«“La unidad es posible” ¿Es una afirmación absurda hoy, en una Europa marcada por el terrorismo global y por la multiplicación de guerras, de migraciones de dimensiones bíblicas, de creciente intolerancia? ¿Hablamos de un sueño, de una utopía? No. Hablamos de una experiencia que varios Movimientos y comunidades cristianas de Europa viven ya desde hace más de 15 años, testimoniando que la unidad es posible. Hemos hecho la experiencia de que hay algo eterno, indestructible, que nos une: es el Amor, es Dios Amor. Este Amor ha abierto de par en par nuestros ojos y nuestro corazón para abrazar los temores, las lágrimas, las esperanzas de este continente. En todo lo negativo, que parece que nos aplasta, reconocemos el dolor que Dios, hecho hombre, sufrió en la cruz, demostrándonos así su amor sin medida y abriéndonos la esperanza de la resurrección. Tres palabras-clave caracterizan esta manifestación nuestra: encuentro – reconciliación – futuro. Podemos encontrarnos porque Dios vino a nuestro encuentro encarnándose. Podemos reconciliarnos porque Jesús en la cruz nos reconcilió con Dios y entre nosotros. Podemos caminar seguros hacia el futuro porque Él, que venció la muerte, camina en medio de nosotros y nos conduce hacia la unidad de Europa y del mundo, hasta la realización de su oración “Que todos sean uno” (Jn. 17, 21). Para un fin tan alto vale la pena, sin duda, comprometer toda la propia existencia. Juntos, queremos pedir perdón por las divisiones del pasado que han provocado guerras y muerte en Europa. Juntos queremos testimoniar hoy nuestra unidad en el respeto y en la belleza de las diversidades de nuestras Iglesias y comunidades. Juntos queremos ponernos al servicio de una novedad que sirve hoy para poder emprender de nuevo el camino europeo. Lo que nosotros podemos ofrecer – comprometiendo nuestra vida – es la novedad del Evangelio. Jesús antes de morir rezó así: “Padre, que todos sean uno”. Mostró que todos somos hermanos, que es posible una única “familia humana”, que la unidad es posible, que la unidad es nuestro destino. Hoy, nosotros aquí nos comprometemos a ser instrumentos de este cambio, instrumentos de una nueva visión de Europa, instrumentos de una aceleración en el camino hacia la unidad, abriendo, con todos y para todos los hombres y mujeres de nuestro planeta, un dialogo profundo. Diálogo factible por la así llamada “regla de oro”, que dice: “No hagas a los demás lo que no querrías que te hicieran a ti” (Cf. Lc 6,31). En el fondo, quiere decir: ama. Y, si el amor se hace recíproco, hace que florezca, entre todos, la fraternidad. Y precisamente, con la fraternidad universal es con lo que Europa puede redescubrir su propia vocación. Chiara Lubich, ya en los años ’50 escribía: “Si un día los pueblos supieran posponer a sí mismos, la idea que tienen de la propia patria (…), por aquel amor recíproco entre los Estados, que Dios pide como pide el amor recíproco entre hermanos, ese día sería el inicio de una nueva era”. ¡Vivamos entonces para esta nueva era! ¡La unidad es posible!» Maria VoceMúnich de Baviera, 2 de julio de 2016
«Queridos amigos de Juntos por Europa, sé que están reunidos en Múnich muchos Movimientos y Grupos, provenientes de varias Iglesias y Comunidades. Tienen razón. Es hora de que nos pongamos juntos, para afrontar con verdadero espíritu europeo las problemáticas de nuestro tiempo». Así inicia el denso video mensaje que el papa Francisco ha dirigido a los participantes de Juntos por Europa reunidos hoy en la Karlsplatz (Stachus) de Múnich, Alemania. Después de poner de relieve los desafíos de Europa, el papa Bergoglio invita a los participantes a «presentar el testimonio de una sociedad civil que trabaja en red para la acogida y la solidaridad hacia los más débiles y desafortunados, para construir puentes, para superar los conflictos declarados o latentes». Y luego concluye: «Mantengan la frescura de sus carismas; mantengan vivo el “Juntos”, y ¡amplíenlo! Hagan que sus casas, comunidades y ciudades sean laboratorios de comunión, de amistad y de fraternidad, capaces de integrar, abiertos al mundo entero».
(C) MfE – Foto Brehm
También el patriarca de Constantinopla, Bartolomé I ha querido estar presente a través de un mensaje personal, donde entre otras cosas dice: «Incluso cuando la tentación nos llevaría a no estar juntos, los cristianos en especial, están llamados a expresar el principio fundamental de la Iglesia, que es comunión (koinonía).Solamente cuando compartimos generosa y libremente los dones otorgados por Dios, somos capaces de hacer una experiencia plena».La manifestación de hoy, que concluye la 4ª edición de Juntos por Europa, titulado “500 años de división son suficientes – ¡la unidad es posible!”, refiriéndose a los 500 años de la separación entre la Iglesia católica y las Iglesias de la Reforma protestante. Sobre el tema de la unidad intervino Maria Voce, presidente de los Focolares: «Lo que nosotros podemos ofrecer – comprometiendo nuestra vida – es la novedad del Evangelio. Jesús antes de morir rezó así: “Padre, que todos sean uno”. Mostró que todos somos hermanos, que es posible ser una única “familia humana”, que la unidad es posible, que la unidad es nuestro destino.Hoy, nosotros aquí nos comprometemos a ser instrumentos de este cambio, instrumentos de una nueva visión de Europa, instrumentos de una aceleración en el camino hacia la unidad,abriendo, con todos y para todos los hombres y mujeres de nuestro planeta, un diálogo profundo».
(C) MfE – Foto Brehm
Otras intervenciones fueron las de Gerhard Pross (YMCA Esslingen): “Unidad en la diversidad reconciliada” y de Andrea Riccardi (Comunidad de San Egidio): “¡No más murallas!”. Sobre “La reconciliación abre al futuro – 500 años de la división son suficientes” han hablado juntos desde el escenario el cardenal Kurt Koch (Pontificio Consejo para la Promoción de la unidad de los cristianos), el obispo Frank Otfried July (Federación Luterana mundial), el metropolitana Serafim Joanta (Metropolita rumano-ortodoxo para Alemania y centro y norte de Europa) y el Secretario general del Consejo Ecuménico de las Iglesias, el reverendo Olav Fykse Tveit. Una entrevista sobre “Misión y futuro” permitió un interesante diálogo entre el obispo evangélico Heinrich Bedford-Strohm y el cardenal Reinhard Marx. El mensaje final, leído por los miembros del Comité de orientación y distribuido en miles de copias entre los asistentes, además de señalar «la visión de un juntos en Europaque es más fuerte que cualquier miedo y egoísmo», expresó un compromiso común de todos aquellos que adhieren a Juntos por Europa a «caminar el camino de la reconciliación”, a «vivir juntos en la diversidad», a «llegar a personas de diferentes religiones y creencias con respeto y buscando el diálogo» promover en el mundo «humanidad y la paz».
(c) MfE, Foto: Fischer
Durante los dos días precedentes se celebró un congreso en el Circus-Krone-Bau, articulado en 36 foros y mesas redondas, con 1.700 responsables y colaboradores de los más de 300 Comunidades y Movimientos que adhieren a Juntos por Europa. «La reconciliación será nuestra palabra clave», ha afirmado Martin Wagner (CVJM Múnich) en la apertura, «Ya la hemos experimentado y este es nuestro futuro. Queremos compartir, trabajar juntos por la unidad y sobre todo contribuir, como cristianos, a apoyar los retos de Europa hoy». Las mesas redondas y foros se centraron en la integración y reconciliación, solidaridad con los más débiles, sostenibilidad y tutela del medio ambiente, ecumenismo, cristianos y musulmanes en diálogo, matrimonio y familia, economía. Intercambio de experiencias, ideas y proyectos, pero también testimonios de fe. En el numeroso foro “El precio y el premio de la unidad”, el cardenal Walter Kasper, ha dicho «el esfuerzo de una auténtica reconciliación constituye uno de los mayores tropiezos en el movimiento ecuménico. Se necesita perdón para proseguir el camino juntos». La mesa redonda “Cristianos y musulmanes en diálogo” ha puesto de manifiesto la necesidad de conocerse, reunirse y trabajar juntos, conscientes, como ha señalado Pasquale Ferrara, nuevo embajador italiano en Argel, que «el diálogo no lo hacen las culturas o las religiones, sino las personas». El debate sobre el cambio climático y los desafíos ecológicos “Hacia la sostenibilidad en Europa” en el diálogo entre ciencia y religión, fue apoyado por el cardenal Peter Turkson, por el ingeniero ambiental Daniel Renzi y otros expertos. En la mesa redonda que se preguntaba “¿Qué alma para Europa?”, Jesús Morán, copresidente de los Focolares, ha evidenciado que «la perspectiva que Europa puede y debe todavía, y más que nunca, dar al mundo es formar una cultura de unidad en la diversidad en todos los niveles, desde lo personal y cotidiano hasta el nivel institucional». Textos y fotos de las ponencias están disponibles en www.together4europe.org/live Ya ha bajado el sol cuando en el escenario en la Karlsplatz se lee el mensaje final de Juntos por Europa 2016. El programa, animado por bandas musicales y por el entusiasmo creativo de los jóvenes, continúa con un concierto rock. Fuente: Nota de prensa del SIF – 2 de julio de 2016
¿Cuáles son hoy los desafíos de Europa? ¿Cuál es la responsabilidad social y política frente a los otros continentes? ¿Qué contribución pueden ofrecer los movimientos cristianos? Son muchas las preguntas que abrieron la segunda jornada del Congreso, que tuvo lugar el 1º de julio. La misma se enfocó en el hoy del continente europeo con sus desafíos locales y mundiales. “Hay que dejar la Europa de los padres y construir la de los hijos – exhortó Marco Impagliazzo, presidente de la Comunidad de S. Egidio-. Los cristianos debemos volver a elegir a Europa, juntos, no podemos construirla solos. Europa no puede vivir para ella misma, debe vivir un cristianismo para los demás y con los demás. Ahora es el momento de un ‘humanismo espiritual’. La vida de las Iglesias y de las comunidades debe emerger y aportar su propia contribución” Gérard Testard de Efesia (París), puso el acento en la necesidad de la acción cristiana en la vida pública. No puede existir por un lado la ciudadanía celestial y por otro lado la terrenal. Hay que vivir ambas realidades juntas. Michael Hochschild, sociólogo y docente de pensamiento post-moderno en el Time-Lab de París, subrayó la importancia sociopolítica de los Movimientos y de las Comunidades espirituales en Europa. Pero para que esto ocurra, afirmó, “deben considerarse y demostrar, con mayor decisión, que son fuerzas “modelo” del panorama cultural. Deben convertirse en ‘Movimientos socio-civiles”. Afirmó además, que en un tiempo de incertidumbre y escasez de perspectivas, las Comunidades comprometidas en “Juntos por Europa” ofrecen modelos alternativos de vida. “Precisamente el miedo al futuro puede obligarnos a hacer todo lo que podamos para que éste sea mejor”, afirmó Herbert Lauenroth, experto en interculturalidad del Centro Ecuménico de Ottmaring (Augsburgo). Según su análisis, la situación actual de Europa nace como una reacción al miedo y a la inseguridad causada por una sensación de sofocamiento existencial. Esta situación al mismo tiempo representa un desafío: El miedo podría convertirse en una experiencia de aprendizaje. “Se trata de preferir aquello que es desconocido, extraño, lo que está en la periferia como lugar donde aprender la fe”. A través de la confrontación con los abismos es que la sociedad está encontrando que una nueva orientación sobre la base de la fe es posible. “Europa está atravesando la noche de sus principios, la noche de su rol en el mundo, la noche de sus sueños”, afirmó en su intervención la presidente de los Focolares María Voce. “La red ‘Juntos por Europa’ nos parece el sujeto capaz de inspirar a personas individuales o asociadas en su compromiso por una Europa libre, reconciliada, demócrata, solidaria y fraterna que puede ser un don para el resto de la humanidad” Steffen Kern de la Federación Evangélica de Wuerttemberg continuó la reflexión sobre Europa y la esperanza: “¿Dónde ponemos la esperanza nosotros, los cristianos? Hay que tener sentido de responsabilidad y asumir los dolores y las oscuridades de nuestras ciudades. Hemos fundado en Stuttgart, la Casa de la Esperanza que acoge a mujeres y a personas que están solas para testimoniar con nuestro compromiso que Dios no abandona a nadie”. Thomas Roemer (YMCA, Múnich), aclaró que si no sustituimos la Europa del miedo por la de la esperanza, ésta última corre el riesgo de morir. También Europa, al igual que los discípulos en otra época, se encuentra sobre la barca con Jesús. “Jesús está presente también en las tempestades; hay que tener fe. El subió a la barca para salvarnos”. Durante la tarde, “Juntos por Europa” abrió sus propios círculos de diálogo, de intercambio de ideas y de proyectos, a todos los que deseaban encontrarse con los protagonistas y tratar los temas de estas jornadas. En la mesa redonda sobre “Cristianos y musulmanes en diálogo”, surgió la necesidad de conocerse, encontrarse y trabajar juntos en torno a los desafíos sociales y culturales. Pasquale Ferrara, nuevo embajador italiano en Argelia, subrayó que el diálogo no lo hacen las culturas o las religiones, sino las personas. Es necesario sumergirse en lo concreto y en la realidad. Y el imán Bastami invitó a encontrar al otro, a conocerlo. Son muchas las ideas y los proyectos que surgieron del debate entre la filósofa de las Religiones, Beate Beckmann-Zoeller, el Dr. Thomas Amberg de la Iglesia Evangélica y el obispo francés, M. Dubost. En la mesa redonda “Hacia una Europa sostenible”, el Card. Turkson, el ingeniero ambiental Daniele Renzi, Hans-Hermann Böhm, y otros expertos aceptaron la invitación del Papa Francisco a realizar un debate serio y abierto sobre los cambios climáticos y los desafíos ecológicos. “Ciencias y religiones deberían dialogar –afirmó el Card. Turkson- para dar una contribución común a la sociedad”. “La mística del encuentro” puso en diálogo a exponentes de la izquierda europea con teólogos y filósofos de movimientos cristianos. “Con respecto a las últimas preguntas sobre el sentido de Europa: estamos más cerca entre nosotros de lo que pensamos”, afirmó Walter Baier, miembro del partido comunista austríaco y coordinador de la red europea, “Transform! Europe”. Jesús Morán, copresidente del Movimiento de los Focolares se expresó a favor de formas nuevas e inclusivas de integración de personas de distintas convicciones. Y concluyó: “La armonía entre nosotros en el día de hoy es motivo de gran esperanza” El cardenal Kurt Koch, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los cristianos, habló de ‘Encuentro, reconciliación, futuro’ (las tres palabras que conformaron el título del evento), “Es Dios quien viene al encuentro y da el primer paso”. “Se puede perdonar sólo cuando se reconoce el mal, lo negativo, por eso hay que trabajar los corazones endurecidos”. Por esto los movimientos cristianos están “llamados a ser misioneros de la reconciliación, comenzando por la oración, traduciéndola después en vida cotidiana”. Fuente: www.together4europe.org
El streaming será transmitido en alemán, inglés, francés, italiano, portugués, español y húngaro. Después de las 6.00 pm el programa será transmitido solo en idioma original hasta las 10.00 pm.
«Es paradójico que la nueva Europa, nacida con la caída del Muro de Berlín, esté tentada, víctima del miedo, de encerrarse dentro de nuevos recintos, construyendo otros muros, con la ilusión de poder detener la historia que, una vez más, llama a sus puertas», afirma la presidente de los Focolares, María Voce, durante el congreso con 1700 representantes de Movimientos y Comunidades, que precede la gran manifestación pública del 2 de julio en el centro de Múnich. Presenta dos ejemplos que muestran cuán lejos están los ideales de unidad política, identidad, solidaridad y colaboración: «por una parte la gran lentitud para intervenir con ayudas y los encendidos debates que siguieron a la crisis de la deuda en Grecia y que han amenazado fuertemente las bases de la solidaridad entre los Países miembros de la Unión, llegando incluso a la hipótesis de la salida de Grecia del Euro; y por otro lado, la posibilidad de que Gran Bretaña decida salir de la Unión Europea, de forma deliberada y a través de un referéndum. También en este caso la cuestión de la solidaridad es central, porque la salida de la Unión no es como abandonar un club, sino que equivale, radicalmente, a abandonar a los socios con los cuales ya no se comparte más la misma motivación para estar juntos, el pacto fundacional». «Europa atraviesa la noche de sus principios, la noche de su rol en el mundo, la noche de sus sueños», afirma, vinculada a una gran desorientación provocada por la aparición de tres crisis contemporáneas: la crisis migratoria, económica y demográfica. ¿Cuáles son las razones más profundas de la situación de debilidad de la Europa de hoy? María Voce las atribuye a «la negación de Dios y de lo trascendente, fruto de la progresiva afirmación y difusión de la cultura laicista que quiere prescindir de todo vínculo con lo sobrenatural. Europa, en búsqueda de una total libertad, ya no reconoce que la propia cultura ha ido formándose a través de 2000 años de tradición cristiana; negar esto significa cortar las propias raíces y encontrarse como un árbol sin vida». «Por tanto ¿Todo se derrumba? ¿Se está destruyendo el sueño de unidad del continente?», se pregunta, pero la esperanza proviene precisamente del estar « aquí juntos, Movimientos y comunidades cristianas de Europa, porque creemos que existe algo que no se derrumba. Es el Amor. Es Dios Amor». «Todos nosotros – continua –podemos testimoniar, juntos, que un día hemos encontrado a Cristo y nos hemos dejado fascinar y atrapar por su Evangelio. Vivir sus palabras nos ha empujado a cambiar empezando por nosotros mismos para ir hacia los demás, construyendo relaciones de amor evangélico y haciendo surgir comunidades que son levadura en cualquier lugar en el que actúan. Hemos vuelto a descubrir una disponibilidad y apertura hacia todos, yendo más allá de los confines entre las Iglesias, entre las religiones, entre las razas y las culturas, en un diálogo a 360º hasta descubrirnos todos hermanos. De esta manera hemos descubierto la raíz de nuestra cultura europea y, sobre esta base, hemos intentado interpretar el tiempo presente que involucra, como nunca, al entero planeta y a toda la Humanidad, en una prospectiva que tiende al mundo unido. De hecho, actualizar hoy los ideales de paz, de justicia, de libertad, de igualdad, significa tener una dimensión universal que hace posible la fraternidad. Es necesario cultivar una visión consciente y responsable de un futuro de integración creativa, cuyas identidades no se anulan sino que juntas crecen, se enriquecen, actúan en favor de un mundo más justo y equitativo. Hace falta superar el paradigma de la seguridad entendida como protección y rechazo, una seguridad sólo ilusoria, para entrar en aquél más amplio de la “seguridad humana”, es decir una seguridad que considera en primer lugar a las personas y su destino, la preservación de la vida, la prospectiva de la esperanza». Una integración creativa, concluye, que « puede verse como un proyecto también en la red de nuestros Movimientos: todos hijos de Dios, unidos y diferentes, vinculados por el amor recíproco que genera la presencia de Dios entre nosotros (“Donde dos o más están unidos en mi nombre, yo estoy en medio de ellos” MT 18, 20). Es Él el don más grande que esta red de Movimientos y comunidades puede dar a Europa. Ésta es nuestra respuesta: el Resucitado entre nosotros que, a través de nuestros carismas, consuela, reanima, renueva. Juntos por Europa nos parece que es justamente el sujeto capaz de inspirar a las personas individualmente o asociadas, en su compromiso por una Europa libre, reconciliada, democrática, solidaria y fraterna: no un “viejo” continente, sino un continente vivo y vivaz, que descubre que tiene un proyecto para realizar y que puede ser un don para el resto de la Humanidad». Congreso Juntos por Europa – Múnich de Baviera, 1º de julio de 2016 Intervención de María Voce (texto integral)
Martin Wagner, CVJM München (l) y Gabriele Deutschmann, CVJM Esslingen entrevistan al Obispo evangélico luterano Heinrich Bedford-Strohm, y al Card.Reinhard Marx, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana (C) IPE, Foto: Haaf
«Los Movimientos y las Comunidades cristianas pueden recomponer el continente europeo que se está polarizando cada vez más. Dijo el Obispo evangélico-luterano Heinrich Bedford-Strohm durante la primera mañana del Congreso a los participantes comprometidos en el red ecuménica de Juntos por Europa, reunidos en Múnich», señaló comunicado de prensa de Juntos por Europa al concluirse la primera jornada de trabajo. Son 1700 las personas reunidas con este fin en el Circus Krone, del 30 de junio al 1º de julio, provenientes de 200 Movimientos y Comunidades, de 40 países. «“Si no aclaramos las cuestiones urgentes de Europa, éstas nos atropellarán” – declaró en la apertura Gerhard Pross del Comité de Orientación internacional- “¡Europa debe aprender a compartir!”. Los quince años de experiencia de las Comunidades y Movimientos en “un proceso profundo de reconciliación en vista de la comunión, donde la diversidad es experimentada como riqueza” capacita a las Comunidades a contraponer a las fuerzas centrífugas de Europa un camino hacia una nueva Unidad», declara la red Juntos por Europa. Como «una comunión de servicio», la definió la presidente de los Focolares María Voce en la rueda de prensa al inicio de la manifestación, el 30 de junio en Múnich. «Y por eso», subrayó recordando los 7 Sí del 2007, «se asumen compromisos concretos», para sostener la vida, la familia, la creación, una economía solidaria, la paz, la responsabilidad personal y colectiva. «En este período nos hemos entrenado», explicó María Voce «y hemos descubierto que hay más fuerza e impacto si estas cosas las hacemos juntos. Superando nuestras diferencias, superando las fronteras, superando cualquier obstáculo. Hemos descubierto que también las instituciones tienen necesidad de ello, porque demasiado frecuentemente también ellas se encuentran solas afrontando problemas graves».
Rueda de prensa del 30 de junio
El Cardenal Reinhard Marx y el Obispo Heinrich Bedford-Strohm, refiriéndose a los organizadores dijeron, «han dado un ejemplo convincente de su amistad y del camino hecho juntos. El ecumenismo del corazón promete mucho más para el futuro de las Iglesias de lo que se puede pensar, dijo el presidente de la Iglesia Evangélica de Alemania. La meta de la unidad se alcanza solo con una profunda reconciliación, subrayó el Card. Max. La fuerza para hacerlo proviene del encuentro: “el otro nos hace fuertes y nos ayuda en el camino de la reconciliación”». Se realizaron 19 Foros con temas distintos durante la tarde: fue una posibilidad de establecer un diálogo entre los participantes. Se presentaron proyectos e iniciativas de las distintas comunidades, pero también testimonios personales de fe. En el foro sobre “Los obstáculos para el ecumenismo”, en el que estuvo presente el Cardenal Kasper, presidente emérito del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los cristianos, hubo mucha participación. “¡En cuanto a las experiencias de aprendizaje y a las experiencias de reconciliación ustedes está en una posición de vanguardia importante!” dijo el experto en ecumenismo. Dejó entrever que próximamente podría haber una declaración conjunta de la Iglesia evangélico-luterana y la Iglesia católica sobre doctrinas concordantes sobre la Iglesia, el ministerio y la Eucaristía. Al final sobre las tendencias que parecen disgregar el continente, un argumento que emergió durante la rueda de prensa, intervino María Voce, afirmando que las «tendencias nacionalistas, separatistas, que circulan en Europa, son el fruto del hecho que Europa ha olvidado sus valores. No bastan las declaraciones de los representantes de las iglesias, se necesita la vida de los cristianos, y en esto nos sentimos especialmente comprometidos a dar nuestro aporte».