El apóstol Pablo le escribe a la comunidad cristiana por él fundada en la ciudad de Tesalónica. Ya no puede volver allí porque tuvo que huir a causa de graves dificultades y persecuciones. Sin embargo, a través de sus cartas, sigue acompañando la vida de la comunidad con amor; es más, alaba la constancia y la perseverancia que tienen en la fe. Son testigos ejemplares.
Pablo conoce las inquietudes profundas de esta comunidad, sus preguntas existenciales: ¿Qué nos espera después de la muerte? Si es que el Señor volverá pronto, ¿cómo prepararnos adecuadamente a su venida definitiva? Pablo no contesta con preceptos a aplicar, sino que profesa nuevamente su fe: Jesús dio la vida por amor a toda la humanidad y ha resucitado, abriendo así el camino hacia la Vida para todos los hombres.
Para prepararse al regreso de Jesús, Pablo aconseja vivir de acuerdo con el Evangelio cotidianamente, trabajando con honestidad y construyendo una comunidad fraterna.
“Anímense y estimúlense mutuamente”
Pablo lo ha experimentado en primera persona: el Evangelio hace germinar la semilla de bondad que Dios ha puesto en el corazón humano.Es una semilla de esperanza que crece en el encuentro personal y cotidiano con el amor de Dios y florece en el amor recíproco. Es un incentivo para combatir las malas semillas del individualismo y de la indiferencia que provocan aislamiento y conflictos, un estímulo a llevar el peso los unos de los otros y darnos ánimo recíprocamente.
Se trata de una Palabra simple, que todos podemos comprender y poner en práctica, pero que puede revolucionar nuestras relaciones personales y sociales.Es un consejo precioso que nos ayuda a descubrir la verdad fundamental de la fraternidad, raíz de muchas culturas. Así lo expresa el principio de la filosofía bantú y del Ubuntu africano: “Yo soy lo que soy gracias a lo que somos todos”.
Este fue el pensamiento guía de la acción política en Sudáfrica del gran líder metodista Nelson Mandela, quien afirmaba: “Ubuntu no significa dejar de pensar en uno mismo, sino más bien plantearse la pregunta: ‘¿quiero ayudar a la comunidad a mi alrededor?’”¹.
Su acción coherente y enérgica llevó a un giro histórico en su país y fue un gran paso adelante en la civilización.
“Anímense y estimúlense mutuamente”
¿Cómo vivir esta Palabra?
“Tratando de crecer en el amor recíproco en nuestras familias, en nuestro ambiente de trabajo, en nuestras comunidades o asociaciones eclesiales, parroquias… Esta Palabra requiere de nosotros una caridad generosa, es decir una caridad que sepa superar las medidas mediocres y las barreras que nacen de nuestro sutil egoísmo. Basta pensar en ciertos aspectos de la caridad (tolerancia, comprensión, acogida recíproca, paciencia, disponibilidad al servicio, misericordia frente a las reales o presuntas faltas de nuestro prójimo, disposición de los bienes materiales) para descubrir muchas ocasiones de ponerla en práctica. Además, es evidente que si en nuestra comunidad hay un clima de amor recíproco, su calor se irradia siempre hacia todos. También quienes aún no conocen la vida cristiana advertirán su atractivo y fácilmente, casi sin darse cuenta, se sentirán atraídos hasta sentirse parte de una misma familia”².
“Anímense y estimúlense mutuamente”
Con este espíritu, en la ciudad de Palermo, en Italia, surgió un grupo de asistencia médica multidisciplinaria, psicológica y de enfermería a disposición de los más pobres de la ciudad. Referimos las palabras de los mismos protagonistas: “Somos un grupo de médicos y de operadores sanitarios cristianos de diferentes Iglesias. Las palabras del Evangelio nos alientan a reconocer en cada persona a un hermano o una hermana, particularmente en quienes sufren enfermedades y no están en grado de alcanzar un tratamiento. Entre las personas a las que asistimos hay algunas afectadas por enfermedades graves o adictas al juego y a internet. Ofrecemos nuestra profesionalidad en los lugares donde actuamos enriqueciendo centros de salud ya existentes en el lugar. Para mantenernos al día entre nosotros y comunicar las diferentes necesidades hemos creado un chat de referencia en whatsapp, una página en Facebook y una red de correos electrónicos. Si bien ha nacido hace poco, este grupo opera ya sobre todo con las personas inmigrantes, en particular con la comunidad ghanesa adventista presente en la ciudad. Un grupo numeroso y alegre, con el que experimentamos la alegría de ayudarnos como hermanos, hijos del único Padre”.
Letizia Magri
