El jamón para Dani

 
Con gestos muy sencillos se puede llegar muy lejos... al corazón de cada persona.

“Han llamado a la puerta. Es mi vecina Rosa que de nuevo me trae un blíster de jamón serrano. No es para mí. Es para nuestra amiga Josephin. Conozco a Josephin desde que llegó a España con su hijo de tres meses hace ya más de 15 años. Su vida no es fácil, al contrario, está rodeada de muchas dificultades, aunque va saliendo adelante como puede. Ahora tiene otro hijo de dos años.

Un día le hable a mi vecina de ella, y quiso ayudarle. Le propuso ayudarle a limpiar un día su casa, ganándose así un dinerillo. Pero llegó el covid19 y nos encerramos todos.

Mi vecina me preguntaba por ella y cómo ayudarle. Pero no queríamos que sintiera que le dábamos limosna. Entonces, como había sido el cumpleaños del pequeño, pensamos que podríamos hacerle un regalo entre las dos. Así con esa excusa le dimos una ayuda económica. Y claro, Rosa añadió un poco de jamón porque sabe que a su hijo le gusta y no lo come.

Cuando quede con Josephin para dárselo, le pregunté si necesitaba algo. Me dijo que se le había roto la olla y no tenía más. Enseguida busque por casa -las tiendas estaban todas cerradas- pero no tenía ninguna para darle. Baje a decírselo a mi vecina, y ella enseguida encontró una sartén que ya no usaba y una olla para guisar que estaba casi nueva. Cuando la llamé para dársela me dijo: ‘gracias, porque siempre encuentras lo que necesito’.

A mí me sigue preocupando su situación, pero ahora con mi vecina, ya somos dos las que nos preocupamos por ella. Y de vez en cuando, Rosa me trae jamón para Dani”. Mariaje

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