Laboratorio para aprender la paz

 
Experiencia en el mundo de la política del País Vasco

Reproducimos a continuación la noticia sobre la experiencia que viene desarrollando un grupo de políticos vascos. La página web internacional de los Focolares sintetiza los diez años de experiencia vivida:

La idea nace en Gipuzkoa, provincia vasca perteneciente a Euskadi, Comunidad Autónoma vasca. Comunidad con una cultura, unas tradiciones y una lengua, propias, herencia de una historia milenaria.

relatoriLa idea surge para dar respuesta a la situación de violencia que vive el País como consecuencia del uso de la lucha armada de ETA. Una Idea para sanar heridas, aún abiertas, y para intentar asegurar un futuro de paz.

“Esto es una utopía, pero tal vez sea la única solución para nuestro pueblo.” Es el afligido lema de esperanza de algunos miembros del Grupo de Gipuzkoa cuando hace ahora una decena de años, algunos exponentes del Movimiento Político por la Unidad (MPpU) venidos de Italia, les hablaron de la fraternidad como categoría política. Una prospectiva que, por el clima que se vivía en el País Vasco debido a la lucha armada de ETA, resultó casi como un shock para el grupo. Con el fin de conseguir la independencia para el pueblo vasco, los grupos armados de ETA siembran continuamente un clima de violencia y terror, creando un ambiente de altísima tensión.

En aquella época, comienzos de 2005, un grupo de políticos, pertenecientes no sólo a partidos diferentes sino también a ideologías diferentes, se unen para iniciar conjuntamente un camino para ir en busca de una regeneración política, basada en la acogida reciproca del otro, sin exclusiones. Se abre así un espacio de debate, de aceptación del otro, que involucra a políticos de diversas sensibilidades, funcionarios, sindicalistas, ciudadanos…, sedientos de una convivencia normalizada, de una paz verdadera.

Se mantienen reuniones bimensuales, eligiendo cada vez una sede diferente, alternando entre los diversos partidos.

Entre los participantes hay quien está amenazado por pertenecer a un determinado partido y acude a las reuniones con escolta; hay quien teme no ser entendido en su propio partido y teme, incluso, ser expulsado del plateamismo, pero todos, con el apoyo mutuo y superando la desconfianza, quieren dar testimonio de que la fraternidad es posible, empezando por la fraternidad entre ellos mismos.

Con el paso del tiempo se ve necesario el intercambiar experiencias con políticos de otros territorios, de otras comunidades. Y así algunos miembros del grupo acuden a Madrid, a participar en una serie de reuniones donde se conocen otras experiencias. Estos miembros invitan a los otros participantes a mantener una reunión en Euskadi con el grupo de Gipuzkoa. Es un encuentro histórico: cuatro horas de dialogo (después de haber comido juntos) para conocerse, escucharse, pedirse perdón.

Como consecuencia de esa reunión surge la necesidad de elaborar un documento que sirva de alternativa a la crisis. Elaborado dicho documento, cada miembro que participó en su elaboración se comprometió a llevarlo a su partido, para su estudio.

Muchos sienten la necesidad de compartir el contenido del documento, y nace la idea de convocar seminarios y mesas redondas en otras comunidades autónomas donde presentar la experiencia de la fraternidad así como la experiencia de la convivencia pacífica basada precisamente en la fraternidad.

Con el cese de la actividad armada de ETA (2011), se inicia un proceso nuevo, esperanzador aunque no sencillo. Todavía son muchas las personas, las familias y los grupos que a pesar de compartir la misma identidad, están divididos, con enfrentamientos continuos y serias dificultades para dialogar. El laboratorio político que se había generado en los tiempos duros – familiarmente llamado “laboratorio para aprender la paz”- prosigue su camino de reconciliación y búsqueda de la paz, afrontando los distintos puntos de vista sobre hechos históricos, sanando heridas abiertas. En ese contexto, el grupo elabora un documento que lo denomina “Por el camino de la reconciliación de la sociedad vasca” (enero de 2013). Este es un documento que describe las bases por las cuales tiene que caminar el grupo de aquí en adelante. Coloquialmente se lo denomina “el suelo en el que pisamos”.

gruppoCada vez que el diálogo parece bloquearse, se intenta reimpulsarlo ayudándose a creer que cada hombre es un hermano y que se puede construir todo con todos.

Eso no significa no reconocer los delitos y el gran número de personas que han pagado con la vida. Todo lo contrario, aceptando lo pasado y reconociendo lo injusto e inexplicable de la violencia sufrida, se trata de mirar la historia como un lento y fatigoso camino hacia la reconciliación, hacia la paz, en el cual cada uno puede y debe dar su aportación.

El 13 de Marzo, justamente en la vigilia del aniversario de Chiara Lubich, en el que se profundizaba en todo el mundo su visión de la política, este grupo se reunió en la casa de “las Juntas Generales de Gipuzkoa” (parlamento provincial) en San Sebastián, e invitaron a expertos, intelectuales y personalidades políticas, para debatir sobre la “Relación entre el bien común y los bienes comunes en la globalización”. El documento base, enviado a todos con antelación y muy bien aceptado, había sido elaborado por el “laboratorio para aprender la paz”. En un clima de acogida recíproca, surgieron aportaciones muy válidos que, con posterioridad se integraron en el mismo documento, que se divulgará después para promover a todos los niveles el valor de la fraternidad.

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