Desde el tren

 
consignas cotidianas para el viaje de la vida

DESDE EL TREN…

“Uno de mis placeres, cuando llega el frío, es encender la salamandra que tenemos en casa, pero sobre todo encenderla artesanalmente, diríamos, sin medios artificiales, sin alcohol de quemar y, si fuera posible, sin fósforos. Ver si de la noche anterior han quedado brasas bajo la ceniza, arrimarles alguna cosa insignificante, papel viejo, unas ramitas, algún palito más grueso y recién entonces un tronco partido. Es lo que acababa de hacer esta mañana cuando me llegó este pasapalabra: “reavivar la presencia de Dios entre nosotros, amándonos”, algo así como reavivar el fuego con el fuego. Me pareció una hermosa metáfora, porque basta muy poco, cuanto más insignificante más eficaz, como puede ser un gesto de ternura, algo que se justifique sólo por amor… y casi desde la nada se reaviva la presencia del Amor entre nosotros.

“Buen viaje, y me imagino a todos subidos al tren, alimentando nuestra locomotora a carbón, echando humo y a toda marcha”.

Corría 2012 y estas líneas estaban dirigidas, vía mail, a algunos matrimonios que nos solíamos reunir en Mariápolis para acompañarnos en nuestras respectivas historias familiares. Había surgido la idea de compartir todas las mañanas una frase muy simple, que desde hacía un tiempo llegaba a modo de pasapalabra, para orientar la jornada. Debía ser como una brújula que nos marcara el rumbo y nos mantuviera vinculados para caminar juntos hacia la meta de nuestro Ideal: la fraternidad universal. Lo de “el tren a toda marcha” fue una ocurrente metáfora que vino a completar el sentido de lo que nos habíamos propuesto.

“Les envío en adjunto un lindo relato sobre “El Tren de la vida” -, nos había escrito Bibi, de Los Toldos, que ya nos imaginaba como compañeros de viaje -, ¡Que lo disfruten!”, y no nos costó nada subirnos en la primera estación, porque su relato concluía. “Cuando en algún momento llegaremos a la estación principal, lo que más nos va a hacer felices es pensar que se puede colaborar para que crezcan quienes nos acompañan en el tren de la vida y para que se haga más valiosa mi vida y la vida de los demás”.

Lo cierto es que muy pronto comenzamos a ser “los del Tren” y a considerarnos pasajeros, compartiendo nuestro ideal de vida como el pan de cada día, vía mail. A poco andar, cada tanto alguno comenzó a agregarle un comentario.

“Lo primero que se me ocurre – decía un pasajero cuando la consigna era “Ayudar al hermano a amar”–  es que significa ponerse al lado para colaborar, a veces un poco adelante para tirar del carro, y otras un poco detrás para empujar en la cuesta.”

Adriana, de Carmen de Areco, se hacía eco escribiendo: “Qué bueno recibir este mensaje en plena ‘locura’ laboral, Gracias”, y desde EEUU, los Dicún se sumaban: “abrazo grande desde Amarillo, Texas”, adonde se habían trasladado por motivos de trabajo, pero seguían “viajando” con el grupo inicial.

Mientras tanto se iban agregando otros pasajeros.

El 11 de febrero de 2013, a la propuesta de “Prestar atención al hermano”, alguien recordaba la frase de León Tolstoi: “todas las personas viven, no en virtud del cuidado que tengan de sí mismas, sino por el cariño que otras sienten por ellas’, e informaba que Gerardo y Cristina, de Arrecifes, estarían encantados de subirse a nuestro “Tren”, así que, desde mañana, los contamos como compañeros de viaje”. En el mismo mensaje informaba que “Gustavo – un amigo suyo – estaba fascinado con los pasapalabras. Por supuesto los comparte con su esposa, y ayer también concretaron su participación los Tambornini (Chivilcoy) con gran alegría nuestra y de ellos. Querrá decir que nuestro “tren” estará bien representado también este año, como el año pasado con los Natti (Chacabuco) y anteriormente con los Flores (Junín).”

¿Qué nos atraía y encantaba a todos de este viaje? La vida, la vida de todos los días puesta al servicio de un ideal. “Hola, soy Joaquín, estamos con mamá, María y Francisco, atentos al envío.  Papá trabajando en el campo. ¡Muchas Gracias! Siempre cuando llega el pasapalabra nos da pila para recomenzar todos los días el Santo Viaje. Cariños para todos Los del Tren…“.

Las cosas más simples cobraban sentido. “Les cuento – decía Rubén  cuando la consigna era “Ver al hermano siempre nuevo” -, muchas veces el conocimiento mutuo nos juega en contra… la conozco tanto a Alicia  – su esposa – , y ella me conoce tanto a mí que, por momentos, me invade la idea que hay cosas que se dan por sentado, entonces ya sé lo que me va a contestar  o ya sé lo que ella piensa…Hoy hice el esfuerzo de verla nueva, y logramos intercambiar  ideas y tomar decisiones con mayor unidad aun en temas que sé que me molestan más. Teníamos que resolver qué casa alquilar adonde nos hemos mudado, qué muebles, escuela de cada chico, yo estaba convencido que de las 2 a elegir había una que reunía nuestras condiciones en tamaño, cercanía y seguridad y ella se enamoró de la otra que estaba lejos, más chica, casi sin patio, etc. Si no hubiese sido por el tiempo de “gimnasio” que llevo, mi reacción hubiese sido otra. Para nosotros, concretamente esto significa estar en el tren: no encerrarme en lo que me gusta a mi sino considerar al otro y la decisión es ‘con el otro’, teniendo presente que, más importante que la llegada, es el camino”.

“El amor es servicio”. Esta vez Martín  aporta algo de sus personajes favoritos: “Sin duda conocen este pensamiento de Tagore, pero por si acaso lo recuerdo: ‘Yo dormía y soñaba que la vida era alegría. Desperté y vi que la vida era servicio. Serví y vi que el servicio era alegría’. La alegría con raíces más profundas…”.

“Ante la duda, seguir el camino del amor”. “Un jefe tuvo comentarios poco felices sobre una presentación que yo había hecho. En mi opinión mi trabajo había sido muy bueno y con mucha dedicación. Me enojé mucho. Quería exponer mis quejas, etc. etc. Luego de deliberar interiormente, decidí ser el primero en amar, amar al “enemigo”. Pasados unos días pude tener una conversación madura, explicar mi punto de vista, pero fue claro el impacto que tuvo mi actitud positiva inmediata para con él. ¡¡¡Ser el primero en amar me salva mucho “las papas” en esos momentos complicados!!! 

“Dar gratuitamente nos transforma a mí y al otro”. “Familiarmente es un momento difícil en nuestra economía – cuenta Martha – pero decidimos priorizar las relaciones, aprovechando estos días de vacaciones, e invitamos a un ahijado y un sobrino a pasar unos días en casa, sencillo, sin salidas costosas, compartiendo juegos de mesa, películas en casa con pochoclos,  algún paseo en bici y comidas sencillas y rendidoras… ¡Todos felices!. También nos visitaron algunos amigos y fueron hermosas ocasiones de compartir intergeneracionalmente… Recibimos providencia, fruto del amor concreto de otras familias… Ayer pasé parte de la tarde organizando, lavando y entregando ropa que teníamos para donar. Acciones sencillas y…  ¡transformantes!”.

“Elegir el camino de la concordia”. “¡Hola a todos muy buenos días!!!!!!!! – saluda de buen ánimo Kuki, pero enseguida agrega – :”No me gusta lo que está pasando con nuestro país. Siento que no hay una fuerza política madura y honesta. También me dolió que puedan volver uno y otro sucesivamente sin surgir algo nuevo y distinto. Pero este lunes sentí que daba mi primer paso diciéndole a mi cuñada que me alegraba por ella con los resultados. Nunca antes pude decir algo así y siento que elegí el camino de la concordia… que es el que construye puentes de fraternidad”.

Podríamos seguir al infinito. El “Tren” viene viajando, sin detenerse ningún día, hace ya 8 años. Y no es el único. Un día apareció este sugestivo mensaje:

“Hoy el pasapalabra es:

 أن نحبّ القريب من كلّ ذاتنا (árabe)

  Да обичаме ближния с цялото си естество (búlgaro)

  자신을 다해 이웃을 사랑하자 (coreano)

  Ljubiti bližnjeg svim svojim bićem (croata)

  Aimer le prochain de tout notre être (francés)

  Love your neighbour with all your being (ingles)

  Je naaste liefhebben zoals jezelf (holandés)

  Kochać bliźniego ze wszystkich swych sił (polaco)

  Amar o próximo com todo o ser (portugués)

  Milovať blížneho celým svojím bytím (eslovaco)

  Ljubiti bližnjega z vsem svojim bitjem (esloveno)

  Teljes önmagunkkal szeressük a felebarátot (húngaro)

  Den Nächsten mit Hingabe lieben (alemán)

  Amare il prossimo con tutto se stesso (italiano)

Bandera de España - Wikipedia, la enciclopedia libre  Amar al prójimo con todo tu ser.

Y concluía: “No se asusten, nuestro tren tiene ramales por todo el mundo y se puede amar en todos los idiomas. Qué hermoso saber que nuestro amor personal se une al de muchos otros en todos los continentes”.

HR