Unir nuestras voces al cielo

 
Los Focolares, con el Time Out cada día a las 12 h. adhieren a la iniciativa de Papa Francisco.

Time out[1], cada día a las 12 h., un momento de oración o silencio por la paz. Ahora en España y los Chicos por la Unidad se suman a la propuesta en primera fila, se amplía también para pedir superar la crisis del coronavirus en todo el mundo, al tiempo que para agradecer a tantas personas por el trabajo diario por los demás y por los afectados y sus familiares. Una propuesta que se puede llevar a cabo al tiempo que #YoMeQuedoEnCasa.

El miércoles 25 de marzo la iniciativa Time Out se une a la propuesta del Papa de rezar un Padre Nuestro al mediodía, como ha dicho a través de twitter: “A la pandemia del virus queremos responder con la universalidad de la oración, la compasión, la ternura. Permanezcamos unidos. Propongo a todos los cristianos que unan sus voces al cielo, recitando el Padre Nuestro el próximo miércoles 25 de marzo al mediodía. #OremosJuntos”. También Francisco invita a todos a participar a través de los medios de comunicación el viernes 27 a las 18 h., de un momento de oración que presidirá él mismo en la Basílica de San Pedro, ante la plaza vacía.

El Time Out nace durante la guerra del Golfo, en 1991. Chiara Lubich propone a todo el Movimiento de los Focolares y a quienes quisieran adherir, un minuto de silencio u oración por la paz a las 12 h. De esta manera y gracias a la distribución de miembros de los Focolares en los cinco continentes, se cubren las 24 horas del día con una oración o grito silencioso por la paz. En cada huso horario, miles de personas pidiendo la paz. En aquella ocasión, Dios escuchó las oraciones de todos; años más tarde, a finales de 2012, esta propuesta la reformula Maria Voce -Presidenta del Movimiento de los Focolares– a los dirigentes juveniles de los Focolares provenientes de varios países, reunidos en Castelgandolfo; en esta ocasión, también dirigida a todos los miembros del Movimiento y a todas aquellas personas que deseen participar. La adhesión fue inmediata y continúa desde entonces.


[1] En la jerga deportiva es una suspensión temporánea del juego, el tiempo muerto del baloncesto.

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