“Hermosa jornada…, un mimo al alma”, “la sencillez, la belleza y las vivencias compartidas abren el corazón a lo esencial”, “nos vamos con el alma y el corazón llenos del amor y la generosidad que aquí pudimos compartir” se reiteraba en las impresiones dejadas luego del último encuentro de Familias Nuevas realizado en la Mariápolis, el domingo 30 de septiembre. Era continuación de una serie que, bajo la denominación de “aprendiendo juntos a ser familia”, desde hace dos años aborda la temática familiar desde el ideal de la unidad. En otras oportunidades se trataron temas como “el pacto de amor recíproco”, “el perdón”, “sanar vínculos” o “la economía en la familia”, siempre ejemplificados con experiencias o testimonios. En esta ocasión el argumento giró en torno la fuerza de transformación que tiene en ese ámbito el empeño de hacer “vida” las enseñanzas del Evangelio. Experiencias y testimonios ilustraron cómo situaciones cotidianas o problemas graves sin aparente solución, podían convertirse en la aventura de una vida digna de ser vivida. Momentos de diálogo y también de juego, en una original búsqueda del tesoro con la adhesión entusiasta de chicos y grandes, permitieron reflexionar en grupos sobre lo la necesidad de preparar el terreno para que el amor más auténtico arraigue en las diversas situaciones personales o familiares.

Una jornada intensa y feliz que culminó con la presentación de un documental sobre el Genfest 2012, que con el lema “construyamos puentes” acababa de concluir en Budapest con la participación de 12000 jóvenes de más de 100 naciones. Un magnífico botón de muestra del mundo unido al que, como todo el Movimiento de los Focolares, aspira también Familias Nuevas.