Cada año con nueva ilusión, los niños de los focolares elaboran los niños Jesús en escayola, los pintan, los colocan en su cuna y le añaden una meditación de Chiara Lubich; varios meses de preparación para que en diciembre esté todo listo y puedan ofrecerlo por las calles.
Este año han sido varias las ciudades que han acogido esta acción en España. En todos los lugares se repetía la misma alegría y entusiasmo en niños que ofrecían el Niño y en adultos que lo recibían… hasta en el Ayuntamiento de Barcelona, donde Xavier Trias recibió también un Niño Jesús.
Con una aportación económica voluntaria, los beneficios se destinan a niños pobres de diferentes países.