Chaque jour, face chaque action, nous pouvons découvrir quel visage de Jésus abandonné aimer à travers elle. C’est la proposition de Chiara Lubich pour accomplir bien, parfaitement, tout ce que nous devons faire.

Aimer Jésus abandonné. Ce nom touche de nombreux aspects de notre vie, personnelle et communautaire, dont j’aimerais parler aujourd’hui. Mais je voudrais surtout m’arrêter sur une façon particulière d’aimer Jésus abandonné, qui est la porte, le chemin menant à la sainteté. […]

Où que nous nous trouvions, nous avons la merveilleuse possibilité de l’aimer, de le soulager, de le consoler, en portant remède à des maux concrets, où nous le reconnaissons. C’est pour nous une grâce importante ; en travaillant ainsi nous sommes toujours en contact avec Jésus abandonné, et en l’aimant nous pouvons édifier notre sainteté.

Mais il y a façon et façon de l’aimer. On peut l’aimer beaucoup, on peut l’aimer un peu, c’est-à-dire que l’on peut, par cet amour, construire en nous une sainteté plus ou moins grande. […]

Les saints ont cherché, et cherchent encore, pour la gloire de Dieu, l’amour qui porte le plus de fruits.

Si nous sommes amenés à écrire notre histoire ou à raconter notre expérience, faisons-le du mieux possible, en étant attentifs à la voix de Dieu qui parle en nous et projette sa lumière sur notre passé et notre présent ; c’est cette lumière qui attirera ceux qui nous écouteront.

Prêtons attention aux suggestions et aux corrections que nous indique cette voix. Prenons chaque chose à cœur, et n’arrêtons de perfectionner notre travail que lorsque cette voix n’aura plus rien à nous dire.

Ne négligeons jamais l’Œuvre de Dieu, n’accomplissons pas d’actions imparfaites. Faisons tout bien, du mieux possible.

[…] Face à chaque action que nous entreprenons, cherchons toujours à découvrir quel visage de Jésus abandonné nous pouvons aimer à travers cette dernière et mettons-nous à la faire à la perfection. Des œuvres parfaites donc, par amour pour Jésus abandonné et, ainsi, construire notre sainteté, une grande sainteté.

Chiara Lubich

(d’une liaison téléphonique, Loppiano 20 février 1986)
Extrait de : Chiara Lubich, Sur les pas du Ressuscité, Ed. Nouvelle Cité, 1992, p. 72-73.

 

 

 

3 Comments

  • Hoy, resonó especialmente en mi corazón ‘ hagamos todas las cosas con el máximo empeño y dejemos de retocar nuestro trabajo solamente cuando esa voz ya no tenga nada más que decirnos’
    Vivi en el encuentro con un desconocido, una experiencia de encuentro con Jesús Abandonado en el dolor existencial que esta persona me transmitió, que nunca había vivido con esa intensidad.
    Mientras me compartía su dolor serenamente, sentí sensiblemente que se abría mi esternón para recibir su dolor.
    Una gracia particular nos abrazó y sorpresivamente la valiosa realidad que permitió nos comunicarmaso en nuestras diferencias, generó que cada uno y cada cual reconocieramos en lo más profundo, bueno, bello y verdadero del corazón de cada uno, el don que teníamos para dárnsolo reciprocamente en una escucha profunda, en la cual nuestra matriz trintiaria se expresó en la palabra, en un gesto, en el cuidado mutuo a lo sagrado de nuestro ser, en lapropuesta de transformación por nuestro encuentro.
    Fueron momentos compartidos donde vivimos el reino que está dentro nuestro y entre nosotros. Experimentamos un amor indefinible y nuevisimo, una luz que en lo personal ha sido luz al pasado, al presente y especialmente he vuelto a un instante de los momentos compartidos. Aquel en el cual el hermano con el cual nuestros caminos se cruzaron, señaló con su dedo tres bellas gaviotas que estaban posadas en la arena de la playa por la cual caminabamos .
    Un pequeño gesto que quedó gravado en mi ser, por el cual comprendí después, que el era también consciente en algúna dimensión de su ser, de la dimensión trinitaria en el nosotros que estabamos protagonizando. Nunca quiso volver a hablar, ni tampoco quiso que nos encontráramos, pero volver a ese instante me asegura que en ese pequeño detalle, él vive también la gran diferencia que dio luz a nuestras vidas. Un nuevo comienzo. , un nuevo nacimiento…..que nos anuncia las luces de un nuevo amanecer en el cambio epocal que protagonizamos. El nosotros místico del cual nos habla Piero….a{un sigo escuchando al ES en mi corazón para compartir ésta experiencia de encuentro de distintso modos. Creo esta escuchandolo bien. Estamos viviendo con nuestra madre, momentos de silencio únicos….distintos momentos el de ella y el mío, pero me animo a decir en ‘ la tierra es mi cielo’

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