“En el mes de abril recibí un whatsapp  en el que el P. Ángel Roldán -de la Parroquia de Virgen de la Asunción, de un barrio obrero de Córdoba- expresaba su situación de angustia por lo que estaba viviendo: cada día se le acercaban más familias pidiendo ayuda, familias que hasta antes de la pandemia no lo necesitaban.

Ante esa llamada de ayuda, reenvié ese mensaje a un grupo de whatsapp de la familia y de mis amigos.  Respondieron varios y con el donativo recogido el día 1 de mayo fui junto a un amigo a llevarlo a la parroquia. Allí el P. Ángel nos contó  la crudeza de la  situación. Le pregunté si necesitaban productos de parafarmacia, pues desde la farmacia los podría comprar más baratos. Me dio una lista de 400  potitos, 150 geles de baño, 150 pastas de dientes, pañales de todas las tallas y 40 cremas para el culete de los niños.  Hice un cálculo del coste y eran cerca de 1000 euros.

Ahora tocaba movilizar a todos mis contactos…primero la familia, la comunidad del Movimiento de los Focolares, los amigos cercanos y, con un par de carteles en la propia farmacia, a los clientes, explicando la acción que estaba haciendo y la manera de colaborar con donativos.

En un par de días tenía recogido el dinero suficiente. También la providencia llegaba: al hacer el pedido de los potitos supe que ese mismo día empezaba ¡un descuento del 40%!

Tras el primer envío se fechaba para el 28 de mayo el siguiente. ¿De dónde sacar más ayuda?  Os puedo decir que me pensé mucho comunicarlo en  un grupo de whatsapp que tengo con compañeros del colegio, es un grupo donde yo no participo nunca y para una vez que lo hago es para “pedir dinero”;  sólo que no era dinero para mí, sino para Jesús en el prójimo y, bueno, me lancé y la respuesta fue generosa. Se lo conté a Charo, mi mujer y ella hizo lo mismo con los compañeros del instituto. Esto lo han hecho también amigos míos con otros grupos de amigos, de manera que la ayuda anónima no sabría decir de cuántas personas procede. Incluso he facilitado una cuenta corriente de la parroquia donde sé que han ayudado muchas otras personas que, ya fuera por la distancia con la farmacia o por facilidad, han hecho sus propias transferencias.

En el segundo envío, en vez de 400 potitos hemos llevado 900. El tercero será para el 18 de junio.

Esta aportación es un granito de arena. Es impresionante ver una parroquia transformada: los bancos llenos de comida, cubiertos por la generosidad de tantas empresas y un nutrido grupo de personas, en su mayoría jóvenes, dispuestos a dar su tiempo para convertirse en los brazos de Dios en la tierra.

Bonita la reflexión del P. Ángel antes de empezar, aclarando que no somos voluntarios, sino cristianos y lo que hacemos no es solidaridad,  sino caridad, es decir Amor”.  José María

Así lo cuenta PTV Córdoba