Oxford. En un libro que lleva como título El camino de la unidad hablo de mi esposo, de los contactos que tuvimos con importantes personalidades de varias Iglesias que apreciaron nuestra labor ecuménica. Claro, aún queda mucho por hacer para que se realice la unidad, pero no faltan espíritus proféticos que trabajan en este sentido. Son una minoría, es verdad, pero los hay; y son la gran fuerza de la Iglesia. A pesar de que entristece ver que existen aún muchos prejuicios que superar, hay que trabajar y tener esperanza, porque el mandamiento de Cristo es “que todos sean uno”. Para mí la Iglesia ya es una.
Recopilado por Lorenzo Russo
(extraído de Il Vangelo del Giorno, Città Nuova, año VII, número 4, julio-agosto de 2021)
Chiara Lubich nos recuerda que el reino de Dios pertenece a los que son como niños. Porque el niño se abandona confiadamente a su padre y a su madre: cree en su amor. Así, el cristiano auténtico, como el niño, cree en el amor de Dios, se lanza en los brazos del Padre celestial. Jesús desconcierta siempre con su modo de actuar y de hablar. Se aparta de la mentalidad común que consideraba a los niños insignificantes desde el punto de vista social. Los Apóstoles no quieren que estén a su alrededor, en el mundo de los “adultos”, pues no harían más que estorbar. También los sumos sacerdotes y los escribas “viendo a los niños que aclamaban en el templo: ¡Hosanna al hijo de David!”, se indignaron, y le pidieron a Jesús que los llamase al orden. Jesús, en cambio, tiene una actitud diferente ante los niños: los llama, los abraza, les abre sus brazos, los bendice y además los pone como modelo para sus discípulos: “De los que son como ellos es el Reino de los cielos”. En otro pasaje del Evangelio, Jesús dice que si no nos convertimos y nos hacemos como niños no entraremos en el Reino de los cielos. ¿Por qué el Reino de Dios pertenece al que se parece a un niño? Porque el niño se abandona confiado al padre y a la madre: cree en su amor. Cuando está en sus brazos se siente seguro, no teme nada. Y cuando a su alrededor advierte que hay peligro, le basta abrazarse más fuerte a su papá o a su mamá para sentirse enseguida protegido. A veces, su propio papá parece ponerlo en situaciones difíciles, como por ejemplo, para que un salto resulte más emocionante. Incluso en estas ocasiones, el niño se lanza confiado. Así es como Jesús quiere que sea el discípulo del Reino de los cielos. El cristiano auténtico, como el niño, cree en el amor de Dios, se lanza a los brazos del Padre celestial, pone en ÉI una confianza ilimitada, nada le da miedo porque nunca se siente solo. Aun en las pruebas cree en el amor de Dios, cree que todo lo que sucede es por su bien. ¿Tiene una preocupación? Se la confía al Padre y con la confianza del niño está seguro de que lo resolverá todo. Como un niño que se abandona completamente en Él, sin hacer cálculos. Los niños dependen en todo de los padres para la alimentación, el vestido, la casa, la instrucción. Nosotros también, “niños evangélicos”, dependemos en todo del Padre: nos nutre como a los pájaros del cielo, nos viste como a los lirios del campo, sabe lo que necesitamos aún antes de que se lo pidamos y nos lo da. Incluso el Reino de Dios no se conquista, sino que se acoge como un don de las manos del Padre. Aún más, el niño no hace daño porque no lo conoce. […] El “niño evangélico” pone todo en la misericordia de Dios y, olvidándose del pasado, empieza cada día una vida nueva, estando disponible a las sugerencias del Espíritu Santo, siempre creativo El niño no sabe aprender a hablar solo, necesita que alguien le enseñe. El discípulo de Jesús no sigue sus propios razonamientos, sino que lo aprende todo de la Palabra de Dios hasta hablar y vivir según el Evangelio. El niño tiende a imitar a su propio padre. Si se le pregunta que quiere ser cuando sea mayor, a menudo dice la profesión del padre. Del mismo modo, el “niño evangélico” imita al Padre celestial que es el Amor y ama como Él ama: ama a todos porque el Padre “hace salir el sol sobre malos y buenos y llover sobre justos e injustos”; es el primero en amar porque Él nos amó cuando éramos todavía pecadores; ama gratuitamente, sin interés porque así hace el Padre celestial… Por esto a Jesús le gusta rodearse de niños y los propone como modelo. […]
Chiara Lubich
Palabra de Vida de octubre de 2003En: Parole di Vita, a cura di Fabio Ciardi, Opere di Chiara Lubich, Città Nuova, 2017, pag. 702
Dice San Agustín: “Una vez para siempre, se te da una breve norma: ama y haz lo que quieras. Si callas, calla por amor; si corriges, corrige por amor. Que en ti esté la raíz del amor y todo lo que hagas será sólo el bien.Pon amor… Nunca habría imaginado que me casaría con un desconocido. De hecho, mi esposo manifestó un egocentrismo que lo alejaba de los demás. En realidad, escondía una tremenda sensación de inferioridad. Me había dado cuenta de ello cuando, para no herirlo, no podía alegrarme ni siquiera por los logros de nuestros dos hijos. ¡Y pensar que en un momento me sentía sostenida por él! Ahora, ese apoyo firme se había desvanecido y yo me sentía abrumada. Fue en ese contexto que el mensaje de una ex compañera del colegio –que luego había entrado en un convento– me anunció su decisión de dejar el camino que había emprendido. Fui a verla y ella me habló de su soledad, de ideales que se habían derrumbado, de envidias y celos en una comunidad como la suya, que tenía fines humanitarios. Me pareció verme a mí misma reflejada en un espejo. Nos encontramos varias veces más y una frase de San Juan de la Cruz, que ella citó, me iluminó en lo que tenía que hacer para intentar salvar la familia. La frase era: “Donde no hay amor, pon amor y encontrarás amor”. Empecé a esforzarme por hacerlo. No fue fácil, pero hoy las cosas han cambiado, tanto para mí como para ella. (M.d.A. – Albania)Quedarme en Siria Hace unos diez años, cuando la vida se había vuelto difícil para nosotros cristianos, nos preguntamos si teníamos que quedarnos en nuestra patria. Muchos ya habían decidido partir. Creo que han encontrado ambientes apacibles, sin ruidos de armas y sin miedo. Pero aunque hagamos poco, nos damos cuenta de que nuestra presencia aquí se ha vuelto una misión. No es cuestión de testimonio y fidelidad a nuestra fe, sino de proximidad, ésa de la que habla el Papa Francisco. Estamos seguros de que para nuestros hijos también esta situación, aun no siendo fácil, será una gran maestra de vida. (V.M. – Siria)Aprendamos de los pequeños Kanna nació en una familia cristiana y va al jardín de infantes. Muchos de sus compañeros y la misma maestra son de otras religiones. A finales de año, la maestra saludó una por una a todas las niñas; cuando llegó a Kanna, le dijo: “Te agradezco porque nos has hecho conocer a Jesús. Cuando nos hablabas de él, se sentía que estaba a tu lado. Nos has enseñado las oraciones que has aprendido en tu casa y que son muy bonitas. Esta mañana te vi cuando le regalaste a una compañera el premio que habías recibido y ese gesto me conmovió. Yo estoy por casarme, pero antes quiero recibir el bautismo y para ello me estoy preparando, porque quiero creer en Jesús como tú”. (Z.J. – Japón)
Recogido por Lorenzo Russo
(extraído de Il Vangelo del Giorno, Città Nuova, año VII, número julio-agosto 2021)
El 30 de julio de 2021 nos ha dejado la hermana Antonia Moioli, acompañada del cariño y la oración de muchos. Estaba serena y con una hermosa sonrisa.Nació en Alzano Lombardo (Bérgamo, Italia) el 13 de junio de 1949 en el seno de una familia profundamente cristiana, a los 19 años Antonia Moioli conoció el Movimiento de los Focolares: el descubrimiento de Dios Amor la hace amar a todos: desde la familia hasta los niños de la guardería. “Me preguntaba qué quería Dios de mí. Un sacerdote me aconsejó que no me preocupara, que siguiera viviendo el ideal y que confiara en Jesús que ha dicho: A quien me ama me manifestaré. Confío y me encomiendo. Mientras tanto, me doy cuenta de que tengo como compañeras de trabajo a unas religiosas muy vivaces y libres. Me regalaron un libro de su fundador, al leerlo, sentí alegría por la sintonía con el Ideal”. En 1971 ingresó en el Instituto de las Hermanas del Niño Jesús, hizo sus primeros votos en 1974 y los votos perpetuos en 1980. Vivió con entusiasmo la experiencia educativa; todos la recuerdan por su vitalidad, amor y pasión por los niños y jóvenes. En 1977 va a Roma, a la escuela de Santa María de los Ángeles donde enseña y se convierte en directora del Instituto. Es un referente para muchos estudiantes. Sus deberes institucionales no la alejan de los chicos, le permiten mostrarles la belleza de seguir a Jesús. En 1993 trabaja, era la única monja, en la pastoral juvenil de la Diócesis y en la Prefectura. Un exalumno dice: “La hermana Antonia fue una verdadera mujer, capaz de mostrar a la Iglesia la altísima vocación de lo femenino: saber ser madre, generando constantemente a sus hijos en la fe, en el encuentro con Jesús… como madre que conoce la potencialidad de sus hijos, no se detenía ante nuestras quejas… Una mujer fuerte, capaz de mostrar su humanidad. Durante la recepción de los jóvenes peregrinos, que llegaron a Roma para la Jornada Mundial de la Juventud (en el 2000), la hermana Antonia… se acercó y me dijo: ‘Tú lavarás los baños del gimnasio’. Hubiera preferido participar en otras actividades. Antes de comenzar, la hermana Antonia me dijo que para servir de verdad a las personas había que ensuciarse las manos. Y ahí noté lo más hermoso que me hizo reconocerla como una verdadera educadora: su puso a limpiar los baños conmigo… Estaba ante una mujer fuerte, feliz de ser monja y educadora, una mujer plena y realizada”. Deseaba que todos pudieran experimentar que amar es dar la vida, momento a momento. Otro rasgo suyo, propio del carisma de su congregación era el amor por los pobres y era sensible ante los que luchaban y las personas más sencillas. También sentía un gran amor por sus hermanas mayores. En 1996 fue responsable de la congregación en Italia y anima a las comunidades con su entusiasmo habitual. Al final de su mandato, se dedicó durante dos años al servicio del Centro Internacional de las religiosas del Movimiento de los Focolares y continuará a partir de entonces, mientras ocupa otros cargos. Celebrando 25 años de consagración escribe: “En estos 25 años he experimentado Su fidelidad más fuerte que mis infidelidades. El inmenso amor de Dios sana, anima, sostiene, es el Paraíso”. Y otra vez: “Al volver a empezar todas las veces que me ha costado o fracasado, me he sentido siempre envuelta por un inmenso amor; María y el carisma de la Unidad han sido fundamentales para hacerme una verdadera hija de mi fundador, con un corazón ensanchado a todas las expresiones eclesiales y la humanidad”. En los últimos años se ha encontrado con la debilidad y la enfermedad; ¡no le fue ahorrado nada, se le ha pedido todo! En ella se realiza lo que dice el fundador Nicola Barré: “Esta noche es un día espléndido”, y como ha escrito la presidenta del Movimiento de los Focolares, Margaret Karram, “la hermana Antonia deja el ejemplo de una verdadera discípula de Jesús, fiel en vivir la Palabra y a seguirlo constantemente, que ha trabajado incansablemente y en los más variados ámbitos por la realización del que todos somos uno”.
Chiara Lubich nos invita a mirar a Jesús como a un espejo, como invita Santa Clara en las cartas a algunas de sus hermanas, un espejo que en su humanidad refleja la divinidad. Hoy podemos preguntarnos: nosotros ¿somos de algún modo espejo de Jesús? ¿Lo somos para los demás? En las cartas a Inés de Praga*, que forman parte de los escritos que hablan de su exigencia de fidelidad radical al Evangelio, (Santa) Clara invita a las hermanas a mirar a Jesús como a un espejo: un espejo que en su humanidad refleja la divinidad. “Pon tus ojos – escribe – delante del espejo de la eternidad (Jesús); y transfórmate totalmente (…) en la imagen de Su divinidad” (FF 2888) […] Santa Clara entonces le pide a Inés que mire al Esposo, pero también que lo imite repitiendo las mismas elecciones, los mismos actos, los mismos gestos. […] Pero hoy podemos preguntarnos: nosotros ¿somos de algún modo espejo de Jesús? ¿Lo somos para los demás? A propósito de esto quisiera recordar un sueño que teníamos en los primeros tiempos. Decíamos: “Si por una hipótesis absurda todos los Evangelios de la tierra se destruyesen, nosotros quisiéramos vivir de tal modo que los demás, considerando nuestra conducta, viendo en nosotros, de alguna manera, a Jesús, pudieran volver a escribir el Evangelio:‘Ama a tu prójimo como a ti mismo’ (Mt 19,19), ‘Den y se les dará’ (Lc 6,38), ‘No juzguen…’ (Mt 7,1), ‘Amen a sus enemigos…’ (Mt 5,44), ‘Ámense mutuamente…’ (Cf. Jn 15,12), ‘Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, yo estoy en medio de ellos (Mt 18,20)”.
Chiara Lubich
El espejo – Chiara Lubich, Berna, 11 de agosto de 2002* Religiosa de la Orden de Santa Clara
Jesús nos pide que nos hagamos pequeños, como un niño que se abandona confiado a su padre y a su madre y cree en su amor. “Nosotros también, ‘niños evangélicos’, dependemos en todo del Padre – dice Chiara Lubich – él sabe lo que necesitamos, incluso antes de que se lo pidamos, y nos lo da”.Adopción a distancia En enero de 2017 adopté a distancia una niña de Kenia. Sin embargo, durante aproximadamente un año, mi vida dio un giro inesperado y no tenía un ingreso fijo, así que dos o tres veces me pregunté si podría seguir manteniendo a la niña; y siempre la palabra de Jesús “Lo que hagas a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí me lo hiciste”, fue un estímulo para seguir ocupándome de ella. De hecho, después de cada momento de vacilación, aparecía un nuevo proyecto de trabajo que confirmaba mi decisión. Doy gracias a Dios que me ama inmensamente y me da prueba continua.(Anny – Rumanía)Un modelo innovador Último año de odontología, el más desafiante. No debía pensar en otra cosa para graduarme rápido, en cambio acepté dar lecciones a Fabio, que no le va bien en la escuela, para favorecer a su madre, una señora que conocí por casualidad. Gratis, porque sus finanzas no son buenas. Un día, cuando le doy al chico una lección de ciencias, tengo que explicarle, casualmente, los dientes. Para hacerle comprender mejor la obra maestra que es nuestro sistema de masticación, sin darme cuenta, invento un modelo con un dispositivo técnico, sencillo pero muy práctico para la enseñanza. Comunico el descubrimiento al profesor de la tesis. Se entusiasma con eso. Además, me propone ilustrarlo en una lección que se hará en la Universidad de Caserta, especificando no solo el aspecto técnico, sino también la circunstancia que me hizo darme cuenta. En los meses siguientes, también tuve la oportunidad de hablar de ello con 70 estudiantes. La última noticia del profesor es que también se publicará un libro sobre mi descubrimiento. Y todo porque escuché la petición de una madre. (Tonino – Italia) Tentación Casado y con tres niñas, trabajo en una carpintería. Tengo una pequeña cuenta bancaria, pero nuestra situación económica no es floreciente. Un día, yendo a hacer un depósito, encontré 235 bolívares registrados a mi favor: ¡precisamente la suma que necesitaríamos! Fingí que no pasaba nada y decidí, con mi esposa, esperar una semana. Mientras esperaba, hice las más variadas conjeturas sobre ese dinero; tal vez alguien estaba sufriendo o podría perder su trabajo por mi culpa. Hace unos años el amor al prójimo no formaba parte de mis planes. Pero ahora… De vuelta en el banco, se lo expliqué al encargado del sector. “Eres la persona más honesta que he conocido”. Como era necesario investigar un poco para entender qué había sucedido, me dio una cita a los tres días. Cuando volví al banco ya habían encontrado el error. Con alivio, supe que el dinero pertenecía a un hombre que participa en las reuniones sobre la Palabra de Vida en mi propia parroquia. Afortunadamente, no había sucumbido a ese momento de tentación. (José – Venezuela)
Lorenzo Russo
(tomado del Il Vangelo del Giorno, Città Nuova, año VII, n.4, julio-agosto de 2021)
Chiara Lubich cita a San Francisco y su “perfecta alegría” y nos invita a experimentar, ante un dolor por una renuncia, un desapego, una prueba o una enfermedad, la plenitud de sentido: “Tú eres, Señor, mi único bien”. Un día san Francisco, verdaderamente enamorado de su Señor, mientras iba camino de Asís en invierno, descalzo y medio aterido de frío, le explicó a fray León en qué consistía «la perfecta alegría, la perfecta leticia». No consistía tanto en hacer milagros y resucitar a los muertos, ni en profetizar y hablar todas las lenguas, sino en estar dispuestos a recibir las injurias de los hermanos del convento al que se dirigían conservando la caridad, porque «por encima de todas las gracias y de los dones del Espíritu Santo… –decía–, está el de vencerse a sí mismo y de sobrellevar gustosamente, por amor a Cristo Jesús, penas, injurias, oprobios e incomodidades». En esto estaba según él la «perfecta leticia». Probemos también nosotros. Cuando nos demos cuenta de que se acerca el dolor (por una renuncia, un desapego, una prueba o una enfermedad), repitamos con san Francisco: «Aquí está la perfecta leticia», que es como decir, con sentido pleno, «Tú eres, Señor, mi único bien». Un pensamiento fuerte, ¿verdad? E implacable. Pero es con acciones como esta como podemos progresar en la vida, y hasta volar; podemos dejar una estela luminosa y arrastrar a muchos otros.
Chiara Lubich
Perfecta leticia, Conexión CH – Castel Gandolfo, 17 de diciembre de 1998Chiara Lubich, Construir el Castillo exterior, Ciudad Nueva, Madrid, 2004, pp. 71-72
En relación con el caso de violencia a menores de edad por parte de J.M.M., ex miembro consagrado del Movimiento de los Focolares, el Movimiento instituyó el 26.07.2021 un órgano de Vigilancia con la Función de Supervisor Independiente (FSI) de la investigación en curso a cargo de la sociedad GCPS Consulting, comisión independiente encargada por el Movimiento de los Focolares en diciembre de 2020. La presidenta del Movimiento de los Focolares Margaret Karram junto al copresidente Jesús Morán, confirieron a Alain Christnacht la función de Supervisor Independiente. Dicho órgano se instituyó principalmente como garantía de las víctimas y también del correcto desarrollo de la investigación por parte de GCPS Consulting, sociedad a quien el movimiento renueva su total confianza y que sigue siendo la única autorizada para llevar a cabo la investigación. Para quienes deseen ponerse en contacto con el Supervisor Independiente en relación con la investigación en curso, puede utilizar este email: superviseurac@gmail.com Antes de diciembre de 2021, GCPS Consulting elaborará un informe público que explicará detalladamente los resultados y las recomendaciones de la comisión de investigación. En este sentido, la vigilancia del Supervisor Independiente, externo al Movimiento de los Focolares y al GCPS, es una garantía adicional para las víctimas y un ulterior soporte en la búsqueda de la verdad. Quién es Alain Christnacht Alain Christnacht, francés, es un alto funcionario del Estado; ocupó cargos a nivel nacional como prefecto y consejero de Estado. Hoy es presidente del Samusocial de París, una organización de interés público que ayuda a las personas sin hogar. Ex presidente o administrador de organizaciones juveniles, desde 2016 preside una comisión nacional independiente de expertos en pedofilia, formada por magistrados y médicos, la misma asesora la Conferencia Episcopal Francesa.
El 29 de julio es el último día del año 2021 para la disponibilidad de los recursos que la Tierra pone a disposición del hombre. ¿Cómo se puede invertir el rumbo frente a este derroche? Los jóvenes de los Focolares han lanzado dos proyectos sobre la conversión ecológica.El overshoot day (Día de la sobrecapacidad de la Tierra) es la fecha simbólica que indica el momento en el que el hombre ha consumido todos los recursos que la Tierra permite regenerar en un año. Para hacer un ejemplo banal, imagina que en la Tierra en un año crezcan 100 nuevos árboles, pero nosotros, los hombres, derribamos más de 100. El overshoot day indica el día en el que la humanidad derriba el árbol número 101. Este año el overshoot day cae el 29 de julio. Es exactamente así, a partir de hoy y hasta fin de año consumiremos más recursos de los que nos podemos permitir. Y a pesar de ello, apuesto a que no te parece un día tan distinto de ayer. Mientras estás leyendo, no estás preocupado, así como no te han parecido preocupadas las personas con las que te has encontrado hasta ahora durante este día, ni te parecerán preocupadas las que encontrarás a partir de ahora hasta que te vayas a dormir. Quiero que sepas sólo una cosa: no es culpa tuya. No eres un insensible, alguien que no se interesa por nada, incluyendo el ambiente o el planeta. No estás preocupado porque tú también como yo, ya te has acostumbrado a este tipo de noticias acerca de la crisis climática. Y cuando nos acostumbramos a algo, dejamos de percibirlo como una emergencia. Las noticias acerca de la crisis climática ya forman parte de nuestra rutina, de lo cotidiano. Y existe el peligro de que acostumbrarse a oírlas nos haga perder el deseo de comprometernos en cambiar las cosas. Me pasa a mí también, que estoy escribiendo, y ello me entristece. Sin embargo, tengo una buena noticia. No todos se quedan inermes frente a estas noticias desalentadoras. Algunos tratan de reaccionar para cambiar las cosas. Hablo por ejemplo de los jóvenes del Movimiento de los Focolares, que con dos proyectos que apuntan a afrontar justamente el tema de la utilización de los recursos y de la ecología, se están movilizando para dar su aporte. PATHWAYS – Las personas, el planeta, y nuestra conversión ecológica El primer proyecto lleva el nombre de PATHWAYS – Las personas, el planeta, y nuestra conversión ecológica, es una campaña de sensibilización y acción, dentro del proyecto Pathways for a United World (caminos para un mundo unido), con una duración de seis años. A partir de ahora y por la duración de un año, los Chicos por la Unidad, los Jóvenes por un Mundo Unido y la Asociación New Humanity, promotores de la iniciativa, trabajarán en acciones a nivel local y global, con una modalidad de actividad en tres fases: 1) Learn – estudiar e informarse, para dar fundamento a las propias acciones. 2) Act – actuar. 3) Share – compartir las propias acciones en las redes sociales con el hashtag #daretocare ZERO HUNGER (hambre cero) El segundo proyecto tiene relación con los recursos alimenticios de nuestro planeta. Desde ya hace algunos años, los chicos y los jóvenes del Movimiento de los Focolares han empezado a dar su ayuda a la FAO, con un compromiso por “Zero Hunger”, que tiene como objetivo la reducción del hambre en el mundo. En este momento, un equipo internacional está trabajando para coordinar actividades globales, pero sin olvidar el aspecto local de la temática, con actividades e iniciativas en los diferentes territorios. Luigi Muraca – Redacción adolescentes
Numerosos migrantes venezolanos intentan todos los días llegar a Chile vía Perú. La solidaridad de la comunidad de los Focolares de Lima con gestos concretos gracias a la Providencia que no tarda en llegar.“Solo se necesitan unos pocos gestos para salvar el mundo”, dice la escritora y poeta Edith Bruck. Y esto es lo que intentamos hacer todos los días, para ayudar a los más necesitados, especialmente a los migrantes venezolanos que pasan por el Centro Juan Carlos Duque vinculado a la comunidad de los Focolares en Lima, Perú. De camino a Chile C. es colaborador del Centro Juan Carlos Duque. Hace unas noches pudo volver a abrazar a su hermana: ¡no se habían visto en 4 años! Ella va camino a Chile con su esposo y un niño con la esperanza de cruzar la frontera a través del desierto muy frío. Pudimos darles una maleta con ropa de abrigo, llegados de Providencia. Son muchos los venezolanos que intentan, no sin riesgo, ingresar a Chile para reunirse con sus familiares. La solidaridad entre estas personas es enorme a pesar del sufrimiento que las acompaña. Para que podamos vestir a Jesús Otra colaboradora del Centro Juan Carlos Duque nos habló de una pareja de venezolanos, que están en Perú desde hace 4 años y han llegado a Lima hace casi tres meses. Solo tienen un colchón para dormir, una colcha insuficiente para el frío de esta región (ha comenzado el invierno) y una cocina que le han prestado, pero que deben devolver. ¡Necesitan sábanas, platos, vasos, ropa y zapatos talla 44! Con gran asombro encontramos, entre los que llega de Providencia, ¡un par de zapatos n° 44! Tenemos tanta Providencia como cuanta ellos necesitan. “De esta manera podemosvestir a Jesús para que no sufra frío…”, dijimos. Gracias también a las donaciones de UNCHR (agencia de la ONU para los refugiados) pudimos satisfacer las necesidades de esta familia. Pueden imaginar su alegría: después de solo 40 minutos de su solicitud de ayuda, ya los habíamos contactado para darles todo lo que necesitaban. Barbara, uno de nosotros muere Llega una llamada telefónica desde Arequipa: “Estamos pasando por tiempos muy duros. Nuestra inquilina y gran amiga venezolana, Bárbara, murió repentinamente. Estaba a punto de cumplir 29 años. Estamos en estado de shock. Mi madre, mi hermano y yo dijimos inmediatamente nuestro Sí a la voluntad de Dios, en un momento tan difícil en el que no es fácil entender los planes de Dios. Pero se trata de amar este dolor y poder transmitir a su hermano y primos la misericordia y el amor del Padre”. Bárbara había estado unos días antes en nuestra sede en Arequipa para recoger una manta pesada y un kit de cocina, que llegó como una donación de UNCHR, y habíamos incluido algunas cosas más. Iestaba realmente feliz con esa Providencia! Estamos seguros que ahora seguirá ayudándonos desde arriba y a que no falte la Providencia. Y hablando de la Providencia, el timbre de la puerta del Centro Juan Carlos Duque, inesperadamente, vuelve a sonar es UNHCR que nos entrega mucho más de lo pedido para nuestros migrantes: 100 barbijos de tela lavables; 216 jabones; 5 paquetes con 72 mantas… ¡el ciento por uno!
Fragmento del discurso de Chiara Lubich pronunciado en Lucerna (Suiza) el 16 de mayo de 1999, con motivo del 19° Congreso Internacional para la familia. Si observamos la situación internacional de la sociedad que nos rodea, estas breves reflexiones sobre lo que debería ser la familia, pueden parecer una ingenua utopía. La cultura individualista difundida en Occidente tiende a fragmentar y promover al hombre y a la mujer según sus necesidades y consumo. […] “En un contexto social marcado por el individualismo y por la búsqueda del beneficio, la familia es muy frágil. Y sobre todo son las familias marginadas las que se disgregan”*. […] Frente al gran misterio del dolor nos quedamos desorientados. […] En la Biblia existe un momento vértice de dolor, expresado con un “porqué” lanzado al cielo. El evangelista Mateo, en la narración de la muerte de Jesús, dice: “A eso de las tres Jesús gritó con fuerza: “Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (Mt 27, 46). […] En aquel abandono, expresión última y mayor de su amor, Cristo alcanza la extrema anulación de sí y reabre a los hombres el camino de la unidad con Dios y entre ellos. Aquel “porqué” – que para Él no tuvo respuesta – responde a cualquier grito del ser humano. ¿No es acaso semejante a Él el angustiado, el que está solo, el fracasado, el condenado? ¿No es acaso la imagen de toda división familiar, entre grupos, entre los pueblos? ¿No es acaso la figura de Jesús Abandonado la persona que pierde, por así decir, el sentido de Dios y de su designio sobre el hombre, la persona que ya no cree en el amor y acepta cualquier subrogado? No existe tragedia humana o fracaso familiar que no estén contemplados en la noche del Hombre-Dios. Por medio de aquel vacío, de aquella nada, volvió a correr la gracia, la vida de Dios hacia el hombre. Cristo reconstruyó la unidad entre Dios y la creación, recompuso el designio, creó hombres nuevos y de consecuencia familias nuevas. […] El gran evento del sufrimiento y del abandono del Hombre-Dios puede llegar a ser punto de referencia y fuente secreta capaces de transformar la muerte en resurrección, las limitaciones en motivo de amor, las crisis familiares en etapas de crecimiento. ¿Cómo? […] Si creemos que detrás del entramado de la existencia existe Dios con su amor, y si, fortificados por esta fe, percibimos en los pequeños y grandes sufrimientos cotidianos, nuestros y de los demás, un aspecto del dolor de Cristo crucificado y abandonado, una participación en el dolor que redimió el mundo, es posible comprender el significado y porvenir también en las situaciones más absurdas. […] Podemos contar dos experiencias emblemáticas. Claudette, una joven esposa francesa, fue abandonada por el marido. Tenía un hijo de un año. El ambiente cerrado de provincia y de su familia la llevó a pedir el divorcio. Mientras tanto, conoce a una pareja que le habla de Dios, que está cerca de quien sufre: “Jesús te ama – le dijeron -; también Él, como tú, fue traicionado y abandonado; en Él podemos encontrar la fuerza para amar todavía y perdonar”. Lentamente el resentimiento en ella desapareció y empezó a comportarse de otra manera. También su marido se dio cuenta de ese cambio. Cuando se encontraron ante el juez para la primera audiencia, Claudette y Laurent se miraron con ojos nuevos. Aceptaron reflexionar unos seis meses. Volvieron a tener contacto entre ellos y cuando el magistrado los llamó para decretar el divorcio, respondieron juntos: “No”. Y descendieron las escalinatas del tribunal tomados de la mano. El nacimiento de otras dos hijas fue la alegría de un amor que puso en el dolor raíces profundas. Otra. A una hermosa familia, precisamente de aquí, de Suiza, un día el hijo le comunica que consume drogas. Intentan de todo para curarlo, pero sin éxito. Un día ya no vuelve a casa. Sentimientos de culpa, miedo, impotencia, vergüenza en estos padres. Pero es el encuentro con Jesús Abandonado, en esta típica llaga de nuestra sociedad. Lo abrazan en su sufrimiento y advierten en su corazón que el amor verdadero “se hace uno con el otro, entra en su realidad”… Los padres entonces se abren solidariamente a este tipo de sufrimientos. Organizan un grupo de familias que distribuyen sándwiches y té a los jóvenes de la plaza Platzpitz, que en aquel momento era el infierno de la droga de Zurich. Un día allí encuentran a su proprio hijo, consumido y casi en las últimas. Con la ayuda también de otras familias ha sido posible iniciar a recorrer el largo camino de la liberación. […] Muchas veces los traumas se resuelven, las familias se reúnen. A veces no. Las situaciones externas permanecen como son, pero el dolor es iluminado, la angustia se resuelve, la fractura se supera. A veces el sufrimiento físico o espiritual permanece, pero adquiere un nuevo sentido, uniendo la propia pasión a la de Cristo que continua redimiendo y salvando las familias y la humanidad entera. Entonces el yugo se vuelve suave. La familia puede intentar recomponerse y corresponder al esplendor original del designio del Creador, bebiendo de la fuente del amor que Cristo trajo a la Tierra.
Chiara Lubich
De Nuova Umanità, 21 [1999/5], 125, pp. 475-487 *Chiesa locale e famiglia (CLEF), «Agencia de información y documentación de pastoral familiar», 13 (1995), 49, p. 15.
El Papa Francisco ha dedicado esta celebración del 25 de julio a subrayar la vocación de la Tercera Edad. “Custodiar las raíces, transmitir la fe a los jóvenes y hacerse cargo de los pequeños” sostiene Francisco en su mensaje. Para la ocasión hemos recogido algunas experiencias de abuelos y nietos que dan testimonio del amor entre las generaciones. “Cuando todo parece oscuro, como en estos meses de pandemia, el Señor sigue mandando ángeles para consolar nuestra soledad y repetirnos: “Yo estoy contigo todos los días”. En su mensaje por la primera Jornada Mundial de los abuelos y los ancianos, que se celebra el 25 de julio de 2021, el Papa Francisco ha querido ofrecer un mensaje de esperanza y cercanía a los abuelos y a los ancianos de todo el mundo. ¡Quisiera que “cada abuelo, cada anciano, cada abuela, cada anciana -especialmente quién entre nosotros está más solo- reciba la visita de un ángel!” a través de un nieto, un familiar, un amigo. Durante este periodo de pandemia hemos comprendido cuán importantes son los abrazos, las visitas, los gestos de amor. Signos que se viven cotidianamente entre abuelos y nietos o con los vecinos de casa ancianos. Por ejemplo Martín tiene 8 años y es un Gen 4 -los niños de los Focolares- que vive en Uruguay. Vive cerca de una anciana abuelita, que cultiva flores en su jardín. Algunas veces unos niños tiran el balón a su jardín haciéndola enojar, y después se burlan de ella. Martón se da cuenta de que esto no está bien y entonces decide ayudar a la señora. Toma una carriola y quita la mala hierba y la basura del jardín. La señora le agradeció y, cada vez que la ayuda, le regala un dinerito, que él comparte con los pobres. Nicola en cambio es abuelo de 8 nietos. Un día un Gen 4 lo invita a hablar en el catecismo sobre la familia. Mientras camina ve un nido que se había caído de una rama y que estaba abandonado. Lo recoge y lo lleva al catecismo. Una linda idea, porque así puede explicar cómo nace un nido, pero también cómo nace una familia. Todos tienen algo que agregar y la hora del catecismo pasa muy rápido. Rosaria tiene 70 anni y es una abuela que se dedica mucho a sus nietos y a los Gen 4 de la comunidad local. “Siempre me parece que hago pocas cosas -cuenta- pero me doy cuenta de que algo pasa, hacen experiencias que no me habría imaginado. Por ejemplo, una niña de la escuela le arañó la cara a Tommaso. Cuando la maestra se da cuenta le pregunta por qué no le había dicho nada. Y él responde excusando a la compañera porque no lo había hecho a propósito. Cuando la maestra se lo cuenta a sus padres, quedan sorprendidos positivamente porque nunca se había comportado así”. La abuela Rosaria tiene un secreto, todos los días reza por todos los Gen 4 y por todos los niños del mundo. “Creo que esto es lo más importante”. La abuela Mary de New York relata en Living city: “Hace algunos años antes de Navidad nuestra nieta Cecilia, que entonces tenía 11 años, regresó a la casa con un bolso lleno de regalos comprados con el dinero que le había dado su mamá. Estaba tan feliz mientras hacía ver lo que había elegido para un par de amigos y para sus familiares. ¡Me quedé maravillada del amor con el que había elegido esos regalos!”. Empecé a contarle cómo había sido mi Navidad cuando era niña y vivía en Filipinas. Éramos bastante pobres. Después de la misa de medianoche íbamos a la casa de los vecinos para cenar juntos. Cada uno de nosotros recibía una manzana roja deliciosa como regalo de Navidad. ¡Era algo realmente especial! Cecilia escuchándome dijo: “¿De verdad? Una manzana roja deliciosa?”. “Sí”, le dije, “¡una manzana roja deliciosa!”. En cuanto su papá volvió a casa le dijo: “¿Sabes qué recibió la abuela de regalo de Navidad? ¡Una manzana roja deliciosa!”. El día de Navidad, estábamos festejando en nuestra casa de Nueva York con algunos de nuestros hijos y sus hijas. Mi nuera trajo una cesta con escrito “Feliz Navidad” y dentro una docena de manzanas, diciendo: “Cecilia me llamó y me pidió: ‘¿Comprarías 12 manzanas para la abuela, para que no tenga solo una sino 12 para Navidad? ¡Qué regalo de Navidad! Hemos descubierto más y más veces que no es necesario tener muchos regalos para amar a Dios y a los demás en Navidad. A veces basta una manzana roja y deliciosa”.
Lorenzo Russo
Videomensaje del Papa por la primera JOrnada mundial de los abuelos y de los ancianos https://youtu.be/1qhzDGFl-6w
Como el ancla, que aferrándose al fondo marino da a los navegantes seguridad, así es la esperanza que nos mantiene seguros en Dios y que refuerza nuestra fe.Clase de francés En el liceo, clase de francés. El profesor no llegaba. Estábamos juntas dos secciones, no nos conocíamos y durante la espera crecía la incomodidad. A este punto, superando el temor de ser juzgado o que se burlaran de mí, tomé la iniciativa de compartir con mis compañeros algunos textos de poesías en francés, idioma que conozco bastante bien. Después me puse a escribir en la pizarra, siempre en francés, el “Padre nuestro”. Los demás empezaron a copiar el texto. Cuando recién terminé de escribir, entró la profesora, que, viendo a los alumnos que trabajaban silenciosamente, se quedó sorprendida, casi conmovida. Resultado: le puso un 10 -la nota más alta- a toda la clase. (Ralf – Rumanía) El suicidio de un hijo Luca tenía 19 años y era muy sensible. No lograba aceptar el mal que a veces parece prevalecer en el mundo. Cuando se suicidó, solo el anclarnos en Dios y el apoyo de la comunidad nos dieron un poco de alivio y esperanza. Nuestra relación como pareja subió de nivel. También nuestro otro hijo, Enrico, reaccionó poniéndose al servicio de los demás y ahora trabaja en una comunidad de jóvenes desadaptados. Ciertamente con el pasar del tiempo advertimos fuerte la ausencia de Luca, pero un hecho nos ha dado fuerza. Un amigo nuestro nos habló de un joven enfermo de cáncer que, cansado de todo, rechazaba la quimioterapia y prefería dejarse morir. Le hablé de Luca, que también había frecuentado su escuela, y de cómo su trágica desaparición había llevado a mucha gente a “despertar” y ser más sensible con los demás, y al final ese joven aceptó continuar con el tratamiento. Este episodio nos hizo entender que la vida sigue adelante y fue el estímulo para ser fuertes y sembrar esperanza en quienes encontramos. (Maurizio – Italia) Mi ambición Después de haber trabajado durante años en un conjunto musical de éxito, con el crecimiento de mi familia había emprendido un trabajo en una agencia cultural que organizaba conciertos. Pero debido a los efectos de la pandemia muchas cosas cambiaron, también para mí; había pocos contratos, pocos espectáculos. Ante un futuro cada vez más incierto me preguntaba cómo salir adelante. Después, recibí una llamada telefónica de una persona que había conocido porque me había ayudado cargando y descargando instrumentos, quería saber cómo me estaba yendo, si tenía necesidad de trabajo, dado que en el supermercado donde trabajaba necesitaban personal. Acepté. Y de esta forma pasé de los contactos con las filarmónicas a ayudar a la viejita desorientada a encontrar el estante donde estaban los huevos y el aceite… La gran lección de la pandemia ha sido precisamente esta, el amor pasa a través de pequeños gestos de amor silenciosos, y no a través de proclamas ruidosas. En mi juventud mi verdadera ambición era llegar a ser rico… ahora soy rico en otro sentido, he descubierto una dimensión más auténtica y más bella de la humanidad. (T. M. – República Checa)
A cargo de Lorenzo Russo
(tomado de Il Vangelo del Giorno (El Evangelio del día), Città Nuova, anño VII, n.4, julio-agosto 2021)
En las afueras de la capital de la República Centroafricana, miembros de los Focolares fundaron una escuela. Hasta la fecha, acoge a más de 500 niños, muchos de los cuales, después de largos períodos de guerra, deben recuperar los años escolares perdidos.Estamos en Bangui, la capital de la República Centroafricana, un Estado ubicado en la parte interna y central del continente africano, sin salida al mar. La capital está ubicada en el suroeste, en una zona fronteriza con la República Democrática del Congo. Hace cuatro años en un suburbio de Bangui nació una guardería y escuela primaria llamada Sainte Claire (Santa Clara), que actualmente alberga a 514 alumnos. Se fundó tras un llamamiento que habían lanzado el papa Francisco y Maria Voce, entonces presidenta de los Focolares: para atender las necesidades de la gente, especialmente hacia las periferias. “Para nosotros, la necesidad más urgente era la educación – explica Bernadine, miembro de los Focolares y directora de la escuela Sainte Claire – porque, después de largos años de guerra, muchos niños habían perdido varios años de escuela. Por lo tanto, podríamos ayudarlos a recuperar y alcanzar el nivel de sus compañeros”. Al estar ubicada en un vecindario suburbano, la escuela recibió de inmediato a muchos niños nacidos de familias que huyeron de la ciudad, donde la guerra destruyó sus hogares. “Vienen aquí para renacer, para comenzar una nueva vida”, continúa Bernadine. El Instituto Sainte Claire es católico y, fundado por miembros del Movimiento de los Focolares, trata de transmitir una enseñanza basada en la cultura de la unidad. El director explica: “cada día se comienza con la oración de la mañana; luego tiramos el dado del amor, en el que se puede leer frases cortas para vivir bien el día. Al día siguiente, antes de volver a tirar el dado, compartimos las experiencias del día anterior. Están los que ayudaron a su madre a lavar los platos, los que hicieron las paces con su amigo después de una pelea…”. En este momento ya no hay guerra en el país y la situación a nivel político es más tranquila. Sin embargo, aún quedan muchas secuelas que repercuten en la población, entre ellas el toque de queda de las 20:00 a las 5.00 de la mañana. Luego, hay numerosas complicaciones vinculadas a factores económicos y sociales. Bernadine, explica: “Hace unos días, por ejemplo, hubo una gran lluvia que dañó los cables eléctricos. A partir de ese momento disponemos de electricidad solo durante 2-3 horas al día. Esto cambia mucho la vida de las personas: empezando por la comida, que no se puede conservar. Por no hablar de todos los que trabajan con electricidad: ¡no pueden realizar sus actividades durante varios días!”. Luego se añadió la pandemia. En 2020, el instituto Sainte Claire tuvo que cerrar definitivamente el año en marzo en lugar de junio, lo que tuvo un fuerte impacto en la educación de los alumnos, que nuevamente se quedaron sin escuela. Pero las consecuencias económicas para todo el país también fueron duras: se cerraron las fronteras y la República Centroafricana, sin acceso al mar, tuvo dificultades con la entrega de mercancías desde el exterior. Por tanto, ha habido un fuerte aumento de los precios. Sin embargo, a pesar de las dificultades del momento, las actividades de la escuela se han reanudado y continúan: “durante la Semana Mundo Unido de este año (del 1 al 9 de mayo) los niños ayudaron a construir un campo deportivo, plantando las semillas del césped, de manera que en unos meses podrán usarlo como un lugar para practicar deportes”. La educación, por tanto, no se detiene, incluso en medio de las dificultades: todavía nos permite sembrar nuevas semillas de esperanza, para un futuro mejor.
Es un trabajo entre dos, en perfecta comunión, que exige de nosotros una fe grande en el amor de Dios por sus hijos. Esta confianza recíproca produce milagros. Se verá que, donde no hemos llegado nosotros, ha llegado verdaderamente Otro que ha actuado inmensamente mejor que nosotros. Es gran sabiduría emplear el tiempo que tenemos viviendo perfectamente la voluntad de Dios en el momento presente. Sin embargo, a veces nos invaden pensamientos tan agobiantes –tanto con relación al pasado o al futuro como al presente, pero concernientes a lugares, circunstancias o personas a las que no podemos dedicarnos directamente–, que cuesta un grandísimo esfuerzo manejar el timón de la barca de nuestra vida manteniendo el rumbo hacia lo que Dios quiere de nosotros en ese momento presente. Entonces, para vivir bien, con perfección, se necesita una voluntad, una decisión, pero sobre todo una confianza en Dios que puede llegar hasta el heroísmo. «Yo no puedo hacer nada en ese caso, por esa persona querida, en peligro o enferma, por esa circunstancia intrincada… Pues bien, haré lo que Dios quiere de mí en este momento: estudiar bien, barrer bien, rezar bien, atender bien a mis niños… Y Dios se encargará de desenredar esa madeja, de consolar a quien sufre, de resolver esa situación imprevista». Es un trabajo entre dos, en perfecta comunión, que exige de nosotros una fe grande en el amor de Dios por sus hijos y le da al mismo Dios, por nuestro modo de actuar, la posibilidad de tener confianza en nosotros. Esta confianza recíproca produce milagros. Se verá que, donde no hemos llegado nosotros, ha llegado verdaderamente Otro que ha actuado inmensamente mejor que nosotros. Este acto heroico de confianza será premiado; nuestra vida, limitada a un solo campo, adquirirá una dimensión nueva; nos sentiremos en contacto con lo infinito que anhelamos, y la fe, al cobrar nuevo vigor, reforzará en nosotros la caridad, el amor. Nos olvidaremos completamente de lo que significa la soledad. Resultará más evidente, porque lo hemos experimentado, que somos de verdad hijos de un Dios Padre que todo lo puede.
Chiara Lubich
(De El tiempo queda, Ciudad Nueva, Madrid, 2ªEd 2005, pp. 36-38)
La experiencia del focolar de Manaus ayudando a los sin techo. Un forma de ser Iglesia en salida, ir a las periferias existenciales y buscar a los más necesitados. Hace algunos meses, un focolarino del focolar de Manaus, Brasil, sintió el deseo de hacer algo para ayudar a las personas que se encuentran en dificultades. Para ello, contactó a varios sacerdotes y religiosas y se puso a su disposición. Después de alrededor de un mes nació la posibilidad de dar una mano en la “pastoral del pueblo de la calle”, o sea para ayudar a los sin techo. Todo el focolar se vio involucrado en ello: Renzo, Daniel, Francisco, Valdir y Junior. Todos los domingos por la noche en la plaza de la iglesia “Nossa Senhora dos Remedios”, en el centro histórico de la ciudad, uno de esos lugares bien concurridos durante el día y peligrosos de noche, empezamos a ayudar en la breve Celebración de la Palabra, luego en darles a los sin techo una comida y quedarnos con ellos para escucharlos. Ellos rezan con nosotros y nos cuentan lo que viven durante la semana. Hay algunos voluntarios que les dan la comida y luego se marchan rápidamente. Los sin techo nos reconocen y nos agradecen pues para ellos estar juntos, rezar, hablar, comunicar la vida de cada uno y ser escuchados les sacia el alma como una comida lo hace con el estómago. Muchas veces nos lo han dicho. Nuestra presencia es una consecuencia del amor, del hecho de estar siempre disponibles para intercambiar alguna palabra y crear relaciones con todos, y también con el equipo de la pastoral. Pero todo ello no es suficiente. Por lo tanto, todos los viernes por la tarde, nos ofrecemos para ayudar a los sin techo para que se puedan duchar y cambiarse, con ropa que personas generosas nos donan. Hemos involucrado en esta acción a la Comunidad de los Focolares también, para recolectar ropa, zapatos, pantuflas… y es muy sugestivo ver la sensibilidad con relación a esta actividad y también es muy bonito recibir comentarios positivos todas las veces que comunicamos esta experiencia. Muchos nos alientan a continuar o vienen a ayudarnos. Con el aislamiento obligatorio a causa del Covid lamentablemente se han interrumpido varias actividades en favor de los más pobres. Entonces, tuvimos un encuentro online para decidir qué hacer y estaba presente también el arzobispo Mons. Leonardo Steiner. Impactado por esta situación, nos donó una suma de dinero para que pudiéramos seguir ofreciendo una comida al día, durante 20 días, para doscientas personas, repartidas en dos grandes plazas del centro histórico. Sin duda, trabajar dos o tres horas con todo el equipamiento de seguridad necesario y el calor de Manaus es bastante agotador, pero también es una manera concreta de ir a las periferias existenciales, ir a buscar a los más necesitados, los predilectos del Padre, ofreciendo el dolor de poder hacer tan poco frente a este Jesús Abandonado que presenta muchísimas necesidades. Nos duele que no podemos hacer más por ellos, más que brindarles una sonrisa, escucharlos y darles nuestro amor. La Providencia, además, no falta nunca. De las autoridades del Ministerio del Trabajo, nos buscaron para darnos dinero y recursos para garantizar trescientos almuerzos durante 15 días más. Ello significa más trabajo para nosotros voluntarios, pero no se le puede decir que no a una providencia tal y además creemos que Dios se nos manifestará para darnos energías, salud u otros voluntarios que nos ayuden.
Se aproxima la primera Jornada mundial de los abuelos y los ancianos promovida por el Papa Francisco para el 25 de julio de 2021. Los abuelos Sarah y Declan O’Brien nos cuentan cómo viven su diálogo con los nietos que nunca han tenido ocasión de conocer a Dios.En mi camino de fe, estuve influenciada profundamente por mi abuelo. Él venía de una familia tradicional irlandesa que se estableció en el Yorkshire a finales del siglo XIX. Llegó a ser, gracias a su duro trabajo y honestidad, un hombre de negocios respetado y exitoso en Bradford. Esencialmente, era un hombre de Dios y amaba la Iglesia, pero no hablaba mucho de esas cosas. Lo que yo había notado en él era su amor para con todos y su amor particular conmigo, su nieta. Su forma de vivir tuvo un gran efecto en mí e influyó mucho en las decisiones que tomé luego. Ahora, mi marido Declan y yo somos abuelos. Los padres de nuestros cuatro nietos han optado por no educar a sus hijos en la fe en Dios. Nosotros respetamos sus decisiones, mientras tratamos de descubrir nuevas maneras para transmitir los valores de la fe, ofrecidos con creatividad y amor, y en forma amena. Una manera es la de pasar tiempo con nuestros nietos allí donde viven, en París. El Papa Francisco nos dice: “El tiempo es más grande que el espacio”. Como nuestros cuatro nietos viven en el extranjero, el tiempo que pasamos con ellos es aún más importante. En ese tiempo que pasamos juntos, tratamos de amar a nuestros nietos con paciencia, ternura, bondad, misericordia y perdón. Nosotros también experimentamos su amor y su misericordia. Lógicamente, estamos lejos de la perfección y cometemos muchos errores en el camino, y en la vida familiar no podemos escondernos detrás de una máscara. Nuestros nietos pueden ver nuestra autenticidad o la falta de ella. Cuando vamos a verlos nos sentamos todos juntos a la mesa para la cena. Pero a veces nuestro hijo, una persona que nos impresiona por el amor que tiene con todos, instaura discusiones polémicas con nosotros. Nuestros nietos pueden ver cómo respondemos en estas situaciones, si tratamos sólo de ganar puntos sobre el otro o si tratamos de tener un verdadero diálogo. Muchas veces no lo logramos, pero intentamos ponernos en los zapatos de nuestro hijo, escuchando bien, perdonándole algunas observaciones ultrajantes, sirviéndole otro vaso de agua, llevando la discusión a una instancia positiva. Cuando conseguimos poner en práctica todo eso, y nuestras acciones están inspiradas por el amor, esperamos que nuestros nietos lo perciban. Una segunda manera de transmitir nuestra fe es compartir cosas importantes con nuestros nietos. Pasar tiempo con ellos nos permite hablar, cuando es el momento, “de cosas importantes con simplicidad y paz” (Amoris Laetitia 260). Tratamos de tener la fuerza de decir lo que es realmente importante para ellos. Ellos también pueden plantearnos a nosotros cosas significativas, si estamos atentos para escucharlos. De esta manera podeos tener breves diálogos con ellos, como entre amigos. “Nada de largas prédicas, son suficientes pocas palabras”, dice Chiara Lubich, fundadora de los Focolares. Un tercer camino es la oración. No estamos en condiciones de rezar con nuestros nietos, pero por supuesto podemos rezar por ellos. Y cuando salimos juntos a pasear, a veces podemos visitar una iglesia. Una vez entramos en un templo justo en el momento de una adoración eucarística y recibieron la bendición. Hemos gozado con ellos el silencio de estar en una iglesia. Se dan cuenta de que nosotros vamos a misa y en alguna oportunidad nos pidieron para ir con nosotros. Nuestros nietos no leen la Biblia, pero para Navidad recibimos un hermoso libro pop-up para niños y les leímos la historia de la Navidad, que nunca habían oído. Tal vez la única Biblia que pueden leer es a través de nosotros. Nuestra esperanza, nuestra alegría, nuestro amor pueden ser su buena nueva, “una fuente de luz en el camino”, como escribió el Papa Francisco en la Amoris Laetitia (290).
Sarah e Declan O’Brien
Publicado primero en Living City y compartido en el World Meeting of Families de 2018 en Dublin
“En la fe, el hombre muestra claramente que no se apoya en sí mismo, sino que se entrega a Quien es más fuerte que él”, escribe Chiara Lubich meditando sobre un pasaje evangélico. Momentos de oscuridad, apatía, recuerdos dolorosos pueden convertirse en una oportunidad para profundizar la relación con Dios, para mostrarle nuestra confianza en Él, incluso en las dificultades.La necesidad de un padre Con mis padres separados desde que tenía tres años, he tenido una vida marcada por la ausencia de un padre. Introvertido y rebelde, me desquitaba con todos. No sabía a quién acudir para hablar de mis cosas, tenía la impresión de que incluso mi madre ya no me entendía. Tenía 15 años cuando mi profesor de religión, sin sermonearme, me puso en contacto con un grupo de chicos comprometidos. Comencé a participar en algunas de sus iniciativas a favor de los niños de los barrios pobres. Estaba tan cómodo con ellos que nunca los dejé. Una experiencia de unos meses en O’Higgins, la ciudadela de los Focolares, me abrió nuevos horizontes, un propósito por el que vivir: contribuir a embellecer el mundo. La propuesta de amar a todos despertó lentamente un pensamiento en mí: “¿Y papá? ¿Qué hará ahora? ¿Me habrá extrañado, después de tantos años de silencio?”. No tuve paz hasta que fui a buscarlo a nuestra antigua casa. Casi no me reconoció. Había envejecido, era un hombre cansado. Nos miramos a los ojos, el pasado quedó a nuestras espaldas. (Luis – Argentina) Me estaba enamorando Cantante y compositora fracasada, caí en una apatía total. En ese período negro negué todo en lo que había creído. A Dios lo consideraba un obstáculo para mí tanto como música que, como mujer, así que me liberé de él viviendo como si no existiera. Esto, hasta la llamada telefónica de Carmine, un actor amigo que necesitaba mi colaboración para una comedia en la que estaba trabajando. Partiendo hacia Bolonia, me convenció de que tomara el tren con él para hablar de ello durante el viaje. Pero lo inundé con toda mi historia: tenía tantas ganas de abrirme y él me escuchó tan bien. Que… me estaba enamorando. Ese año trabajamos juntos. Escribí la música y él se encargó de la dirección. Pero, de repente, Carmine se sintió mal. Con el miedo de perderlo, me encontré cara a cara con ese Dios que pretendía ignorar. Pero ahora ya no lo sentía como un extraño. El amor había ablandado mi corazón y ese dolor lo irrigaba, le daba toda esa fecundidad que solía cantar en mis canciones. (Chiara – Italia) Liberado de una carga Una ofensa recibida hace años, que luego pasó al olvido, volvió a mí cuando conocí a la persona “culpable”. No recordaba tanto a ese hombre, sino a mi marido que no me había defendido. Los sentimientos de dolor y humillación aún estaban vivos bajo las cenizas y no pude reprimirlo. Luego un pensamiento: “Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso”. Me parecía que Jesús me decía: “¿Cómo quieres darme todo si todavía estás llena de estos dolorosos recuerdos?”. Palabras fuertes, pero ciertas. Finalmente, Dios con su gracia me ayudó a dar el paso de perdonar. La misericordia del Padre me liberó de esta carga. (Bernadette – Suiza)
Lorenzo Russo
(Tomado del Il Vangelo del Giorno, Città Nuova, año VII, n.4, julio-agosto de 2021)
Su música recorría la sala del aeropuerto entre la indiferencia de la gente. Un juego de miradas y sonrisas. Estos son los misterios de las buenas relaciones, capaces de generar reciprocidad. Pequeños gestos que te hacen compartir algo con el otro y sentirte parte de la misma humanidad.Regresaba al Paraguay luego de muchos años pasados en Europa. Me emocioné cuando vislumbré la tierra roja y el verde, tan caractéristicos, mientras el avión descendía para el aterrizaje. El aeropuerto internacional, Silvio Pettirossi, no había cambiado mucho. La primera impresión, al salir del avión, el calor sofocante que me traía recuerdos tan queridos. En vez de asfixiarme me pareció como un caluroso abrazo de tantas personas queridas que encontraría. Mientras esperaba que saliera mi valija en la gran sala que sirve de embarque, desembarque, zona para recoger las maletas, negocios duty free y un bar en el centro, llegaron a mis oídos las maravillosas notas de un arpa paraguaya. Busqué con la mirada el origen de la música; y allí estaba, sentado delante del bar, como abrazado a su enorme instrumento musical, un hombre con un rostro sereno y de fuertes rasgos indígenas: el arpista paraguayo. Su música se esparcía por la sala, llenándola de armonía y de alegres notas de una polca paraguaya. Me llamaron la atención su discreción y la indiferencia de la gente, como si estuviera acostumbrada a la música del arpista; como si fuera parte de la escenografía de la sala, igual que el bar, los negocios o la zona para recoger las maletas. El hombre parecía resignado a tocar notas tan maravillosas, sin que nadie –en apariencia– lo tomara en cuenta. Instintivamente revisé en mis bolsillos y recordé que había apartado 5 dólares para dar la propina al maletero (en general niños) que se ofrecería a cargar con mis maletas hasta el vehículo que vendría a buscarme. Me acerqué discretamente al arpista, lo miré agradecido, y dejé los 5 dólares en la gorra que tenía delante, temiendo herir su sensibilidad, porque su música valía mucho más que eso. Fue un gesto simple, en el cual puse toda la intención de agradecer y reconocer su talento, también en nombre de quien no lo percibía. Pasaron tres semanas inolvidables, llenas de reencuentros con gente tan querida, y me volví a encontrar en la misma sala del aeropuerto, esta vez para tomar el avión que me reportaría de regreso a Montevideo, donde residía. Estaba aún saludando a mis amigos que, desde afuera, seguían levantando las manos, cuando a mis oídos esta vez me sorprendieron las notas de … ¡La cumparsita! El tango más famoso que ganó su popularidad gracias a la inolvidable voz de Carlos Gardel. ¿Qué había sucedido? Estábamos en Paraguay, donde se toca y escucha música paraguaya. ¿De dónde salía ese tango? Lo busqué con la mirada, con un pálpito. Y allí lo volví a encontrar, sentado con su inseparable arpa, que me miraba con una sonrisa cómplice, como diciendo: “¿Te gustó la sorpresa que te di?”. Yo le respondí “que me encantó”, con otra sonrisa cómplice, aunque también lo miraba como preguntándole cómo había hecho para reconocerme entre tanta gente que por allí va y viene y, sobre todo, cómo había adivinado que soy argentino. Son los misterios de las buenas relaciones, capaces de generar reciprocidad. Son pequeños gestos que te hacen compartir con el otro y sentirte parte de una misma humanidad. Desde entonces, cada vez que me ve aparecer en la sala de embarque, desembarque, zona de maletas y de duty free … interrumpe su polca y parte con un tango siempre diferente, dedicado a su amigo argentino.
En junio de 1944 Chiara Lubich está en Trento sola después de que su familia, tras el bombardeo del 13 de mayo de 1944 que había destruido su casa, se desplazó a las montañas trentinas. Chiara se había quedado en la ciudad para acompañar a las jóvenes que habían seguido su Ideal. Las cartas de aquel periodo fueron el primer vínculo en la comunidad del Movimiento naciente. ¡Hermanita mía en el Inmenso Amor de Dios! ¡Escucha, te lo ruego, la voz de este pequeño corazón! Tú has sido deslumbrada como yo por la luminosidad ardiente de un Ideal que todo lo supera y todo lo resume: ¡por el Infinito Amor de Dios! ¡Oh! hermanita mía: es Él, Él, mi Dios y tu Dios, quien ha establecido entre nosotras un vínculo común más fuerte que la muerte, porque nunca se corrompe; uno como el espíritu; inmenso, infinito, dulcísimo, tenaz, inmortal ¡como el Amor de Dios! ¡Es el Amor el que nos hace hermanas! ¡Es el Amor el que nos ha llamado al Amor! ¡Es el Amor el que ha hablado en lo profundo de nuestros corazones y nos ha dicho: «Mira alrededor: en el mundo todo pasa; cada día tiene su atardecer y enseguida llega cada noche; cada vida tiene su ocaso, y enseguida está aquí también el atardecer de tu vida! Pero no desesperes: ¡sí, sí, todo pasa, porque nada de lo que ves y de lo que amas está destinado a ti eternamente! ¡Todo pasa y deja solo nostalgia y nueva esperanza!». Sin embargo, no desesperes: tu Esperanza constante, que trasciende los límites de la vida, te dice: «Sí, existe lo que buscas; hay en tu corazón un anhelo infinito e inmortal; una Esperanza que no muere; una fe que traspasa las tinieblas de la muerte y es luz para aquellos que creen: ¡no en vano esperas y crees! ¡No en vano!». Tú esperas y crees – para Amar. Ese es tu futuro, tu presente, tu pasado: todo se resume en esta palabra: ¡el Amor! Siempre has amado. ¡La vida es una continua búsqueda de deseos amorosos que nacen en el fondo del corazón! ¡Siempre has amado! ¡Pero has amado demasiado mal! Has amado lo que muere y es vano, y en el corazón ha quedado solo la vanidad. ¡Ama lo que no muere! ¡Ama a Aquel que es el Amor! Ama a Aquel que, al atardecer de tu vida, mirará sólo tu pequeño corazón: en ese momento estarás sola con Él: ¡terriblemente infeliz quien tenga el corazón lleno de vanidad, inmensamente feliz quien tenga el corazón colmado del infinito Amor de Dios! […]
Chiara Lubich
(Chiara Lubich, Existe lo que buscas, junio de 1944, en El primer amor, cartas de los inicios, Ciudad Nueva, 2011, pp. 53-55)
Ayudar al prójimo sin pedir nada a cambio, y hacerlo con fe. Ello nos permite también ser portadores de salvación “tocando” con ternura a quien está en el sufrimiento, en la necesidad, en la oscuridad o está desorientado.“Den…” Mi abuela se había comportado muy generosamente dándome una cifra consistente para mis gastos. Yo ya había hecho mis cálculos sobre cómo emplear ese dinero, cuando un amigo me habla de sus problemas familiares. Su padre estaba desocupado y se habían reducido a una sola comida al día. Más tarde, después de haberlo dejado, volviendo a casa, vienen a mi mente algunas experiencias que había leído en un libro que cada tanto encuentro por mi casa. Allí están citadas algunas palabras del Evangelio a las que nunca había prestado atención, o mejor dicho que nunca había tomado en serio: “Den y se les dará”. ¡Qué palabras tan extrañas! –me decía–. El que las pronunció podía sólo ser un loco… o un Dios. Ese “den” daba vueltas en mi cabeza. Al día siguiente fui a ver a mi amigo y le dejé todo lo que tenía en la billetera. Él quedó sorprendido y feliz, y yo experimenté una alegría incontenible. Pero no terminó allí. Algunos días después recibí una llamada telefónica de una revista importante: habían aceptado la idea de publicar algunos de mis artículos, y me hablaron de una importante compensación. (Vincenzo – Italia). En el hospital Una paciente muy anciana deliraba y decía cosas absurdas. Por su edad y sus condiciones de salud, con mis colegas nos pusimos de acuerdo para hacerle sentir más nuestra cercanía y una mañana le puse en la mesa de luz un saludo en nombre de todos. Cuando pasé a verla por los controles de rutina, la encontré serena. Me dijo: “Hijo mío, esta noche sentí la muerte cercana y pensé que llevaría conmigo toda mi maldad”. Me tomó de la mano, continuó: “Te pido a ti y les pido a todos perdón porque no me han juzgado”. Parecía otra persona. Esa viejecita nos ayudó a vivir mejor nuestro servicio. (K.V. – Hungría) Proyecto “El fardo” Con la llegada de la pandemia algunos laboratorios estacionales de un gran centro agrícola habían perdido el trabajo. Cuando supimos eso, con algunos amigos del Sur de la California (EE.UU.) hicimos nacer un proyecto al que llamamos “El fardo” que consistía en recoger ropa, libros, juegos de mesa, pequeños electrodomésticos y otras cosas útiles, que una vez que se hubieran repartido entre esas familias afectadas podrían aliviar algunos gastos y el malestar impuesto por las circunstancias. Esta iniciativa de compartir, vivida con gran entusiasmo, no involucró sólo a nuestra comunidad, sino que comprometió incluso a colegas de trabajo y a otras personas que nos conocen. En tres días conseguimos llenar un furgón con lo que habíamos recogido, que luego fue enviado a las comunidades de la California central. Como contrapartida recibimos un cajón de cerezas que distribuimos nuevamente entre nuestros amigos y vecinos. La experiencia hecha nos ha fortalecido y hecho felices. Fue haber visto que se realizaba ese “den y se les dará” del Evangelio. (G.S. – EE.UU.)
Recogido por Lorenzo Russo
(extraído de El Evangelio del Día, Città Nuova, año VII, número 4, julio-agosto 2021)
El encuentro con la presidente Margaret Karram y el copresidente Jesús Moran fue una oportunidad para el conocimiento mutuo y una comunión profunda en el compromiso común por la unidad.El sábado 26 de junio una delegación de la Iglesia Luterana alemana visitó el Centro Internacional de los Focolares en Rocca di Papa (Italia). Recibidos por la presidente de los Focolares, Margaret Karram y el copresidente, Jesús Morán, los miembros de la delegación también se reunieron con el Centro “Uno” para la Unidad de los cristianos y algunos miembros del Consejo general del Movimiento. En la delegación estaban presentes el obispo Frank-Otfried July, presidente de la sección alemana de la Federación Luterana Mundial (DKN/FLM), los obispos Ralf Meister y Karl-Hinrich Manzke, respectivamente presidente y encargado de las relaciones con la Iglesia Católica de la Unión de las Iglesias Luteranas alemanas (VELKD). Una oportunidad para el conocimiento mutuo y comunión profunda. La escucha mutua les hizo experimentar la hermandad y la unidad en Cristo. El encuentro con la presidente Karram y el copresidente Morán, en particular, fue un momento de intercambio sobre cómo afrontar los desafíos del mundo actual. Del diálogo emergió una sintonía en la “pasión por la unidad en Cristo” que, sin embargo, debe extenderse a toda la humanidad: el amor evangélico nos impulsa a buscar la hermana y el hermano junto a nosotros. El compartir ejemplos concretos de vida evangélica, de reconciliación incluso en lo pequeño, de elección de Dios en la vida cotidiana, ofreció a los participantes esperanza en el camino de la unidad que se intenta seguir también a nivel teológico e institucional. “Cambiar de perspectiva – dijo uno de los obispos – significa hacer más concreto lo que significa seguir al Mesías. Empezando por uno mismo, sin preguntarte ¿qué quiero recibir? Sino más bien, ¿qué quiero dar?, ¿qué puedo dar? Quien vive así está inspirado por el Espíritu y quien es inspirado por el Espíritu es esperanza para el mundo”. La delegación estaba en Roma con motivo de la conmemoración del quincuagésimo aniversario de la excomunión de Martín Lutero por el papa León X que marcó, cuatro años después del inicio de la Reforma (1517), la ruptura definitiva dentro de la Iglesia occidental. Un aniversario que se celebra hoy, sin embargo, no para ratificar la escisión, sino para resaltar, profundizar y desarrollar los más de “cincuenta años de diálogo ecuménico constante y fructífero entre católicos y luteranos” que, como se lee en el documento redactado con motivo de la Conmemoración conjunta católico-luterana de la Reforma de 2016, “nos ayudaron a superar muchas diferencias y han profundizado la comprensión y la confianza entre nosotros”[1]. El día anterior a su visita a los Focolares, el papa Francisco, reunido con los representantes de la Federación Luterana Mundial en el aniversario de la Confessio Augustana (25 de junio de 1530), dijo entre otras cosas: “Queridos hermanos y hermanas, en el camino del conflicto a la comunión, en el día de la conmemoración de la Confessio Augustana habéis venido a Roma para que crezca la unidad entre nosotros.(…) He dicho ‘en el camino del conflicto a la comunión’, y este camino se recorre solamente en crisis: la crisis nos ayuda a madurar lo que buscamos. Del conflicto que hemos vivido durante siglos y siglos, a la comunión que queremos, y para hacerlo entramos en crisis. Una crisis que es una bendición del Señor”[2]. Durante su estancia en Roma, la delegación de la Iglesia Luterana alemana mantuvo varios encuentros en el Vaticano, como el que tuvo con el cardenal Kurt Koch, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los cristianos, en el que también se abordaron temas candentes de carácter pastoral como, por ejemplo, para los matrimonios mixtos la admisión a la Eucaristía del cónyuge no católico. Entre los encuentros previstos, además del con el Movimiento de los Focolares, también uno con la Comunidad de San Egidio.
Chiara Lubich subraya que si queremos ser fieles al carisma de la unidad debemos abrir completamente las puertas del corazón a Jesús Abandonado. Crecer en la unidad en todos los frentes. Unidad: palabra clave para todos nosotros, palabra síntesis de toda nuestra espiritualidad, conditio sine quanon para mantener la vida que ya existe e incrementarla. […] No se puede concebir la unidad sin dolor, sin morir, porque la unidad es un don, pero es también fruto de nuestra auténtica vida cristiana y no existe verdadera expresión de vida cristiana sin la cruz. Debemos tenerlo presente siempre. […] Tenemos que recordarnos que la vida la hemos entregado solo a uno: a Jesús Abandonado. Por tanto, no podemos ni debemos sustituirlo, ni traicionarlo nunca. Él nos enseña el inmenso valor del sufrimiento para la unidad: y precisamente, es con su cruz, con su abandono como ha unido a los hombres con Dios y entre sí. Él está, pues, allí para decirnos que la unidad cuesta, aunque con Él y actuando como Él, se alcanza. Por tanto, si queremos ser fieles al carisma de la unidad, que nos dio el Espíritu Santo, abramos de par en par, una vez más, las puertas del corazón a Jesús Abandonado y ofrezcámosle el mejor lugar. […] Para subrayar un aspecto concreto de este amor, amémoslo en las dificultades que conlleva precisamente la unidad entre nosotros […]. Esto significa estar siempre dispuestos a vernos nuevos; quiere decir tener paciencia; soportar; saber pasar por alto; significa manifestar confianza; esperar siempre; creer siempre. Sobre todo, no juzgar. Juzgar a los otros, sobre todo a los responsables, es terrible, es la hendidura a través de la cual entra el demonio de la desunión; con ese juicio cualquier bien del alma se disuelve lentamente, la vocación misma puede tambalearse. Por lo tanto cuidemos este amor por los demás, lleno de matices dolorosos: son el aspecto concreto de nuestro estar dispuestos a morir el uno por el otro; son los pequeños o grandes obstáculos que hay que superar con el amor a Jesús Abandonado para que la unidad siempre sea plena.
Chiara Lubich
(En una conferencia telefónica, Rocca di Papa 25 de octubre de 1990)Cf. Chiara Lubich, Santificarse juntos, Ciudad Nueva, Madrid, 1994 pp. 60-64.
Político, escritor y periodista, fue uno de los primeros focolarinos casados. El 3 de julio de 2021 su ciudad natal le dedicará una escalera mecánica ubicada en el Centro y recordará su compromiso civil y político en un encuentro que tendrá lugar en el teatro de la ciudad.Un alma abierta de par en par al mundo y profundamente vinculada a su tierra de origen a favor de la cual se comprometió constante y valientemente promoviendo el desarrollo social y cultural. Spartaco Lucarini fue un periodista, escritor, político y hombre de cultura. Uno de los primeros focolarinos casados, dirigió durante varios años la revista Città Nuova de los Focolares y ofreció su colaboración en el Centro internacional del Movimiento cerca de Roma. Allí se transfirió con su familia desde su ciudad de origen, Cortona en Toscana, donde nació el 6 de mayo de 1924. En esta localidad, que es una joya de arte, todavía hoy muchos lo recuerdan, sobre todo por su compromiso en campo social, político y civil. Spartaco, entre otras cosas, dio vida a una empresa de Hotelería y turismo que dio a conocer su ciudad no sólo en Italia, sino también en el extranjero, a través de un premio periodístico y de otros eventos. Desde joven se preocupó por los problemas de su territorio, principalmente de la desocupación y de las condiciones laborales precarias. “A pesar de los compromisos de su trabajo profesional siempre participó con compromiso y afecto de los acontecimientos de Cortona – confirma Walter Checcarelli, presidente de la Asociación Cortona Cristiana y del periódico local “L’Etruria.it” – A principios de los años Sesenta intuyó las grandes potencialidades del anticuario y fundó la Expo del mueble antiguo que, con el pasar del tiempo, se convirtió en una de las más importantes a nivel nacional. Dio su aporte como Consejero Comunal, y se convirtió en el jefe del grupo de la Democracia Cristiana con un estilo abierto y dialógico, poco comunes en esos años de fuerte contraposición ideológica. Personalmente recuerdo unas vacaciones junto a su numerosa familia durante el período de Pascua, su presencia y su oración el Viernes Santo me quedaron grabadas de forma imborrable en mi mente y en mi corazón”. Y precisamente como signo de reconocimiento por su compromiso político como Consejero Comunal, pero también como reconocimiento por su aporte como constructor de la cultura social del territorio, es que el 2 de marzo de 2021 el Consejo Comunal de Cortona, por unanimidad, decidió dedicarle las escaleras mecánicas que desde el parqueo del Espíritu Santo conducen a la plaza Garibaldi. La ceremonia de la dedicación tendrá lugar el 3 de julio de 2021 durante el Festival de Música Sagrada, a las 10.30 (hora italiana). Se proseguirá con un encuentro en el Teatro Signorelli de Cortona donde se recordará su figura poliédrica y su aporte al panorama político y cultural del ‘900. La idea de hacer un homenaje a Spartaco nació el año pasado y estaba previsto que formara parte de los eventos programados con ocasión del Centenario del nacimiento de Chiara Lubich Lubich, fundadora de los Focolares (1920-2020). Pero la situación sanitaria mundial obligó a postergar el evento dedicado a Lucarini. Fue precisamente Chiara Lubich quien propuso a Spartaco, a su esposa Iolanda (para todos Lalla) Castellani y a los 5 hijos de la pareja, si podían transferirse de Cortona a Roma para trabajar en la sede internacional de los Focolares. Lucarini también contribuyó al desarrollo de los Movimientos “Familias Nuevas” y “Humanidad Nueva” de los Focolares. Pero permaneció siempre vinculado a Toscana, además de contribuir al nacimiento de la comunidad local del Movimiento, ofreció un importante aporte también al desarrollo de la ciudadela de Loppiano (Incisa y Figline in Valdarno-Italia), en especial al nacimiento de la cooperativa agrícola y al nacimiento de la escuela internacional para familias que todavía hoy tiene su sede en la ciudadela. En abril de 1974 se le diagnosticó una grave enfermedad que le causó la muerte con solo 51 años. En los últimos tiempos, Spartaco, aun estando enfermo, volvió a Cortona. “Spartaco siempre parecía sereno -recuerda su esposa Lalla-, pero ya no era el de antes”. “Me encontré completamente cambiado -escribía Spartaco- yo siempre fui un tipo muy activo, tengo un temperamento muy dinámico por lo que siempre traté de dar todo de mí; ahora entendí que no cuenta tanto lo que haces, también cuenta no hacer nada. He descubierto el valor de “vivir dentro” más que fuera, porque viviendo dentro, en estrecha relación con Dios tu puedes llegar a las personas más lejanas, mientras cuando vives proyectado fuera puedes llegar solo a los más cercanos, a los que te rodean. Creo que he visto lo esencial. En este siglo María ha creado una Obra para ayudar a la Iglesia, y realmente quiere hacerlo rápido, quiere realizar la unidad no sólo entre nosotros los católicos, no sólo entre las Iglesias, sino también entre todos los hombres. Un programa que va más allá de cualquier programa humano”[1].
Lorenzo Russo
[1] Alfredo Zirondoli, Coraggio! Inchiesta su Spartaco Lucarini, Citta Nuova, 2000, p. 96-97.
Numerosas experiencias sobre el “cuidado” por parte de los niños de los Focolares, los gen4. Además de esforzarse por ayudar a los necesitados, les piden a los adultos que se ocupen de todos los niños del mundo que tienen dificultades. Las experiencias concretas de los gen4, los niños del Movimiento de los Focolares, provienen de todo el mundo: en todos los continentes compiten por amor al prójimo, cuidando a los más necesitados. A continuación, presentamos algunos de sus testimonios partiendo de la India. Aquí algunos gen4 han decidido cuidar a los pobres que viven en la calle, preparándoles un plato caliente para la cena. Uno de ellos dice: “Mi mamá y yo solíamos poner los noodles calientes en las tazas, una pasta típica de algunos países asiáticos; mi hermano y mi papá los distribuyeron a los pobres. ¡Hay muchos niños pobres viviendo en la calle! Ahora, todos los viernes, repetimos esta acción”. En Grecia, en cambio, los niños de los Focolares han decidido hacer compañía a los ancianos que han permanecido aislados en las casas de reposo debido al Covid-19. También involucraron a sus amigos, recolectando dibujos con los que crearon un cartel muy apreciado por todos. Pasemos ahora a Corea, donde una gen4 ha decidido donar cabello a niños que tienen cáncer. Después de involucrar a una amiga suya, juntas comenzaron a dejarse crecer el cabello para poder donarlo, felices de ayudar a quienes están padeciendo una enfermedad. Desde Burundi, llega la noticia de que muchos gen4 han recolectado alimentos y los han llevado a un asilo de huérfanos. ¡Estos niños, que tampoco poseen mucho, estaban felices de llevar regalos a sus coetáneos! En Australia, algunos adultos han distribuido alimentos a personas sin techo y a estudiantes con dificultades económicas. La gen4 quisieron dar su aporte preparando postales para acompañar los paquetes que se distribuyeron. En Sudamérica, en Brasil, desde hace unos dos años los gen4 de la Mariápolis Ginetta han recolectado cajas de leche y jugo, colaborando con una ONG que tiene un proyecto llamado “Brasil sin grietas”. Con estas cajas se tapan las grietas de las paredes de las casas, aislándolas y evitando la entrada de insectos y se crean mantas térmicas para las personas sin techo. Otra noticia, de Irlanda: las y los Gen 4 participaron, involucrando a la comunidad local, en una iniciativa lanzada por el Correo irlandés: enviaron postales y pequeños paquetes como obsequio para los ancianos solos. Finalmente, vamos a Portugal: João, de 7 años, después de ver un noticiero que mostraba imágenes de guerra, se preguntó: “Nosotros gen 4, ¿qué podemos hacer?”. Quiso llamar al animador del grupo de los Gen 4. Poco después nació la idea de sensibilizar al mundo político: João y su hermana escribieron conjuntamente un comunicado de los niños a los políticos, maestros y todas las autoridades civiles y religiosas. La declaración dice: “Nuestras leyes hablan de los derechos del niño, pero deberían ser más explícitas al imponer el deber de cuidado. (…) Sabemos que no es fácil (…), pero si le cambias la vida a un solo niño ¡ya valió la pena enviarte este comunicado! ¡Si nos cuidan, nosotros cuidaremos del mundo!”. Una delegación de gen4 acercó el comunicado al lugar donde se celebró la Cumbre Social de la Comisión Europea, en Oporto. Esa misma noche, la noticia se transmitió en un noticiero. La declaración de los gen4, traducida a varios idiomas, se está difundiendo en varios países del mundo.
La voluntad de Dios es la voz de Dios que nos habla siempre y nos invita; es la manera que Dios tiene para expresarnos su amor, un amor que pide una respuesta para que él pueda realizar sus maravillas en nuestra vida. La verdad que no pasa Tras cuatro años en la India y 25 de vida sin escatimar nada estando al servicio del prójimo, con las “baterías” completamente descargadas, volví a Italia para tratar de recuperar una salud que temía estuviera completamente comprometida. Durante los largos meses de inactividad, de soledad (si bien estaba rodeado del amor de los compañeros de comunidad), fuera de la vida tan dinámica y rica de relaciones que mi temperamento extrovertido siempre me había hecho llevar, se dio –a nivel interior, existencial– algo muy importante y difícil de expresar con palabras: un retorno a mi elección original, a la comprensión de una verdad fundamental. Entendí lo siguiente: que todo es un don, es un regalo, que hay que agradecer a Dios por todo, pero dispuestos a perder, porque eso no es la verdad; la verdad que no pasa es otra, y es justamente la relación con él, el único ideal de siempre: Dios y basta. Contrariamente a lo que temía, recuperé la salud. Empezó así un nuevo período, en la alegría que había reencontrado de trabajar a su servicio. Y al mismo tiempo comenzaba a custodiar en lo más profundo de mi ser la nueva unión con Dios, nacida de esa prueba. (Silvio – Italia)Yo había sido enfemera Impresionada por el hecho que tantos médicos y enfermeros arriesgan y dan la vida, y como 30 años atrás yo había sido enfermera (después había cambiado de actividad) decidí inscribirme en un hospital como enfermera de reserva. Recientemente me han llamado para que dé mi ayuda en el sector de terapia intensiva una vez por semana. Es un reto enorme para mí (en estos 30 años muchas cosas han cambiado en lo que se refiere al equipamiento y atención hospitalaria), pero la alegría de ser útil todavía es muy grande. La mayor recompensa que podría haber recibido fue cuando mis hijos, a quienes trato de no descuidar, dijeron que se sintieron orgullosos de mí. (Martina – República Checa)Esencialidad nueva En el instituto para ancianos en donde presto servicio como animadora, mi relación con los internos se había vuelto afectiva. Saber adivinar cómo ayudar a un enfermo de Alzheimer o pacientes con otras patologías degenerativas hizo que mi servicio creara una verdadera red de relaciones intensas y vivas. Luego, entró el Covid y uno tras otro se enfermaron todos. Para mí era desgarrador sentir que yo era el vínculo entre el paciente y el pariente sin poder hacer nada para llenar ese vacío. Tal vez por haber ayudado a una anciana muy enferma a hablar con sus seres queridos por celular, contraje el virus yo también. En mi soledad comprendí mejor aún la de mis ancianos y volví a descubrir el valor de la oración. Cuando recibía la noticia de la muerte de alguno de ellos, mi dolor aumentaba junto con el sentido de impotencia, pero también intensificaba la oración, generalmente no sola sino junto a quien se quedaba. La pandemia nos ha llevado a una esencialidad nueva, más allá de la que ya causa la enfermedad y la vejez. (G.K. – Eslovaquia)
Recopilado por Lorenzo Russo
(extraído de El Evangelio del Día, Città Nuova, año VII, número 3, mayo-junio 2021)
Todos estamos llamados a realizar esta conversión en nuestro interior recomenzando continuamente a amar a todos, si hubiésemos dejado de hacerlo; tenemos que experimentar este tipo de renacimiento, esta plenitud de vida. Por eso es necesario, lo más posible, traducir en amor al prójimo todas las expresiones de nuestra existencia. Tenía ante mis ojos la estupenda página del juicio final: Jesús vendrá a juzgarnos y nos dirá: “Tuve hambre y ustedes me dieron de comer; tuve sed y ustedes me dieron de beber”*. La lectura de aquellas palabras me impresionó como si fuese la primera vez que las leía. Redescubrí que Jesús, en el examen final, no me preguntaría sobre esta o aquella cosa que también debo hacer, sino que se fijaría precisamente en el amor al prójimo. Empecé, como una persona que inicia ahora su ascenso hacia Dios, a amar a todos, a todos aquellos con quienes yo tenía algo que hacer durante el día y, ¡créanlo! me sentí renacida, y advertí que mi alma tiene sobre todo hambre de amor, hambre de amar; y que aquí, en el amor hacia todos, encuentra realmente su respiro, su alimento, su vida. El hecho es que también antes trataba de realizar muchos actos de amor, pero ahora me daba cuenta de que algunos de ellos eran, más que otra cosa, manifestaciones de una espiritualidad demasiado individual, que se alimenta de pequeñas o no tan pequeñas penitencias que, a pesar de nuestra buena voluntad, pueden ser para nosotros que estamos llamados al amor, ocasión de un cierto replegarnos sobre nosotros mismos. En cambio, ahora, en esta nueva tensión a amar a todos, podía realizar también muchos actos de amor, pero todos ellos finalizados a los hermanos, en los que veía y amaba a Jesús. Y solo de esta manera yo alcanzaba la plenitud de la alegría. Queridos, todos estamos llamados a realizar continuamente en nosotros esta conversión y todos debemos experimentar esta especie de renacimiento, esta plenitud de vida. Por eso debemos tratar lo más posible de traducir en caridad hacia el prójimo todas las manifestaciones de nuestra existencia. ¿Es nuestro deber ocuparnos de la casa? Hagámoslo no solo por motivos humanos, sino porque Jesús está en los hermanos a los que hay que amar, vestir, saciar su hambre y servirles. ¿Debemos realizar cualquier otro trabajo? Jesús está en los individuos y en las comunidades a las cuales llevamos nuestra contribución. ¿Debemos orar? Oremos siempre por nuestra persona como por las demás, utilizando ese «nosotros» que Jesús nos enseñó en el Padrenuestro. ¿Estamos llamados a sufrir? Ofrezcamos nuestro dolor por los hermanos. ¿Es voluntad de Dios que tratemos con alguien? Que siempre exista la intención de escucharlo a Él, de aconsejarlo a Él, de instruirlo a Él, de consolarlo a Él… en una palabra, de amarlo a Él. ¿Tenemos que descansar, comer o distraernos? Demos a todas estas acciones la intención de querer con ellas recobrar fuerzas para servir mejor al hermano. En resumen, hagamos cada cosa, pensando en el prójimo. Por eso, más aún, para que se produzca en nosotros esta reconversión, tengamos en nuestra mente en los próximos […] días este compromiso: «Renacer con el amor».
Chiara Lubich
*Mt 25, 35.(En una conferencia telefónica, Rocca di Papa 20 de marzo de 1986)Cf. Chiara Lubich, Juntos en Camino, Ciudad Nueva, Buenos Aires 1988, pp. 147-149.
Jesús conoce bien las necesidades básicas de las personas: ser comprendidos en lo más íntimo y tener, además de apoyar los esfuerzos, indicaciones claras sobre el camino a seguir. No perdamos la oportunidad de comportarnos con los que nos encontramos con el amor que sugiere en el Evangelio.Con paciencia y tenacidad Mi tío, considerado “un hombre de honor”, vivía desde hacía años en el Supramonte, una región montañosa de Cerdeña. Volvía al pueblo de vez en cuando y, cuando los carabinieri vinieron a arrestarlo, ya estaba lejos. Mi padre había tratado de evitar que nos metiéramos en líos con la justicia y con la familia del tío, de la que, entre otras cosas, nos separaban cuestiones de herencia. Sin embargo, como cristiana, esperaba la oportunidad adecuada para hacer las paces con ellos. La primera se presentó con la llegada al pueblo de una prima. Sin importarme de la gente que nos miraba, fui a saludarla. Cuando ella y su esposo me devolvieron el saludo, suspiré aliviada: el primer paso estaba dado. Más tarde, cuando supe de la hospitalización de mi tío, quise ir a verlo. Mi madre me desaconsejó, diciendo que yo no tenía tíos. Pero para mí era un hermano. Fui y me dio recibió conmovido. Con el tiempo, me acerqué a todos los demás familiares. La última fue la tía, la que más nos había hecho sufrir: hacía 18 años que no nos veíamos y habían sido necesarios tantos para que la paz volviera a nuestras familias con un amor paciente y tenaz.
(Gavina – Italia)
Las necesidades de los demás Cuando estoy saliendo en el coche, noto que el vecino está tratando de quitar el hielo del parabrisas y de las otras ventanas. Voy a ayudarlo, dejando de lado mi apuro. Con una sonrisa, pregunta: “Pero, ¿quién te empuja a hacerlo?”. No tengo respuestas preparadas, pero por dentro agradezco a Dios por señalar las necesidades del otro antes que mis tareas. Unas horas después me telefonea el mismo vecino: “Me alegré tanto con tu gesto que me dije: yo también debo vivir estando atento a las necesidades de los demás. Y no fue necesario mucho tiempo: en el trabajo, de hecho, me encontré con una situación difícil, que luego se resolvió con bastante facilidad poniéndome en el lugar del otro. ¡Gracias!”.
(F.A. – Eslovenia)
Adoptar un hermanito Somos estudiantes de un instituto técnico. Desde que nuestra profesora nos trajo Cittá Nuova para leer en clase, al principio algunas cosas nos parecieron un poco ilusorias… Pero la idea de ayudar a construir un mundo más unido juntos parecía, después de todo, hermosa. También porque, a medida que íbamos leyendo, nos dimos cuenta de que no eran palabras. La revista traía noticias que no encontrábamos en otras revistas, una forma diferente de ver los hechos. En fin, ¿qué perdíamos con intentar? Probamos. Cada mañana, junto con la profesora, nos dábamos una pequeña “máxima” para vivir. Por ejemplo: “Amar a todos” ¿quién lo había pensado? Luego, leímos un artículo sobre adopciones a distancia. Entonces, se nos ocurrió la idea de hacer una, todos juntos. Ese pequeño gesto de aportar cada uno una pequeña suma mensual también nos hace crecer como personas. A estas alturas Nader, aunque vive lejos (es un pequeño libanés), se ha vuelto muy importante: hablamos de él, de sus necesidades, como si fuera nuestro hermanito.
(Los chicos de la IIIB – Italia)
editado por Lorenzo Russo
(tomado de El Evangelio del Día, Città Nuova, año VII, n. 3, mayo-junio de 2021)
Jesús invita a reconocer la cercanía amorosa de Dios e indica cómo actuar en consecuencia: descubrir en la voluntad del Padre el camino para alcanzar la plena comunión con él.Huracán Las imágenes de la televisión mostraban las localidades afectadas por el huracán y que habían quedado aisladas, y como allí vivían nuestras familias es posible imaginar nuestra ansiedad, de nosotros seminaristas. La Palabra de vida del mes era muy adecuada: exhortaba a tener fe. Unidos, rezamos por nuestros queridos parientes y obtuvimos por parte de nuestros formadores el permiso para ir a verlos al día siguiente. Pero justamente esa noche la capital también fue objeto de esa calamidad: calles inundadas, puentes caídos, sin electricidad… Nuestro seminario, sin embargo, quedó en pie. De todos modos salimos. Durante el viaje, caminando o con medios precarios, en bote o atados a sogas para vencer la resistencia de los ríos, infinitas veces nos vimos obligados a desviar el camino. Pero al final llegamos a nuestro pueblo… ¡irreconocible! En donde antes había campo sembrado ahora había un lago. Tras haber abrazado a nuestros seres queridos (lo habían perdido todo, pero estaban sanos y salvos), nos pusimos a disposición del párroco para los primeros auxilios. La nueva Palabra propuesta para ese mes parecía que estuviera dirigida justamente a nosotros, para darnos coraje e infundirlo a los demás: “Bienaventurados los afligidos…”
(Melvin – Honduras)
El paraguas Sabiendo que en los pobres y los marginados está Cristo que pide ser amado, trato de no perder las ocasiones para hacerlo. Por ejemplo, en el bar que está cerca de mi casa había detectado a un pobre, al que llamaban Penna, que ese día estaba empapado porque llovía mucho. Yo sabía que él había tenido tuberculosis, y superando una cierta resistencia de que me vieran en su compañía, lo invité a mi casa, para darle algo de ropa seca. Mi familia quedó estupefacta e incrédula. “Papá, necesitaría un poco de ropa…”. Al comienzo mi padre no estaba demasiado convencido, pero luego me consiguió un par de pantalones, mientras yo buscaba una chaqueta. Pero la lluvia no daba señales de querer terminar… Y yo, volví a la carga: “Papá, ¿y si también le damos un paraguas?”. Llegó también el paraguas. El pobre estaba feliz, pero más lo estaba yo, porque nos habíamos esforzado juntos para ayudarlo. Pero la cosa no terminó allí. Algunos días después, Penna volvió para devolvernos el paraguas. En realidad, no era el que le habíamos dado, sino que era uno más bonito. Lo que había pasado era que se lo habían robado, y alguien después le había regalado uno nuevo. Y él quería devolvernos el favor.
(Francesco – Italia)
El amor no se explica con palabras Poco después de nacer, le habían diagnosticado a Mariana una lesión cerebral. No iba a poder hablar ni tampoco caminar. Pero Dios nos pedía que la amáramos así y nos encomendamos a sus brazos de Padre. La niña vivió con nosotros sólo cuatro años; nunca oímos de su boca las palabras papá o mamá, pero en su silencio hablaban sus ojos, que tenían una luz resplandeciente. No pudimos enseñarle a dar los primeros pasos, pero ella nos enseñó a dar los primeros pasos en el amor, en la renuncia a nosotros mismos para amar. Mariana ha sido para toda la familia un regalo de Dios, que podríamos resumir en una única frase: el amor no se explica con palabras.
(Alba – Brasile)
Recopilado por Lorenzo Russo
(extraído de El Evangelio del día, Città Nuova, año VII, número 3, mayo-junio de 2021)
El Balashanti Program es un proyecto nacido para ayudar a las madres solteras, para sostenerlas y garantizar a sus hijos los cuidados necesarios, la formación escolar y una condición de bienestar, salud y dignidad. Estamos en Coimbatore, región al sur de India. En 1991 nace el Balashanti Program un proyecto que ayuda y acoge a los niños más vulnerables y necesitados, entre los 3 y los 5 años, y a sus madres, que a menudo están solas. El programa forma parte de Shanti Ashram que es un centro internacional para el desarrollo cultural, social y sanitario al servicio de los necesitados de la comunidad en el territorio, inspirado en los ideales y las enseñanzas de Mahatma Gandhi. “Mi abuela siempre tuvo que vivir sola, por este motivo mi madre tuvo que dejar de estudiar cuando estaba en la secundaria y se tuvo que casar cuando tenía 16 años. Cuando esto sucedió era el ‘78 pero hoy, después de 40 años, sigo escuchando historias parecidas o iguales a esta”. Son las palabras de Deepa, responsable del Balashanti Program. De hecho, explica que todavía hoy los hijos de las madres solteras experimentan tres tipos de dificultades muy grandes: la pobreza, el abandono escolar y la obligación a un matrimonio precoz. El Balashanti Program se propone por lo tanto ayudar a estas mujeres para que saquen adelante a sus hijos en una condición de bienestar, salud y dignidad. Según el reporte de las Naciones Unidas del 2019-2020, alrededor del 4.5% de las familias en India son llevadas adelante por madres que están solas y se estima que de ellas el 38% vive en condiciones de pobreza. “Una mujer en India, en condiciones de vulnerabilidad difícilmente puede vivir sola, no se trata de una elección personal -explica Deepa- muchas de ellas se encuentran en condiciones de abandono, inseguridad y explotación”. El objetivo último del Balashanti Program es por lo tanto combatir la pobreza, la desnutrición y las enfermedades que se desarrollan en contextos de mucha precariedad, para construir una sociedad pacífica. Para hacer esto, además de la ayuda económica, los niños y sus mamás reciben instrucción sobre temas como la educación, la paz, la alimentación sana, las normas de higiene y el liderazgo. Hoy día existen 9 Balashanti Kendra – centros de desarrollo para la primera infancia – que acogen a más de 200 niños por año. Desde el ‘91 a hoy más de 10 mil niños han completado el itinerario de estudios y durante el año de la pandemia del Covid-19 se le han dado ayudas a 15 mil personas, entre niños y familias. Desde el ‘98 el proyecto inició una colaboración con AFN Onlus, la organización sin fines de lucro vinculada al Movimiento de los Focolares que, mediante apoyo a distancia, ayuda a dar a los niños becas del Balashanti Porgram. Son muchos los que podrían dar testimonio de la importancia del Balashanti Program en sus vidas, como Fathima, de 45 años, quien hasta hace pocos años era una madre soltera en dificultad económica que no sabía cómo hacer para sacar adelante y educar a su hijo, el pequeño Aarish. Desde que el Balashanti Program empezó a ayudarla su vida ha cambiado. Aarish ha participado en los programas de formación gracias a una beca para estudiar a distancia. “También me ayudaron con alimentos -explica- me pusieron en contacto con médicos competentes y me invitaron a espectáculos y danzas que me permitieron distraerme y pensar en algo bello. Para mí ha sido muy importante”. Ahora Aarish ha crecido, tiene 15 años, es voluntario en el Shanti Ashram desde hace tres años. También gracias a su ayuda el Balashanti Program podrá ofrecer apoyo a más madres solteras y a sus hijos. Así, permanece encendida la esperanza de que esta cadena de ayuda se vuelva cada vez más robusta y contagiosa.
Cada día ante cualquier acción podemos descubrir qué rostro de Jesús Abandonado podemos amar a través de la misma. Esta es la sugerencia de Chiara Lubich para cumplir bien, perfectamente todo lo que tenemos que hacer. Amar a Jesús Abandonado. Es precisamente a este nombre, que toca tantos aspectos de nuestra vida como individuos y como comunidad, al que quiero referirme también hoy. Más precisamente quisiera decirles algo sobre una forma especial de amar a Jesús Abandonado, que es puerta y camino hacia nuestra santidad. […] En todas partes tenemos la maravillosa oportunidad de amarlo, de aliviarlo, de consolarlo, de poner remedio a males concretos, expresiones de Él. Esto es una gracia grande, porque con este trabajo siempre estamos en contacto con Él, con Jesús Abandonado, y amándolo podemos construir nuestra santificación. Pero hay distintos modos de amarlo. Se le puede amar mucho y se le puede amar poco, lo cual significa que con este amor podemos contribuir a nuestra gran santidad o a una pequeña […] Los santos buscaron y buscan, para la Gloria de Dios, ese amor que da el máximo rendimiento. ¿Escribimos nuestra historia para donar nuestra experiencia? Hagámoslo bien, muy bien, escuchando con gran atención su voz dentro de nosotros, esa voz que arroja luz sobre nuestro pasado y nuestro presente, esa luz que agrada a quien escucha y que atrae; y prestemos atención a lo que esa voz nos sugiere y a lo que corrige. Hagamos todas las cosas con empeño, con el máximo empeño. Dejemos de retocar nuestro trabajo solamente cuando esa voz ya no tenga nada más que decirnos. No maltratemos nunca la Obra de Dios; no hagamos nunca obras imperfectas. Hagámoslo todo bien, todo muy bien. […] Ante cualquier obra que emprendamos, tratemos de descubrir qué rostro de Jesús Abandonado podemos amar con ella y lancémonos a hacerla con perfección. Obras perfectas, pues, por amor a Jesús Abandonado y construir así nuestra santidad, nuestra gran santidad.
Chiara Lubich
(En una conferencia telefónica, Loppiano 20 de febrero de 1986) Cf. Chiara Lubich, Juntos en camino, Ciudad Nueva, Buenos Aires 1988, pp. 143-146
El testimonio de los voluntarios de la “Casa de los Niños”, de Cochabamba (Bolivia),obra inspirada en la espiritualidad de la unidad, comprometidos en atender sin descanso a los contagiados de COVID-19 y en dar consuelo a los moribundos. Hemos vuelto a recorrer las calles de nuestra ciudad con un poco de inconciencia y mucha ingenuidad. Este virus asusta a todos. Empuja a aislarse unos de otros. Pero somos conscientes de la importancia y de la necesidad de lo que se nos pide con la mayor urgencia. Por eso no retrocedemos, aunque tratamos de tomar las debidas precauciones. Realizamos las pruebas cada semana y los test siguen dándonos resultados negativos. Tal vez alguien tiende una mano misericordiosa sobre nuestra ingenuidad. Aquí comenzó la estación fría y las infecciones por COVID-19 han aumentado exponencialmente. Hemos llegado a cifras hasta ahora nunca alcanzadas. Los hospitales públicos están al límite. La gente muere en el coche, esperando que se libere una cama… Incluso en las clínicas privadas, muy caras, se suspendieron las hospitalizaciones. Ya no se encuentra oxígeno medico y hay largas colas para reabastecimiento en los dos únicos lugares preparados para este servicio pago. ¡Un cilindro de 6 m3 dura menos de 5 horas! Los medicamentos más especializados se encuentran sólo en el mercado negro: ¡cada frasco tiene un costo de casi 1500 dólares! Llevamos oxígeno y remedios allí en donde nos llaman. Este año las personas afectadas por el virus son mucho más jóvenes. Contamos con los permisos para circular todos los días y a toda hora. Nuestro furgón, muy espacioso, se ha transformado en ambulancia y, a menudo y con dolor, en un coche fúnebre a costo cero. El tiempo pasa muy rápido para quien necesita y lucha por respirar, así que también nosotros corremos y no tenemos tiempo para pensar en nosotros mismos. Llevamos oxígeno y medicinas, pero, para decir la verdad, estamos comprometidos con llevar sobre todo semillas de esperanza. A pesar de encontrarnos por primera vez con las personas que visitamos, se establece enseguida una recíproca complicidad que abre las puertas a la esperanza. Y, poco a poco, el miedo se diluye y las vemos sonreir serenas. También llevamos la coronilla del Rosario. No es un amuleto mágico. No. Es nuestra coronilla de las grandes aflicciones y dolores de este tiempo, de tantos hermanos y hermanas, que queremos encomendar al corazón de la Madre celestial. Es parte de la oxigenoterapia: ¡da aire al corazón de quien sufre! Nos reunimos cada noche para la oración comunitaria de nuestra ciudadela, al aire libre, frente a la hermosa capilla que acoge las historias de muchos de nuestros niños que ya volaron al cielo. Rezamos delante de la estatua de la “Virgen de Urcupiña”, patrona de Cochabamba, que lleva a su Hijo en brazos. La nuestra es una oracíon que va directamente al cielo y que quiere fijar los nombres de muchos que hemos visitado durante el día. Pedimos para cada uno una luz del cielo, necesaria para iluminar la noche de su dolor.
Los voluntarios de la “Casa de los Niños” – Cochabamba (Bolivia)
Entrevista a la presidenta de los Focolares publicada por Città Nuova italiana sobre el decreto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida sobre el relevo de los dirigentes de las agregaciones laicales. Favorecer la alternancia. Aprobado por el Papa Francisco, fue promulgado el pasado 3 de junio por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida un Decreto que regula la duración del mandato de los cargos de gobierno de las asociaciones internacionales. Cada mandato tendrá una duración máxima de cinco años por un período máximo de diez años consecutivos; es la norma indicada (con sus específicos detalles correspondientes entre los cuales posibles dispensas para los fundadores), mientras que una articulada nota explicativa ayuda a comprender el espíritu de dicha normativa: favorecer una mayor comunión eclesial, una sinodalidad más amplia, un auténtico espíritu de servicio, evitar los personalismos, los abusos de poder, aumentar el entusiasmo misionero y un verdadero estilo evangélico. Hemos hablado de ello con la presidenta de los Focolares, Margaret Karram. Presidenta, ¿les sorprendió el decreto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida referente al relevo de los dirigentes de las agregaciones laicales? No esperábamos un decreto de esta naturaleza en este momento del año, pero el contenido no nos sorprendió. Desde hace años, en el Movimiento de los Focolares se inició un proceso que tiene en cuenta la alternancia en los órganos de gobierno, en el centro internacional y en los países donde estamos presentes, estableciendo límites en los mandatos. El Decreto nos muestra una vez más a la Iglesia como madre. Estando al cuidado de asociaciones como la nuestra, acompaña y ayuda a cada realidad a encontrar formas organizativas que le permitan permanecer fiel a su carisma y misión, en consonancia con el camino de la Iglesia en el mundo de hoy. Por ello acogemos plenamente el espíritu y las determinaciones del Decreto, que además sale al encuentro de la reflexión abierta en el Movimiento sobre la representatividad en los órganos de gobierno, ya compartida con el Dicasterio. El íncipit del Decreto afirma que “las asociaciones internacionales de fieles y el ejercicio del gobierno en ellas son objeto de especial reflexión y consecuente discernimiento por parte del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida”. ¿Sienten que haya cierta preocupación por los Movimientos en general? ¿Y en relación al Movimiento de los Focolares? Yo diría que el Dicasterio ciertamente tiene una atención particular a los Movimientos, y somos testigos de ello, teniendo en cuenta que es de su particular competencia. Además, al ser una realidad tan variada, el Dicasterio ciertamente también tendrá alguna preocupación. El mismo Decreto subraya el “florecimiento” de dichas asociaciones y reconoce el hecho de que estas han aportado “a la Iglesia y al mundo contemporáneo una abundancia de gracia y de frutos apostólicos”. No es la intención de la Iglesia frenar el impulso carismático de los Movimientos, su fuerza innovadora y su impacto misionero. Quiere ayudarlos a lograr sus propios objetivos, que están siempre orientados al bien de la persona, de la Iglesia y de la sociedad. El Decreto ofrece elementos estructurales que pueden ayudar a reducir algunos de estos riesgos al limitar el tiempo en el que una persona puede ocupar cargos directivos. Sin embargo, no veo en estas intervenciones una particular concentración en el Movimiento de los Focolares, también porque ya es una práctica recogida en nuestros Estatutos la alternancia en los cargos de gobierno. El Papa Francisco en su discurso a los participantes en el III Congreso Mundial de los Movimientos Eclesiales y las Nuevas Comunidades en noviembre de 2014 indicó un método para alcanzar la madurez eclesial deseada también por sus dos predecesores: «No olviden que, para alcanzar este objetivo, la conversión debe ser misionera: la fuerza para vencer las tentaciones y las insuficiencias proviene de la alegría profunda del anuncio del Evangelio, que está a la base de todos los carismas”. ¿Qué opina? ¡Estoy plenamente de acuerdo! El deseo del Papa nos exige un doble compromiso: siempre es necesario volver al Evangelio, a la Palabra de Dios y ser conscientes de que el carisma del fundador no es otra cosa que una lectura nueva y actual de las palabras de Jesús, iluminadas por un don del Espíritu Santo que hace que las vivamos desde una perspectiva particular. Por lo tanto, debemos tener en cuenta que la espiritualidad que nace de un carisma, es una forma de anunciar el Evangelio y, por lo tanto, de trabajar por el bien de la Iglesia y de la humanidad. ¿Basta un saludable relevo generacional, una alternancia de las personas en los cargos directivos para asegurar un gobierno sinodal, realizado con espíritu de servicio y capaz de no repetir los errores del pasado, de los personalismos hasta los abusos de poder? Yo diría que esto no puede bastar si se quiere implementar un verdadero cambio cultural, duradero y fructífero. Creo que primero deberíamos preguntarnos cuál es el propósito del gobierno de una asociación como la nuestra. No es –aunque esto sea importante– el cambio generacional ni tampoco el evitar los errores del pasado. El objetivo principal de nuestro gobierno –como pienso de todo Movimiento eclesial– es garantizar que el Movimiento avance y se desarrolle en el espíritu genuino de su propio carisma, siguiendo el designio que emana de él y realizando las finalidades para las que el Espíritu Santo lo hizo nacer. El mismo decreto subraya que el gobierno “se ejerza en consonancia con la misión eclesial de las mismas (asociaciones), como un servicio orientado a la realización de sus propios fines y a la protección de sus miembros”. Es un trabajo de continua actualización, mejora y renovación que requiere sobre todo una conversión del corazón al Evangelio y a las propias raíces carismáticas. El relevo generacional en los órganos directivos, a través de una frecuente rotación en los cargos de gobierno, puede favorecer la actualización de una asociación, puede ayudar a evitar –como dice una nota explicativa del Dicasterio– “formas de apropiación del carisma, personalismos, centralización de las funciones así como expresiones de autorreferencialidad, que fácilmente producen graves violaciones de la dignidad y la libertad personales e, incluso, abusos reales”. Pero la alternancia de los cargos por sí sola no garantiza una gestión justa del poder. Necesitamos otros elementos que desde hace algunos años venimos implementando y mejorando continuamente, como por ejemplo, un itinerario de formación espiritual y humana hacia un liderazgo coherente con un estilo evangélico y con el propio carisma, por lo tanto, un estilo de gobierno que resalte el discernimiento comunitario, con nuevas formas de acompañamiento y modalidades sinodales para la elección de los candidatos a los cargos de gobierno. En concreto, dentro de tres años, varias de las personas elegidas durante la Asamblea General del pasado mes de febrero deberán ser sustituidas. ¿Tienen ya una idea de cómo proceder también para modificar los Estatutos actuales que prevén seis años para la duración de los cargos y la posibilidad de un segundo mandato? En algunos puntos ya estamos en línea con el nuevo Decreto, especialmente en lo que se refiere al límite máximo de dos mandatos consecutivos para los cargos de gobierno, lo que hay que cambiar ahora es la duración: de 6 a 5 años. Ya habíamos iniciado la constitución de una comisión para la necesaria revisión de nuestros Estatutos en varios puntos, a lo que ahora se suma el trabajo prioritario para la adecuación al Decreto. Es un trabajo que queremos hacer con calma y con cuidado, porque no quisiéramos solamente acoger esta nueva normativa “al pie de la letra” sino también y sobre todo su espíritu y estudiar bien cómo realizarlo no solo para los órganos centrales e internacionales, sino a gran escala, también en el gobierno local de los centros territoriales. En todo caso, nos gustaría hacer todo esto en diálogo con el Dicasterio, profundizando algunos aspectos puntuales y algunas dudas. Han dicho expresamente que están dispuestos a escucharnos en relación a eventuales cuestiones. El Papa Francisco, al reunirse con los participantes en la Asamblea General, había destacado algunas cuestiones a las que se debía prestar especial atención: la autorreferencialidad, la importancia de las crisis y saber gestionarlas bien, la coherencia y el realismo al vivir la espiritualidad, la sinodalidad. ¿Qué se ha hecho o se piensa hacer para dar seguimiento a estas indicaciones? Consideramos el discurso del Papa Francisco a los participantes de la Asamblea General como un documento programático, así como el documento final de la misma Asamblea. . Con gran alegría vemos cuánto la profundización y la búsqueda de formas de aplicación de estos dos documentos están dando sus frutos en las distintas áreas geográficas en las que nuestro Movimiento está presente. Están emergiendo dos puntos centrales: la escucha atenta al grito de sufrimiento de la humanidad que nos rodea, en el que redescubrimos el rostro de Jesús crucificado y abandonado y un nuevo espíritu de familia en nuestro Movimiento más allá de cualquier subdivisión. Esto expresa el núcleo de nuestra espiritualidad: ofrecer al mundo un modelo de vida al estilo de una familia; es decir, hermanos y hermanas a nivel universal, unidos entre ellos por el amor fraterno hacia cada hombre y mujer y preferencial por los que más sufren, por los más necesitados. ¿Con qué estilo y con qué modalidades se inició el nuevo gobierno del Movimiento de los Focolares? ¿Margaret Karram tiene al respecto alguna novedad en su corazón? Siento especialmente importante vivir en el gobierno del Movimiento una experiencia de “sinodalidad”. Esto significa llevar a cabo todo con espíritu de escucha y restablecer en las relaciones interpersonalesese amor evangélico fraterno, en la verdad y en la caridad, que también ilumina el puesto que le corresponde a cada uno, como por ejemplo en el Centro. Como Consejo General, por ejemplo, hemos hecho recientemente la maravillosa experiencia de ponernos a la escucha de nuestros responsables territoriales en todo el mundo. Ellos son los que tienen las “manos en la masa”, que conocen las potencialidades, las necesidades y las características culturales y antropológicas de nuestras comunidades. Escuchándolos, sobresalió toda la vivacidad y la creatividad del “pueblo de Chiara”, que quiere hacerse cargo de las diferentes formas de desunión y curar las heridas de la humanidad que lo rodea. Quizás ni siquiera sea necesario que el Centro Internacional dé siempre las directrices o dirija el itinerario del Movimiento. Lo importante es que el Centro siempre garantice la unidad de toda la Obra y que pueda poner de relieve lo que el Espíritu Santo va indicándonos para todos.
Stefano Zamagni, economista, director de la academia de Ciencias Sociales del Vaticano, habló recientemente en Loppiano (Italia) en el acto por los “30 años de la Economía de Comunión”. Transcribimos un fragmento de su discurso en el que destacó la contribución de la Economía de Comunión a la evolución del pensamiento económico.“(…) Debo confesar que cuando, hace exactamente 30 años, escuché el discurso de Chiara Lubich en Brasil cuando lanzó el proyecto Economía de Comunión, quedé muy impactado, casi conmocionado. Porque la economía como ciencia tiene muchas palabras: riqueza, rédito, eficiencia, productividad, equidad, pero no tiene la palabra comunión. Y me preguntaba: “¿Cómo es posible que una persona como Chiara, cuya matriz cultural no incluía una formación en materia económica, se haya podido lanzar a un desafío intelectual de ese tipo?”. Tenía que haber un carisma especial, hoy sabemos que así es. Esto me perturbó positivamente. Comencé a reflexionar y me pregunté: “Pero, ¿cómo es posible que, en la larga historia del pensamiento económico, en los siglos pasados, nunca se haya abordado un concepto como este?”. Unos años más tarde me encontré con la obra de Antonio Genovesi, el fundador de la economía civil y comprendí toda una serie de conexiones entre la Economía de Comunión y la economía civil. Evidentemente, al principio hubo muchas dificultades para la Economía de Comunión. Recuerdo que en 1994 en Ostuni (Puglia-Italia), el Meic (Movimiento eclesial de compromiso cultural) organizó seminarios culturales durante el verano. En una presentación presidida por un célebre economista italiano, dos focolarinas recién recibidas se atrevieron a presentar el proyecto de Economía de Comunión. Este profesor empezó a decir: “Esto es una tontería, porque no reúne el criterio de racionalidad”. Yo, que estaba presente, le pregunté: “¿Pero crees que el gesto del buen samaritano reúna el criterio de racionalidad?”. Él que era inteligente lo comprendía. “Ves – continué – tú eres esclavo de un paradigma, de una forma de pensar que has mamado de tus estudios sin ponerte el problema, porque la racionalidad en la que piensas es la racionalidad instrumental, pero también existe la racionalidad expresiva. ¿Quién dijo que la racionalidad instrumental es superior a la expresiva? ¿No sabes que la Economía de Comunión está inscrita en el modelo de la racionalidad expresiva? Donde expresiva significa que se expresa un carisma, porque los carismas deben expresarse y traducirse en realidad histórica”. La Economía de Comunión ha permitido recuperar esa tradición de pensamiento de la economía civil que nació en Nápoles en 1753. Hoy pensamos en la economía y en la escuela de economía civil que precede Luigino Bruni. Pero pensemos en el último gran evento que es la “Economía de Francisco” que no es más que una mezcla entre la economía civil – que es un paradigma, que significa una mirada a la realidad que luego se plasma en modelos, proyectos, en diferentes teorías – y la economía de comunión. Evidentemente, el evento aún es reciente, pero estoy seguro de que pronto conocerá una nueva temporada. Para terminar, quiero utilizar una palabra que, lamentablemente, ha desaparecido del uso al menos desde hace un siglo: “conazione”. Es una palabra acuñada por Aristóteles hace 2400 años. Es el resultado de la mezcla entre conocimiento y acción y significa que el conocimiento debe ponerse al servicio de la acción y la acción no puede ejercitarse y dar frutos si no sobre una base de conocimiento. Digo esto porque el desafío de la Economía de Comunión para los próximos 30 años y más es fortalecer el componente cognitivo. Hasta ahora, se ha dado prioridad a la acción, a los logros. Pero debemos ser conscientes de que, si la acción no se nutre continuamente del conocimiento, corre el riesgo de implosionar. Chiara Lubich tenía capacidad de intuición, comprensión y, por tanto, de anticiparse incluso en temas en los que no era especialista. De hecho, la contribución de la Economía de Comunión a la evolución del pensamiento económico como ciencia ha sido notable. Y hoy podemos hablar de ello en nuestras universidades: el profesor Luigino Bruni dirige un programa de doctorado de investigación en la Lumsa (Universidad Maria Assunta) en Roma (Italia) en economía civil y economía de comunión. Aquí en Loppiano está el Instituto Universitario Sophia y también en otras universidades ya no está prohibido hablar de Economía de Comunión. Desde mi punto de vista, este es un gran resultado (…)” Para ver la transmisión en directo de Loppiano por el 30 aniversario de la Economía de Comunión clic aquí
Vivir la caridad fuente de toda virtud, resalta en nosotros la figura de Cristo, porque amando somos otros Él. No obstante nuestro amor a los hermanos, arrastramos algunos defectos que le quitan algo a la belleza de Cristo en nosotros. […]. Ustedes saben que para adquirirlas (las virtudes) y luchar contra los vicios opuestos, nosotros, llamados por Dios a hacer del hermano nuestra «fortuna», encontramos precisamente en el amor a Dios la renuncia a nosotros mismos. Y saben que nuestra praxis para mejorar en general no consiste tanto en combatir un defecto tras otro, sino más bien en evitar los obstáculos, en «cambiar de habitación» –como solemos decir– «viviendo los otros» y poniéndonos así en la caridad, fuente de toda virtud. […] Además, Jesús Abandonado al cual hemos entregado la vida, es para nosotros el modelo de todas las virtudes, y siempre repetimos que queremos amarlo no solo en el dolor, sino también en la práctica de las mismas. La caridad, en efecto, resalta en nosotros la figura de Cristo, porque, cuando amamos, somos otros Él. Pero al amar a Jesús Abandonado practicando las virtudes tenemos la impresión de cincelar esa figura de Cristo en nosotros, de retocarla con perfección. El hecho es que podemos observar que, a pesar de nuestro amor a los hermanos, arrastramos desde hace años defectos pequeños o no tan pequeños, a veces triviales, pero que le quitan algo a la belleza de Cristo en nosotros. El hecho es que podemos observar que, a pesar de nuestro amor a los hermanos, arrastramos desde hace años defectos pequeños o no tan pequeños, a veces banales, pero que le quitan algo a la belleza de Cristo en nosotros. […] ¿Cuáles son esos defectos? Cada uno tiene los suyos. A veces estropeamos lo que hacemos por la prisa; cumplimos imperfectamente la voluntad de Dios; estamos distraídos en la oración; nos detenemos en tonterías que gustan al mundo; o no sabemos moderar la gula. Con frecuencia nos vence la curiosidad o caemos en la vanagloria; hablamos inoportunamente o sin necesidad; estamos apegados a pequeños objetos o somos algo dependientes de la televisión; nos hacemos servir por los hermanos; somos inconstantes, y así sucesivamente. ¿Qué hacer entonces? Cuando se trata de cosas que no son buenas, Jesús nos invita a actuar con decisión, como cuando afirmó: «Si tu ojo es para ti ocasión de pecado, sácatelo…».* Por lo tanto, también nosotros, aunque continuando en el camino del amor- y por amor a Jesús Abandonado- no tenemos que titubear, quedándonos como somos, sino erradicar vicio tras vicio. […] Yo estoy convencida de que en nuestro camino hay más posibilidades: el amor ayuda, porque el amor es negarse a sí mismo, y quema también estas cosas. De todos modos, no estará mal al observar algún defecto habituarnos a la virtud opuesta a él. […] Entonces, ¡ánimo y manos a la obra!
Chiara Lubich
* Cf. Mt 5, 29. (En una conferencia telefónica, Rocca di Papa 21 de junio de 1984)Cf. Chiara Lubich, Juntos en camino, Ciudad Nueva, Buenos Aires 1988, pp.25-27