Para una cultura de la fraternidad

 
La III Escuela de Verano organizada por el Instituto Universitario Sophia y la Mariápolis Lía en Argentina, contó con una participante española.

EdeV_2015_1_redDesde el 5 y hasta el 11 de enero se celebró la tercera edición de la Escuela de Verano (EdeV): Fundamentos Epistemológicos para una Cultura de la Fraternidad. Cada año los estudiantes han podido profundizar en distintas áreas del saber; este año se han centrado en la comunicación, la pedagogía y el arte. Esta EdeV nace de la exigencia de vivir la misma experiencia que se propone en el Instituto Universitario Sophia con sede en Loppiano (Italia).

Los 42 estudiantes procedentes de 10 países de habla española y 3 de Brasil han construido cada día la EdeV junto a los 25 profesores llegados de México, Guatemala, Panamá, Colombia, Perú, Bolivia, Chile, Paraguay, Uruguay y Argentina. Por parte del IU Sophia han participado los profesores Araceli del Pozo y Sergio Rondinara.

Araceli del Pozo, docente del IU Sophia y Vicedecana de Estudiantes de la Facultad de Educación de la UCM, viajó desde Madrid para participar como docente en la EdeV. Dentro de unos días se marcha al IUS para impartir junto al profesor Michele de Beni el curso Pedagogía de la persona y de la comunidad. Pero antes le hemos pedido que nos cuente qué ha significado para ella esta experiencia argentina:

– Eres docente en el IU Sophia (IUS) y en una universidad en España, ¿nos puedes indicar alguna diferencia entre ambos centros o sistemas de enseñanza?

EdeV_2015_4Las diferencias son muchas. La UCM es la universidad más grande de España y su trayectoria histórica es larga y muy diversificada en cuanto a currículos. El IUS es un instituto universitario de postgrado que se encuentra en sus primeros años de historia. La característica diferenciadora del IUS es la internacionalidad e interdisciplinariedad, que es quizá también una de las diferencias más marcadas con respecto a la universidad en la que trabajo habitualmente. Otra diferencia significativa del IUS es que el sistema de enseñanza, la metodología docente, se fundamenta en esta raíz de interdisciplinariedad; es una experiencia novedosa en la que todas las disciplinas cohabitan.

– La experiencia en la EdeV pretende ser una continuación de la que se hace en Sophia. ¿Te has sentido en Sophia?

La EdeV efectivamente nace según el modelo de Sophia, pretende ser una continuación. Mi trayectoria en el IUS es corta y no tengo tanta experiencia, pero sin duda la característica de la interdisciplinariedad y la diversidad de proveniencias tanto en los estudiantes como entre los profesores, es una realidad. Y es un hecho que impregna toda la metodología docente. En la universidad europea, al implantarse el Plan Bolonia, este es uno de los deseos, el poder trabajar coordinadamente los programas que se ofertan a los estudiantes. Es un deseo difícil de conseguir y un gran reto para la universidad actual. En Sophia es ya es un hecho, es la propia naturaleza de la metodología.

En este sentido, puedo decir que me he sentido en Sophia, debido al engranaje de preparación, de la tercera edición de la EdeV, aunque me consta que las anteriores ediciones también se han preparado de este modo y con un complejo trabajo previo. De hecho, desde hace varios meses, los 25 profesores que forman el claustro docente de la Escuela, llevan adelante un intenso trabajo de coordinación, d e intercambio, de colaboración y de aportación de visiones de unas disciplinas hacia las otras, para evitar solapamientos, repeticiones entre los contenidos de las materias y para dar a los estudiantes un abanico amplio y completo en el que todas las disciplinas se intercalan de una forma armónica.

En este sentido, puedo afirmar que en la EdeV se respiraba el mismo espíritu que se intenta mantener en Sophia.

EdeV_2015_3_red– Ésta ha sido la primera vez que has participado en la EdeV. Para ello has tenido que cambiar de continente, de paisaje y de parámetros culturales. ¿Qué ha significado para ti, qué te ha aportado?

Ha sido una experiencia muy importante y me ha aportado más de lo que esperaba. Aun sabiendo a priori que podría ser un enriquecimiento en mi trayectoria académica, las expectativas se han superado por lo que allí me he encontrado: por un lado, el grupo de profesores con el que llevábamos trabajando varios meses, a través del correo electrónico y otros medios. Pero una vez allí, conocernos físicamente y poder trabajar juntos, in situ, ha sido algo extraordinario y muy enriquecedor. Me he encontrado con profesionales y académicos muy preparados en sus respectivas áreas de conocimiento y muy seguros en su apuesta por este modelo de EdeV. Con una dedicación increíble que les ha supuesto en estos años, mucho esfuerzo, tiempo y trabajo invertido, que habla de su tesón y sobre todo, de las muchas esperanzas depositadas en el futuro de los estudiantes que se forman en estas escuelas.

Por otro lado, me he encontrado con un grupo de estudiantes, de las más variadas proveniencias, once países. Cada uno de ellos aportando la propia cultura, riqueza, formación… Pero quizás, lo más característico, lo que más me ha llamado la atención en ellos ha sido el alto nivel de responsabilidad, de implicación en el estudio y un gran sentido de compromiso hacia la proyección de sus estudios, de sus futuras carreras profesionales, en beneficio de sus países de origen, de la mejora de las condiciones de sus pueblos y en el deseo de convertir la fraternidad en una categoría presente en sus propias disciplinas. Se percibía y se notaba en cada uno de ellos un gran deseo de volver a sus países para concretar en proyectos reales lo aprendido durante los días de la EdeV, en hechos que supongan cambios efectivos en sus propios contextos.

Este viaje también ha supuesto mucho a nivel personal, en cuanto a la apertura -y el descubrimiento- a muchas culturas y realidades de esos países que hasta ahora desconocía. En este sentido ha sido una experiencia muy gratificante y que agradezco sinceramente.

Fotos de la web del Movimiento de los Focolares en el Cono Sur.

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