Zaida y Luminosa

 
Zaida Fernández trabajó en la Causa de Margarita Bavosi, Luminosa, desde su apertura.

Entrevista a Sole Pérez, focolarina como Zaida y con quien compartió un largo tramo de vida. Por Lola Díaz.

Pregunta: Sole, tú conociste a Zaida antes de que comenzase a trabajar en la Causa de Luminosa, iniciada el 4 de enero de 2005. Conociste también a la Sierva de Dios. ¿Qué podrías decir de la relación entre ellas?

Respuesta: Zaida fue mi profesora de primaria en Las Palmas de Gran Canaria. Recuerdo sus clases en las que nos enseñaba canciones. En ese tiempo (en los años 60) no conocíamos el Movimiento de los Focolares que llegó a las Islas en 1965, pero esta relación sirvió de fondo después cuando lo conocimos ambas. No volví a verla en muchos años. Después coincidimos en varios focolares[1]; cuando yo estaba en Barcelona, ella vivía en Madrid, en el focolar con Luminosa y coincidíamos en los encuentros. Pienso que mucho de lo que después aprendimos de Zaida nació y se desarrolló a la luz de su relación con Luminosa… Podríamos señalar su amor concreto y personalizado, nunca un amor en serie, su unidad incondicional, su detallismo, su cercanía y su empeño constante por la comunión…. Otra cosa muy bonita era su amor concreto por nuestras familias y el deseo sincero de que Jesús fuese creciendo en ella. Son cosas que vivimos o intentamos vivir todos, pero en Zaida eran propias de su personalidad sobrenatural, y creo que la vida compartida con Luminosa no fue indiferente en su formación humana y espiritual.

Sole Pérez

P.: ¿Qué crees que supuso para Zaida su trabajo en la Causa?

R.: Lo dijo ella misma. Cuando se jubiló como maestra y se le pidió trabajar para esta Causa de beatificación, su respuesta fue: “Es el regalo más grande que Chiara me ha hecho, después del Ideal[2]”. Y a ello se dedicó hasta el último momento con pasión, perseverancia y precisión. Creo que para ella fue un volver a revivir, aunque siempre estuvo presente, pero ahora en los detalles, una historia compartida con Luminosa, rica de momentos de todo tipo, siempre impregnados de la vida de Dios y de la unidad con los hermanos. Hasta el último momento de su vida trabajó con la misma intensidad. De hecho, había pedido a Luminosa no morir antes de terminar el trabajo que estaba preparando. Y efectivamente fue así. El día en que ingresó en el hospital a causa de una repentina enfermedad había enviado al Postulador de la Causa todo el material necesario, ya ordenado, para redactar la Positio. Como si quisiera dejar todo cerrado, sin saber que iría al hospital y que los próximos serían sus últimos meses de vida. Nos dejó el 6 de febrero de 2014. Creo que este trabajo le hizo dar un salto en su carrera hacia la santidad, que se vio más acelerada aún por los dos meses de hospital.

Zaida Fernández en la clausura de la fase diocesana del Proceso de Beatificación de Margarita Bavosi

P.: Viviste con ella la etapa final de su vida… ¿cómo te parece que Luminosa estuvo presente en aquellos últimos meses?

Los últimos años de Zaida estuvieron ligados a la Ciudadela Castillo Exterior[3] de la que formaba parte. Estábamos en el mismo focolar. Y la recuerdo siempre en los encuentros semanales con su profunda y sincera comunión. En las últimas semanas, aún con una incipiente gripe, primera señal de su enfermedad, no faltó nunca porque era muy grande en ella el deseo de vivir en comunión con todo el focolar. Tenía muy presente a Luminosa, también por el tipo de enfermedad similar en ciertos aspectos a la suya, y sin muchas palabras era evidente que se identificaba con ella, unía su experiencia a la de Lumi.  Una vez en el hospital, se la veía “abandonada al plan de Dios”, ningún lamento, ninguna pretensión… realmente en las manos de Dios. Me quedó la impresión del: “todo está cumplido”. Cuando murió, tuve la sensación no sólo de una aceleración espiritual personal, sino de que su sí constante nos hizo acelerar también a nosotros. Y todo esto no puede no recordarnos a Luminosa y su empeño en el Santo Viaje, en ese hacerse santos juntos de su último periodo. No podría afirmarlo a ciencia cierta, pero creo que tuvo siempre a Luminosa al lado para vivir estos dos meses. Al lado y de frente como referencia…Cuando por la traqueotomía ya no podía hablar, era capaz de pronunciar siempre un gracias después de cada pequeño servicio. Y todo con aquella “sonrisa” que la definía y la caracterizaba.


[1] Focolares también se llama a las pequeñas comunidades de laicos y casados dentro del Movimiento de los Focolares. Los hay masculinos y femeninos y están diseminados por todo el mundo. Chiara Lubich, la fundadora del Movimiento de los Focolares, definió el focolar como“…imagen de la familia de Nazaret, una convivencia, en medio del mundo, de personas vírgenes y casadas, todas donadas a Dios, si bien en formas diferentes”.

[2] Con Ideal, se refiere al Ideal de la Unidad, expresión con la que también se conoce al carisma de la unidad del Movimiento de los Focolares.

[3] Las Ciudadelas o Mariápolis permanentes son ciudades testimonio del carisma de la unidad. La Ciudadela Castillo Exterior situada en Las Rozas de Madrid, surge a raíz de la última visita de Chiara Lubich a España en 2002, con la finalidad de testimoniar una experiencia de unidad, construida y enriquecida por la diversidad de identidades, culturas y pueblos de España.

 

Normas(500)