Margaret Karram, Presidenta del Movimiento de los Focolares.

 
Nacida en Haifa (Tierra Santa) en 1962, es la tercera Presidenta del Movimiento, tras Chiara Lubich y Maria Voce.

La elección de Margaret Karram tuvo lugar el 31 de enero por mayoría de más de dos tercios por los miembros de la Asamblea General que se está celebrando online desde el domingo 24 de enero. Su nombramiento se ha efectuado hoy tras la confirmación del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, como indican los Estatutos de los Focolares. En el documento se desea que la nueva Presidenta pueda desempeñar su labor “con fidelidad, espíritu de servicio y sentido eclesial, para el bien de los miembros de la Obra y de la Iglesia universal”.

La nueva Presidenta -según los Estatutos debe ser siempre una mujer- ha sido elegida para los próximos seis años. Margaret tiene 58 años. Nació en Haifa y es licenciada en judaísmo por la Universidad Judía de Los Ángeles. Distintos los encargos de responsabilidad que ha llevado adelante en el Movimiento de los Focolares en Los Ángeles y Jerusalén. También ha colaborado en diferentes comisiones y organizaciones para la  promoción del diálogo entre las tres religiones monoteístas, como la Comisión Episcopal para el Diálogo Interreligioso, en la Asamblea de Católicos Ordinarios de Tierra Santa y en la organización del Consejo Coordinador Interreligioso en Israel.

Desde 2014 está en el Centro Internacional de los Focolares como consejera para Italia y Albania y como corresponsable para el diálogo entre movimientos eclesiales y nuevas comunidades católicas. Habla árabe, hebreo, italiano e inglés.

En 2013 recibió el Premio Monte Sión para la reconciliación junto a la investigadora judía Yisca Harani, por el trabajo en el desarrollo del diálogo entre culturas y religiones diferentes. En 2016 recibió el Premio Internacional Santa Rita por haber favorecido el diálogo entre cristianos, judíos, musulmanes, israelíes y palestinos, partiendo de la vida cotidiana vivida.

Tras su elección, toca el turno a la del Copresidente, quien siempre según los Estatutos, debe ser un focolarino sacerdote; más adelante, la elección de los consejeros miembros del Consejo General del Movimiento.

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