May 13, 2014 | Cultura
Texto inédito de Karol Wojtyla En colaboración con la Fundación Juan Pablo II, Ciudad Nueva publica una serie de meditaciones inéditas dirigidas por Mons. Karol Wojtyła a un grupo de artistas reunidos en la iglesia de Santa Cruz de Cracovia en la Semana Santa de 1962. Como apéndice y en estrecha relación con estas meditaciones, la carta a los artistas de Juan Pablo II, escrita 38 años más tarde, en la Pascua de 1999. Han dicho de él Del prólogo del CARD. GIANFRANCO RAVASI Presidente del Consejo Pontificio de la Cultura Karol Wojtyła nunca abandonó el sendero del arte. […] De la poesía al teatro, pasando por la admiración al genio artístico, vivió ininterrumpidamente la búsqueda de la belleza […] Las páginas que vienen a continuación transcriben las palabras dirigidas precisamente a los hombres del arte reunidos en la iglesia de Santa Cruz de Cracovia en la Semana Santa de 1962, a las puertas de la apertura del Concilio Vaticano II. […] En estas meditaciones se da ininterrumpidamente el connubio entre belleza y amor, entre armonía de la conciencia estética y de la conciencia moral […]: «Que para el hombre de hoy, para el artista de hoy, el Evangelio vuelva a ser fuente de inquietud creadora, fuente de inspiración (de inspiración literaria, de inspiración en la pintura, en la música y en el arte del teatro). De un modo nuevo, bajo formas nuevas». Este llamamiento, pronunciado por Karol Wojtyła hace medio siglo, enlaza idealmente con las páginas finales de la Carta a los artistas, cuando Juan Pablo II recordaba que «toda inspiración auténtica encierra en sí cierta vibración de ese “soplo” con que el Espíritu creador impregnaba desde el principio la obra de la creación… Es una especie de iluminación interior que une la tendencia al bien y a la belleza… Que vuestros múltiples senderos, artistas del mundo, puedan llevar a todos a ese océano infinito de belleza donde el asombro se convierte en admiración, embriaguez, alegría indecible». Editorial Ciudad Nueva – Madrid
Dic 18, 2013 | Cultura, Focolare Worldwide, Focolari nel Mondo, Nuove Generazioni

Clip completo de la canción – http://www.youtube.com/watch?v=ymXHLfOal4U
Belamy Paluku es originario de Goma, pero estuvo en Bélgica durante tres meses. En su país, Congo, forma parte del grupo Gen Fuoco, una banda musical cuyo mensaje se inspira en la espiritualidad de la unidad; es el responsable del “Foyer culturel”, un centro cultural de su ciudad. Gracias a su talento musical, el Centro Wallonie-Bruxelles le ha ofrecido una beca para estudiar canto en Verviers, Bélgica. Belamy es un compositor, que destaca la búsqueda de la paz, el diálogo y el valor del sufrimiento. Su canción más conocida se llama “Nos couleurs et nos saveurs” (Nuestros colores y nuestros sabores), y es una invitación a apreciar los diferentes colores y diferentes gustos de los diversos pueblos, ya que “un mundo con un sólo color y un sólo sabor sería muy pobre”. En el video, se propone una entrevista al joven músico congoleño y a una joven belga. Belamy, tú naciste en Goma, en el Congo. En este momento estás en Bélgica como parte de un intercambio intercultural, para especializarte como músico. ¿Cómo te sientes en un mundo tan diferente? “Descubro muchas personas de diferentes orígenes, y me doy cuenta de que todo el mundo siempre tiene algo que dar y algo que recibir de los demás. La diferencia de cultura y de idioma no nos puede impedir el convivir y comunicarnos”. Y para ti, Elisabeth, que naciste en Bélgica, ¿qué significa acoger la presencia de personas que llegan de todo el mundo? 
Entrevista al Belamy Paluku
“Es cierto que en Europa y especialmente en Bruselas hay una inmensa riqueza de nacionalidades y culturas diversas. Personalmente, he conocido a chicos del Movimiento de los Focolares de Siria, Eslovaquia, Italia, etc. Lo que también me ha ayudado siempre ha sido el arte de amar que concretamente te hace dar el primer paso hacia el otro. Pero pienso que no basta con vivir unos al lado de los otros, sino que podemos dar un paso más allá. El desafío para nosotros europeos, que quizás somos más reservados, es precisamente el de ir al encuentro del otro, construir puentes para que todos seamos una sola familia, a fin que nos reconozcamos todos verdaderamente hermanos”.