Llevar a la propia diócesis y a la propia Iglesia la riqueza de la experiencia hecha: es la intención de los 33 obispos ortodoxos, de antiguas Iglesias orientales, anglicanos, metodistas, luteranos y católicos de distintos ritos, el finalizar el 32° Congreso ecuménico promovido por el Movimiento de los Focolares. El encuentro tuvo lugar en Jerusalén, del 18 al 22 de noviembre. Los temas teológicos y espirituales, pero también el fraterno y sincero intercambio de experiencias entre los obispos contribuyeron a explorar el tema del congreso: “La reciprocidad del amor entre los discípulos de Cristo”.
El momento central del encuentro fue el pacto establecido entre los presentes, de tender constantemente a vivir relaciones caracterizadas por el Mandamiento Nuevo: “Ámense los unos a los otros como yo los he amado”, porque “por esto reconocerán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros” (Jn. 13, 31-35). El lugar elegido, muy significativo, fue la iglesita “In Gallicantu” que bordea el sendero que lleva al Cenáculo, ubicada cerca del torrente Cedrón, donde según la tradición Jesús transcurrió la última cena. Lugar significativo porque vincula de este modo su mandamiento del Amor y la oración al Padre por la unidad de los suyos.
El Patriarca latino S. B. Faoud Twal,, saludó a un grupo de los obispos durante la preparación del Congreso. También fue relevante el encuentro con el Patriarca greco-ortodoxo de Jerusalén, Theophilos III, quien consideró la venida de los obispos a Jerusalén como una bendición: “Para los cristianos de Tierra Santa Tierra Santa –subrayó–es un aliciente encontrar obispos unidos, aunque sean de distintas Iglesias. Es también un apoyo fuerte para nosotros, porque es un signo evidente de que no hemos sido olvidados. Ustedes no sólo hablan de diálogo, son diálogo vivo”.
En el Congreso, se profundizaron los dos recientes documentos publicados en el ámbito ecuménico: “La Iglesia: hacia una visión común” de la Comisión Fe y Constitución, del Consejo Ecuménico de las Iglesias, y el documento de la comisión conjunta de las Iglesias luterana y católica: “Del conflicto a la comunión”, en vista del jubileo por los 500 años de la Reforma.
Los obispos fueron informados de la experiencia de comunión y colaboración de la red de “Juntos por Europa” en la que convergen 300 Movimientos y comunidades cristianas de varias Iglesiasalrededor de actividades comunes, en el respeto de las respectivas peculiaridades. “Juntos por Europa” es considerada por los especialistas como una esperanza real porque es una expresión del así llamado ecumenismo de la vida, que el Concilio consideró que es la base de cualquier otro tipo de ecumenismo.
El 21 de noviembre los obispos comunicaron su experiencia de comunión, que ya tiene varias décadas, a 120 invitados, entre los cuales se encontraban personalidades religiosas, representantes de Movimientos y comunidades de las varias Iglesias presentes en Tierra Santa. A su vez, pudieron conocer iniciativas constructivas, promovidas por laicos, para mejorar las relaciones entre las Iglesias y con las comunidades no cristianas de su país.
La visita diaria a un lugar sagrado, hizo que se sintiera presente la vida de Jesús. Especialmente en Belén, donde se reunió también la comunidad local del Movimiento de los Focolares, e hizo experimentar a todos la luminosa presencia del Salvador en el mundo de hoy.
Video: “Amaos como yo os he amado”: 32º Encuentro Ecuménico de Obispos
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