Para ser un pueblo de pascua

 
Pensamiento de Chiara Lubich en torno a la Semana Santa, momento que encierra “los misterios más preciosos de la vida de Jesús”.

El pensamiento corresponde a una Conexión[1] de Chiara Lubich del 24 de marzo de 1994 y propuesto de nuevo para vivir durante la pasada Conexión del 27 de marzo.

Se acerca Pascua, la fiesta más grande del año, y con ella la Semana Santa, desbordante de los misterios más preciosos de la vida de Jesús.

Estos misterios se recuerdan sobre todo el jueves, el viernes, el sábado santo y el domingo de resurrección y representan para nosotros varios aspectos centrales de nuestra espiritualidad. Estos son: la entrega del Mandamiento Nuevo, la institución del sacerdocio y de la Eucaristía, la oración por la unidad, la muerte de Jesús Abandonado en la cruz, la Desolada y el Resucitado. Los celebraremos con la Iglesia a través de la santa liturgia, pero ya que el nuestro es un “camino de la vida” nos preparamos para honrarlos también con nuestra vida.

Entonces ¿qué vivir al aproximarnos a la Semana Santa y durante esos días benditos?

Pienso que si vivimos la Pascua, es decir, si dejamos vivir al Resucitado en nosotros, tenemos el mejor modo de vivirlos todos.

Para que el Resucitado resplandezca en nosotros, debemos amar a Jesús Abandonado y estar siempre –como decimos nosotros– “más allá de su llaga”, donde la caridad es reina. Es ella la que después nos impulsa a ser el Mandamiento Nuevo en acción; la que nos impulsa a acercarnos a la Eucaristía; (…)  es la caridad la que nos lleva a vivir la unidad con Dios y con los hermanos. Por la caridad cada uno de nosotros podemos ser, en cierto modo, otra María.

Así, todos juntos seremos realmente ese Pueblo de Pascua que a alguien le pareció entrever en nuestro Movimiento. […][2]


1] Las Conexiones de Chiara Lubich nacen en agosto de 1980. Son un medio para vivir juntos la espiritualidad de la unidad, reuniendo virtualmente a todos los miembros de los Focolares repartidos por los cinco continentes. Durante las mismas se comunican noticias de los focolares en todo el mundo y un pensamiento de Chiara para hacer vida durante el siguiente periodo. Comienzan siendo telefónicas y, al paso del desarrollo tecnológico, se llega a la actualidad en forma de transmisión vía streaming.

[2] Cf. Para ser un pueblo de Pascua, Sierre, 24 de marzo de 1994. En: Chiara Lubich: Un pueblo de santos.  Madrid: Ciudad Nueva, 2001; pp. 14-16.

 

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