Movimiento de los Focolares

Ucrania, la guerra olvidada

Jul 11, 2016

«Tal vez resulta difícil admitirlo, pero en Europa hay guerra. Es difícil creerlo, pero es la realidad, aunque se hable poco o nada de ello». El testimonio de Elena Vladova y Martin Uher, responsables del Movimiento de los Focolares en Eslovaquia y Ucrania.

kyjev_05_2016 024A finales de 2013, empezaron los disturbios en Kiev que desembocaron, en abril de 2014, en la revolución de Ucrania del este. Desde entonces todo quedó igual. Situaciones que ocupaban las primeras páginas de los periódicos, y de las que los medios de comunicación ya no hablan. Pero la violencia sigue manteniendo paralizada a la población que vive en condiciones dramáticas. En Ucrania viven pequeñas comunidades de los Focolares (Mukácheve, Leópolis, Kiev), que tratan de responder al mal que los rodea. En los últimos meses se realizaron varios viajes, y la visita de un pequeño grupo de los Focolares de Eslovaquia a la capital, Kiev y a Járkov, ciudad en el noreste del país. Elena Vladova y Martin Uher comparten su experiencia directa. «Por el éxodo de personas en edad laboral, en las familias se han quedado sólo los ancianos, tal vez uno de los padres y los niños de varias edades. Estos niños son “huérfanos sociales”, como afirma Su Beatitud Sviatoslav Sevcuk, el Arzobispo Mayor de la Iglesia greco-católica: “saben lo que es la familia sólo a través de internet y también en el futuro no sabrán crear una familia verdadera y sana”». Entre las entidades que valientemente tratan de dar vida a iniciativas humanitarias, se encuentra la Iglesia Católica a través de Cáritas y de los Institutos religiosos. Gracias, también a los numerosos llamados del Papa Francisco, como el del pasado 3 de abril, ha sido posible crear una red de ayuda y apoyo a los sectores más afectados, reconocida con gratitud por muchos,  incluso por las autoridades gubernamentales. Está conformada por comedores para los pobres, centros de rehabilitación, casas de acogida para madres solteras y sus niños nacidos por la violencia.  En este sentido resulta significativo el trabajo de las hermanas de Don Orione que han equipado una casa para cuidarlos. También los Focolares tratan de expresar su cercanía a las personas ucranianas con las que están en contacto, a través de las comunidades de Eslovaquia. Recientemente, en mayo, un grupo de Eslovaquia viajó a Kiev, la capital, para encontrarse con las familias y otras personas. «Visitar los lugares que fueron escenario de “la revolución”, hace dos años, es siempre muy impactante. Forman parte de la cultura contemporánea ucraniana. Están escritos los nombres de las personas que murieron durante los combates en la plaza Maidán de Ucrania y los de quienes murieron en la guerra en Ucrania del este (que todavía sigue en curso). La gente está orgullosa de ellos», escribieron a su regreso. «Muchos coloquios personales, mucho dolor con tantos temores que hay que llevar juntos… Y así las familias tratan de poner en práctica la invitación de S.B. Sviatoslav Sevcuk: “Necesitamos familias que sean ‘médicos’ para nuestras familias”».

Mons. Stanislav Szyrokoradiuk, vescovo di Kharkiv

Elena Vladova y Martin Uher con Mons. Stanislav Szyrokoradiuk, obispo de Kharkiv

«Desde el inicio de este año, el Padre Anton Konecny de los Focolares, por pedido del Obispo de Mukácheve (Ucrania) Antal Majnek, se trasladó de su diócesis ubicada en Košice (Eslovaquia del este) a  una parroquia en Ucrania del oeste. Su presencia y su servicio contribuyen al desarrollo de las relaciones tanto dentro de la parroquia como en el plano ecuménico y también con las autoridades civiles». Elena y Martin, luego, viajaron a Ucrania del este llegando hasta Járkov, una hermosa ciudad que cuenta con 2 millones de habitantes y que fue capital del país antes de la revolución rusa, pero que ahora lleva las huellas de la situación actual. Visitaron a Mons. Stanislav Szyrokoradiuk, amigo de los Focolares y desde hace dos años Obispo de la diócesis de Járkov, que abarca todos los territorios donde hasta hoy se combate. Ahí se dieron cuenta «de la gran necesidad que tiene la población de poder contar con la solidaridad de todos. Y de la importancia, para los cristianos ucranianos, de saber que también fuera de su país hay quienes rezan y ofrecen por la paz en Ucrania. Precisamente como subrayó el Cardenal Parolín durante su reciente visita a Ucrania: “¡Dios no los ha olvidado…!”». Maria Chiara De Lorenzo

___

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Suscríbete a la Newsletter

Pensamiento del día

Artículos relacionados

10 años de Laudato Si’: el “proyecto Amazonia

10 años de Laudato Si’: el “proyecto Amazonia

El 24 de mayo se cumplen 10 años de la publicación de la Encíclica “Laudato Si’” del Papa Francisco. Un momento de celebración, de evaluación de lo hecho y para retomarla y darla a conocer a quienes aún desconocen su contenido. Conscientes de que “no habrá una nueva relación con la naturaleza sin un nuevo ser humano. No hay ecología sin una adecuada antropología” (LS, 118) presentamos el “Proyecto Amazonia”, contado por dos jóvenes brasileños durante el Genfest 2024 realizado en Aparecida, Brasil.

Bruselas: a los 75 años de la Declaración Schuman

Bruselas: a los 75 años de la Declaración Schuman

Acompañar a Europa para que realice su vocación – A los 75 años de la Declaración Schuman, en la sede del Parlamento Europeo en Bruselas, un panel de expertos, exponentes de varios Movimientos cristianos y jóvenes activistas, han expresado la visión de la unidad como instrumento de paz. Un encuentro promovido por Juntos por Europa y por parlamentos europeos.

El Concilio de Nicea: una página histórica y actual de la vida de la Iglesia

El Concilio de Nicea: una página histórica y actual de la vida de la Iglesia

El 20 de mayo – fecha mencionada por la mayoría de los historiadores – del 1700, inició el primer Concilio ecuménico de la Iglesia. Corría el año 325, en Nicea, actualmente Iznik, en Turquía, hoy una pequeña ciudad ubicada a 140 km al sur de Estambul, rodeada de las ruinas de una fortaleza que aún habla de aquellos tiempos.