Se vivió una “Mariápolis de la alegría”

 
Durante 3 días cobró vida la Mariápolis temporaria para el sur del Gran Buenos Aires para experimentar juntos el amor al hermano

“Mariápolis de la alegría”, este es el título que los 520 participantes le dieron a la Mariápolis que se realizó en el fin de semana largo de octubre 2013 (del 12 al 14) para el sur del Gran Buenos Aires (desde Avellaneda a La Plata, de Lanús a Cañuelas, La Matanza, San José del Monte).

Una oportunidad para experimentar, en medio de un programa que contemplaba la profundización del amor al hermano, la realidad de familia donde la fraternidad entre todos se hace palpable.

Talleres sobre distintas temáticas permitieron la interacción y la expresión de cada uno en actividades concretas, de escucha del otro, crear juntos, hacer cosas para los demás.

Desde hacía meses se venían preparando las distintas comunidades del Movimiento en cada ciudad, invitando a quienes participaron por primera vez, recaudando fondos, organizándose para los viajes…

Dejamos que algunos de los paticipantes expresen lo que fue para ellos:

  • “Desde el inicio sentí un fuerte impacto. Si tuviera que elegir una palabra es: amor. Todo decía amar, en cada pequeño detalle, siempre, cada cosa vivida por el otro, en el amor por el otro. Quisiera hacer parte de esta familia y quiero agradecerles por aquello que ustedes transmiten”.

  • “Quiero agradecerles, porque me hicieron reencontrar la fe. La misa desde el primer día fue hermosa porque todos ustedes se siente orgullosos de aquello en lo que creen. A ustedes no les importa lo que piensan los demás, van adelante. Me cambiaron la vida, mi modo de pensar”. (14 años)

  • “Me llevo muchas cosas, hay una mística muy profunda, donde hacen ver el espíritu de familia, que nos hace crecer como personas y como cuerpo. Escuchando las experiencias de los jóvenes sentí una gran esperanza”. (una religiosa)

  • “Hoy traté de vivir la Regla de Oro: cuando en el almuerzo nos trajeron el postre, a mi hermano le toco de chocolate, a él no le gusta, entonces le di el mío de frutilla y yo comí el de chocolate, que a mí tampoco me gusta”. (un chico de 10 años)

  • “Me llevo la realidad de familia. Mi familia está muy dividida pero la palabra que me quedó dentro es unidad, unidad. Quiero llevarme esto cuando vuelva a casa”.

  • “Desde hace muchos años que no veníamos a una Mariápolis, pero el Ideal lo tenemos dentro y no se puede escapar. Todo lo que se construye en el amor queda. Me llegaron las experiencias de los jóvenes, su profundidad, me dan esperanza. Fue una Mariápolis distinta, con más tiempo para compartir con todos. Sentí a través de los hermanos la respuesta del amor de Dios. Es difícil caminar solos, la familia del Movimiento siempre estuvo a nuestro lado y a esta familia queremos consagrarnos”.

  • “Desde hace muchos años que soy agnóstico, había dicho que yo nunca iría a una Mariápolis, no obstante las invitaciones de mi hijo. ¿Cómo no sentirme feliz? Aquí vi niños, jóvenes, adultos caminar juntos. Todos ellos pueden transmitir a otros que es ‘Mariápolis’, es una necesidad, podemos llevar el amor a todos aquellos que no lo conocen”. 

  • “Muy hermoso encontrarnos en familia. Con mi marido decíamos que queríamos llevar lo que vivimos aquí también afuera. Pero volviendo sabemos que podemos hacerlo junto con los que vinieron de nuestra ciudad. Escuché algunas veces a Chiara y pensé que no había nada nuevo, pero después de escucharla estos días sentí algo muy fuerte dentro mío, vi que cosas puedo mejorar o cambiar, sabiendo que está el otro que me ayuda”.

  • “Para mí no es difícil amar a los presos con los cuales trabajo, pero a mi compañero de trabajo no logro amarlo, desde mañana cuando vuelva, probaré a hacerlo, también a él lo tengo que amar”.

  • “Esta es mi primer Mariápolis, aún si he vivido muchas, pero me parece que es la primera, es todo nuevo. Siento que Jesús me pide recomenzar, recomenzar desde las pequeñas cosas. Me aleje y vivir solo es muy difícil. Volver a la Mariápolis fue experimentar la familia, me voy llena de esta gracia y la fuerza de la unidad para recomenzar”. 

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