Objetivo Hambre Cero

 
630 chicas del Movimiento de los Focolares visitan la sede de la FAO para debatir sobre #hambrecero. Son las primeras ciudadanas #hambrecero

La sala de plenos de la FAO en Roma, como nunca vista: en sus sillas estaban 630 chicas de entre 9 y 14 años y de 17 países; todas ellas pertenecientes a las Gen 3 del Movimiento de los Focolares. Y todas ellas, comprometidas con el segundo de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el que persigue el Hambre Cero. Aún se puede ver la retransmisión y también las fotos.

Una gran emoción en la cara de estas jóvenes, nueve de ellas españolas, y también en la de quienes las recibieron: “Estoy muy feliz de ver esta sala llena de mujeres, de mujeres jóvenes”, dijo Marcela Villareal, directora de la FAO para la división de cooperación Sur-Sur. “He trabajado aquí en la FAO durante más de veinte años, he hablado en esta sala plenaria muchas veces, pero nunca la he visto tan hermosa, tan llena de mujeres jóvenes. Gracias por sus esfuerzos, por ayudar a alcanzar el objetivo Hambre Cero”.

Elena y Agnes, dos de las jóvenes presentes, hablaron en nombre de todas: “Estamos muy honradas y felices de estar aquí. Estamos seguras de que a partir de ahora trabajaremos con más entusiasmo para lograr este objetivo. Ahora nos sentimos parte de la generación #hambrecero. Es un gran sueño imaginar que también gracias a nuestra aportación, en unos años ya no habrá más hambre en el mundo. Estamos muy contentas de colaborar con la FAO porque solo uniendo fuerzas, podremos lograr un objetivo tan alto, como Hambre Cero en el 2030”.

Durante el acto, cada asistente recibió un libro con recomendaciones que se puede hacer cada día para combatir el hambre. En su última página, un pasaporte. De esta manera, las 630 Gen 3 se han convertido en las primeras ciudades de Hambre Cero. Con, por supuesto, los derechos y deberes que se deben respetar. “Un tercio de la comida en el mundo se desperdicia y se tira a la basura. Estoy segura de que no quieren ser parte de este escándalo”, dijo Laura Hernández de la agencia de difusión y promoción de la FAO. “Hay cosas que puedes hacer en casa. Por ejemplo, cuando te queda comida, puedes congelarla o comerla al día siguiente. También cuando van a un restaurante y queda comida, la puedes llevar a casa. Con las etiquetas de los alimentos no hay que dejarse engañar. La indicación “caduca el”, indica que ese alimento ya no es bueno. Pero si está escrito “consumir preferiblemente en”, significa que también podemos usarlo unos días después de esa fecha. Otra cosa importante es el agua, un bien precioso y no debe desperdiciarse. Entonces, cuando nos cepillamos los dientes, cerramos el grifo. O bien le recordamos a mamá y papá que utilicen el lavavajillas a plena capacidad, o la secadora solo cuando sea necesario”.

Los jóvenes de los Focolares, presentes en todo el mundo, pueden dar un gran aportación personal y a diario para alcanzar el objetivo en el 2030. La FAO, el próximo 16 de octubre, cumple 73 años de su nacimiento y será la oportunidad para relanzar este objetivo.

En la actualidad son ochocientos millones de personas quienes en el mundo sufren de hambre. En los últimos diez años esta cifra había disminuido; lamentablemente, el año pasado y debido a las guerras y al cambio climático, ha vuelto a aumentar. “Para nosotros, aquí en la FAO, es el mayor escándalo que existe”, dijo Villareal. “Y por eso luchamos todos los días para que estas personas tengan el alimento necesario, pero también una vida buena y donde los niños puedan tener una vida plena. Estamos convencidos de que con nuestro trabajo podemos lograr un mundo sin hambre”.

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