El día en que se celebraba el 150 aniversario de la proclamación de San José como Patrono de la Iglesia universal por el Beato Papa Pío IX, Papa Francisco publicó la carta apostólica Patris corde, en la que anunciaba el Año dedicado a San José.

Francisco señaló que la pandemia de coronavirus ha aumentado su deseo de reflexionar sobre San José, dado que muchas personas durante la pandemia han realizado esfuerzos ocultos para proteger a otros, al igual que San José protegió y cuidó en silencio a María y Jesús. “Todos pueden encontrar en San José —el hombre que pasa desapercibido, el hombre de la presencia diaria, discreta y oculta— un intercesor, un apoyo y una guía en tiempos de dificultad”.

A continuación, un texto de Chiara Lubich, publicado originalmente en 1969 en el libro Saber perder.

Un protector[1]

¡San José! Tal vez te he rezado demasiado poco… te pido perdón.

He hablado de ti, pero no he hablado contigo, a pesar de que tanto nos has dicho con tu silencio, con tu prontitud en llevar a cabo la voluntad de Dios, con tu trabajo cotidiano que enseña a todos los hombres, y especialmente a los pobres del mundo, a elevar el suyo.

Tú eres protector de la Iglesia, y el papa Juan te dio en ella un lugar privilegiado.

Queremos tener hacia ti una profunda devoción. Porque has protegido a María y a Jesús, porque eres un modelo de todas las virtudes.

San José, te encomendamos la unidad de la Iglesia, las órdenes y los movimientos religiosos, las familias, y guarda a los niños y a los jóvenes para que no sean arrastrados por la malicia del mundo, sino que avancen protegidos también por ti, según los planes de Dios.

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[1] Chiara Lubich: Escritos espirituales II: Lo esencial de hoy. Madrid: Ciudad Nueva, 1999. P. 25