Triduo Pascual en la Mariápolis

 
Nos preparamos ahora a vivir el Triduo Pascual de la mano de Chiara Lubich a través de un texto suyo de 1981.

Con el Domingo de Ramos inició la Semana Santa. Se  trata  de los días más importantes de la vida de la Iglesia. Nos preparamos ahora a vivir el Triduo Pascual de la mano de Chiara Lubich a través de un texto suyo de 1981.

Estamos pasando las horas más preciosas del año; preciosas para la Iglesia que revive con la liturgia la Pasión, la muerte y la resurrección de Jesús. Preciosas para todos nosotros del Movimiento que tenemos una espiritualidad centrada en la unidad y en Jesús Abandonado.

Hoy es el Jueves Santo, nuestra fiesta. Jesús hoy, como hace muchos años, dio a sus discípulos el Mandamiento nuevo, aquel mandamiento que es la ley fundamental y la base de cualquier otra norma para cada uno de nosotros. Como hoy, Jesús rezó por la unidad: “Que todos sean uno”. Como hoy, instituyó la Eucaristía que lo hace presente entre nosotros y tiene como efecto, precisamente, nuestra unidad con Él y entre nosotros. Y como hoy, instituyó el sacerdocio que hace posible la Eucaristía. (…)

Viernes Santo, Jesús Abandonado. No hay mejor día que mañana a las tres (de la tarde n.d.t.) para volver a hacer solemnemente nuestra consagración a Él, renovando nuestro propósito de gastar la vida que tenemos, amándolo siempre, enseguida, con alegría. Que cuando besemos al Crucificado, Jesús reciba de nuestros corazones, esparcidos por todo el mundo, esta promesa solemne.(…)

Después, tras el Sábado Santo, llegará el Domingo de Pascua. Él es el Resucitado, Él es la Resurrección y la Vida también para nosotros. Digámosle, quizás, por primera vez, gracias por la vida que tendremos después y no terminará. (…)

Entonces Feliz Pascua a todos y a cada uno. Les deseo que sea la más hermosa de su vida.

Chiara Lubich