¿Dónde está tu hermano?

 
Ecos de la Escuela de Estudios Sociales realizada a principios julio

“Vine con una crisis profunda, una búsqueda de siempre en cuestionamientos existenciales y sociales, que en estos días ha sido transformada en RESPUESTA FUNDAMENTAL”, manifestaba uno de los 246 participantes, llegados de todo el Cono Sur, al concluir la Escuela de Estudios Sociales (EDES), que del 6 al 8 de julio se desarrolló en nuestra ciudadela. Tres días de reflexión e intercambio intenso entre personas que, comprometidos de una u otra manera en el campo de actividades de la promoción humana, fueron construyendo conocimiento a partir de la vida. En efecto, muchos con larga experiencia, y otros recién iniciándose o interesándose en tareas de rescate de la dignidad humana, todos trabajaron centrados en dar respuesta a la pregunta de fondo: “¿Dónde está tu hermano?”. Inquietante cuestionamiento que sugestivamente coincidía con el vibrante llamado del Papa Francisco identificándose con los sobrevivientes de los naufragios protagonizados en las costas de Europa, por quienes echan mano a cualquier medio para escapar a la miseria.

“Lo que más me impactó en esta ocasión es ver a gente tan diversa, personas pertenecientes a distintos lugares geográficos, trabajadores de diversos ámbitos de la sociedad y todos con un mismo ideal, AMAR. Todo tan valioso y productivo, que quisiera ponerlo en práctica todo ya!”. En efecto, el arco de compromiso de toda esa gente abarcaba desde actividades al rescate de la dignidad humana en lo basurales, centros de apoyo o de salud en establecimientos educativos en zonas de riesgo, trabajos de conservación del patrimonio cultural nativo, promoción del turismo social, casas del niño, apoyo escolar, centros de escucha, prevención y recuperación de adicciones, centros de atención a la vida, inclusión de discapacitados, voluntariados diversos en distintas ONGs y organismos de promoción social del Estado, gestión de proyectos, vivienda social, centros comunitarios, gremialismo, dirigentes de empresa, política…

Ya el solo hecho de reunirse y poder compartir sus vivencias constituía un enriquecimiento. “Encontrarnos con distintas realidades, es la manera más hermosa de enriquecernos”. “Excelente -destacaba otro- la instancia de formación y sobretodo de construcción entre hermanos americanos”. “Fue notable la experiencia pluricultural”.

La metodología de trabajo, centrada más en la tarea o interés social concreto de cada uno, que en exposiciones académicas, privilegió la “construcción de conocimiento a partir de la vida”, que en este caso encontró abundante y variada materia de estudio. “Ahora me llevo herramientas e ideas para poner en práctica en las actividades sociales de una villa en la cual estamos trabajando. Me resultó sumamente importante la exposición de proyectos y experiencias”. “Las expectativas totalmente cumplidas, por venir participando desde escuelas anteriores, y sentir que gradualmente vamos creciendo y madurando en este llamado a atender el aspecto social de nuestras ciudades”. “Muchas gracias! Aquí aprendimos a ser, para volver a casa a hacer”.

Cuando en el balance final, alguien del equipo organizador sorprendió definiendo el trabajo realizado como “sinfonía inconclusa”, dejó picando la idea de que esto no termina aquí, sino que es sólo un jalón más en el camino hacia la fraternidad universal.

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