Maratón de Boston: más allá del miedo

 
Los jóvenes de Boston quieren mostrar al mundo que el miedo no es la última respuesta. El viernes 19 de abril, una carrera para completar el maratón, quiere ser un signo de esperanza.

Dos días después de la explosión de las bombas en la línea de meta del maratón de Bostón, la ciudad aún está traumatizada y, en parte, paralizada. Los ciudadanos, si bien están desconcertados y destruidos por la violencia, quieren reaccionar al miedo: Decidimos nosotros cuándo concluir el maratón”, afirma Joanna, de diecinueve años, estudiante en Boston. Han organizado un evento el viernes por la tarde: recorrer las últimas cinco millas del maratón, en el lugar donde la policía les ha obligado a pararse. La marcha quiere ser un signo contra la resignación, un signo de esperanza para mostrar al mundo que, en la ciudad de Boston, el bien supera al mal.

Joanna estaba animando a sus amigos que corrían. Estaba a cinco millas de la meta. “Inesperadamente, fue el caos, policías que corrían por todas partes diciendo a las personas que la competición había terminado”. Joanna estaba asustada y nadie sabía explicarle qué había pasado; tampoco funcionaban los móviles. Se corrió la voz de las dos explosiones, después escuchó a dos policías hablar de atentado: “Me di cuenta de que mis amigos estaban allí en medio y me preguntaba si estaban bien”. Sintiéndose indefensa, entró en un bar, donde poco después llegó uno de los amigos que había participado en el maratón. “Compré algo de comer y me puse a escucharle”. En el llevar a cabo estos sencillos ‘actos de amor’, se dio cuenta de que uno no se puede quedar en el miedo que todo lo paraliza.

Todos sus amigos están bien, también una chica que estaba muy cerca de las bombas: “Desgraciadamente muchas familias y otros estudiantes, no pueden decir lo mismo. Rezo por ellos”.

Cada día Joanna va a la misa de las diez y esta vez a invitado a todos sus amigos a ir con ella. Para su sorpresa, estaban todos. La misa, normalmente con poquísimos fieles, estaba llena de personas: no estaban sólo cristiano, sino muchos que han sentido la necesidad de rezar.

Más de doce mil personas ya han adherido a la marcha del viernes. Joanna, no obstante el sufrimiento y la atmósfera extraña que se respira, está convencida: “Debemos mostrar al mundo que el amor es más fuerte. Creer todavía más en la posibilidad de un mundo unido, y hacer nuestra pequeña parte”.

Susanne Janssen (Living City Magazine, Nueva York)

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