Paray-le-Monial, pequeña ciudad de Borgoña, no está lejos de otros lugares que tienen un rico patrimonio espiritual, como Cluny y Taizé, y lleva en sí la herencia artística de los lugares de culto que allí surgieron (aquí tuvo origen la arquitectura cluniacense e cistercense), que se encuentra por los “caminos de la cultura románica”, las que conducían a los peregrinos a Santiago de Compostela. Aquí, además de las apariciones de Jesús a Santa Margarita María de Alacoque, se generó la espiritualidad del Sagrado Corazón. Eran 14 entre Movimientos y nuevas Comunidades, más de sesenta personas de edades y experiencias distintas que, empujadas por la amistad fraterna y por el deseo de crecer en el conocimiento recíproco, se dieron cita del 3 al 6 de marzo pasados, para un encuentro con el título “Comunión y misericordia – Experiencias y desafíos”. Estaba presente el obispo de Le Mans, Mons. Yves Le Saux. La elección del lugar surgió de la invitación de la Comunidad Emmanuel que aquí, en 1975, empezó una importante etapa para su historia y su difusión a nivel internacional. Algunos venían de la experiencia precedente del año pasado, vivida cerca de Florencia, en Loppiano, para otros en cambio era la primera vez. «La unidad que se vive es como un poliedro –había dicho el Papa Francisco a la Catholic Fraternity en el 2014-. Nos invita a maravillarnos de lo que somos. Es con espíritu de asombro con el que contemplamos los rostros de sus comunidades», dijo Laurent Landete, de la Comunidad del Emmanuel, en su saludo. Misericordia es el mismo nombre de Dios, afirmó el Papa cuando inauguró el Jubileo, es un ámbito donde cada una de las catorce realidades ha entrado para transmitirla mediante su testimonio. Para el Arca: sanar las heridas de la discapacidad, la Comunidad debe convertirse en el lugar del perdón: frágiles y vulnerables, podemos experimentar la misericordia del Padre. Para la Asociación Papa Juan XXIII: compartir con los más pobres, aprender el perdón. Para la Familia de la Esperanza, Nuevos Horizontes, Comunidad Cenáculo: bajar a las llagas más profundas de la dependencia y de la fragilidad existencial para llevar la resurrección, misericordia y reconciliación consigo mismo y con el mundo. Podrían parecer meras acciones sociales, pero escuchando el relato de lo que se ha vivido, se trasluce la profunda espiritualidad que mueve la pedagogía del Evangelio.
Para la Comunidad Canção Nova, la Misericordia es, usar los medios de comunicación para llevar la alegre noticia a la humanidad. Para los Focolares: la unidad, , es lo que hay que elegir momento tras momento, hombre junto a hombre, con el inevitable intercambio de luces y sombras. El amor al hermano y un “pacto de misericordia” ayudan a consolidar la meta. Para Vía Pacis: la reconciliación con las propias heridas y santificarse juntos. Para la Comunidad Católica Shalom la misericordia es una misión, en situaciones inéditas, como entre las carrozas del carnaval de Río. Para la Comunidad de las Bienaventuranzas: compartir el camino para identificar y expresar mejor la fisonomía eclesial en los Estatutos. Para Regnum Christi, el acompañamiento en el discernimiento de la Iglesia y la amistad fraterna en Jesús son puntos de luz. Los acontecimientos actuales caracterizan los aportes que enriquecen el encuentro. La Comunidad Emmanuel comunicó a todos sobre sus iniciativas de diálogo interreligioso, especialmente con los musulmanes. Un hecho importante si se piensa en los graves atentados ocurridos en el país. Sobre la misma línea la Comunidad de San Egidio subrayó la importancia de la Paz, de adquirir una visión en donde el mundo se redescubra fraterno y en sinergia consigo mismo. El compartir, en Chemin Neuf, refuerza la comunión, permite experimentar la extraordinaria misericordia del Padre que es la fuente de su misión: la unidad. «Diversos carismas en el caleidoscopio de los testimonios, parecían las manos del Amor de Dios tendidas hacia la humanidad de hoy», declaró Lina Ciampi quien participó en nombre de los Focolares. En todos se sentía fuerte el deseo de volver a encontrarse, y la voluntad de permanecer en contacto y de rezar los unos por los otros. Un pacto de benevolencia entre todos concluyó el encuentro.
Involúcrate para hacer la diferencia
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