El 17 de febrero es una fecha histórica para la Iglesia Valdense en Italia. Ese día, en el año 1848, el rey Carlo Alberto firmó la “Carta de las Patentes” con la que concedía los derechos civiles a sus súbditos valdenses.
La decisión fue acogida con gran entusiasmo y festejada alrededor de una gran fogata. Todavía hoy existe la tradición de las “Fogatas de la libertad” que se ha extendido también a otros lugares donde hay iglesias protestantes en Italia.
Son muchos los contactos entre los valdenses y los miembros del Movimiento de los Focolares en Italia. Presentamos la experiencia de un sacerdote focolarino y un pastor valdense con sus comunidades contada por ellos: «En nuestra ciudad, Turín, el conocimiento recíproco entre católicos y valdenses se remonta a hace más de veinte años, cuando empezamos a encontrarnos –católicos y valdenses- una noche al mes, para una lectura bíblica y la oración común, y todavía hoy seguimos haciéndolo. Esto favoreció el trabajo del Comité Interconfesional que se constituyó para las Olimpíadas de Turín. Vista la armonía que se creó, el Comité que convirtió en un organismo permanente del municipio.
En los encuentros el clima es siempre muy bello y en este contexto se hablaba desde hacía tiempo de hacer una experiencia juntos: un viaje a Tierra Santa. Lo propusimos como “Viaje de oración y estudio” y fue un éxito.
El viaje tuvo lugar del 1° al 9 de septiembre de 2012. En la mañana hacíamos una meditación del sacerdote sobre el significado de los lugares santos que iríamos a visitar y una reflexión bíblica del pastor. Después el comentario del acompañante de los Focolares, sobre los lugares visitados. La intención era: “Volver a los orígenes: al tiempo y a los lugares donde nació nuestra historia cristiana”, de modo que se pudiera encontrar una unidad que fuera más allá de las divisiones existentes, sin negarlas, pero viviendo una auténtica comunión, también como testimonio en esta tierra atormentada.
Momentos importantes: la celebración de la Santa Cena de los Valdenses con la presencia de los católicos y la Santa Misa Católica, con la presencia de los valdenses donde el amor recíproco hizo experimentar la presencia de Jesús entre dos o más unidos en Su nombre (cfr. Mt 18,20).
En casa nos encontramos para compartir impresiones y experiencias y el encuentro ciertamente se repetirá, porque a lo largo del viaje pasamos de desconocidos y un poco desconfiados a ser más que hermanos, unidos por el mismo Bautismo, por el mismo Credo apostólico y en especial por la misma fe en ese Dios Amor que juntos reconocimos recitando el Padre Nuestro».
A cargo del Centro «Uno»
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