«Nos sentimos dolorosamente impresionados y seguimos con profunda preocupación lo que está sucediendo en Siria, en Irak, en Jerusalén y en Cisjordania, donde asistimos a una escalada de violencia que afecta a civiles inocentes y sigue alimentando una crisis humanitaria de enormes proporciones. La guerra conlleva destrucción y multiplica el sufrimiento de las poblaciones», dijo Francisco el pasado 9 de octubre durante una de las sesiones de trabajo del Sínodo de la Familia. «Gracias por sus oraciones por la dolorosa situación que estamos viviendo en Tierra Santa», escribe la comunidad de los Focolares del lugar. «El odio engendra violencia y la violencia hace que se multiplique el odio… así se crea un círculo vicioso que no se sabe cómo detener. La situación es la que transmiten los medios todos los días. Nuestros amigos de ambas partes, como tanta otra gente, están tristes y se sienten impotentes ante el mal. Tratamos de ser prudentes a la hora de movernos, multiplicamos nuestras oraciones, nos comprometemos a sembrar el amor a nuestro alrededor con una sonrisa o un gesto gentil…». «Seguimos rezando y construyendo la paz –concluyen- esperando que el deseo de reconciliación prevalezca».
Escuchar atentamente, hablar intencionalmente
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