El card. Bea visita, en el 1965, el Centro Mariapoli de Rocca di Papa

Desde el Trentino (en el norte de Italia), de forma casi imperceptible, a finales de los años 40 el espíritu de los Focolares cruzó las fronteras de la región, a través de la invitación a los focolarinos a ir a Milán, Roma, Florencia, Sicilia. Y, silenciosamente, florecieron comunidades cristianas según el modelo de la comunidad de Trento, donde después de pocos meses eran más o menos 500 las personas comprometidas a vivir ese espíritu evangélico a imitación de los primeros cristianos.

Pero precisamente en esos años de extraordinario fervor e irradiación, la Iglesia empezó a estudiar el Movimiento con interés. Fue un largo período de estudio y análisis, de inseguridad y dudas. Los años Cincuenta y la primera parte de los Sesenta se vivieron en la incertidumbre de una aprobación que parecía que no llegaba nunca.

La espiritualidad naciente, que tenía su raíz en la Escritura, ponía de relieve palabras poco escuchadas antes del Concilio Vaticano II; como: “unidad”, “Jesús en medio” de la comunidad, “Jesús abandonado”, etc. Además eran jóvenes laicas que trataban de vivir las palabras del Evangelio y no sólo de leerlas y comentarlas, por lo que parecían “protestantes”. Y su forma de practicar la comunión de bienes para organizar la ayuda concreta a los pobres, parecía “comunista”. Para ellas, en cambio, se trataba de vivir como los primeros cristianos y encontraban una especial afinidad con esa época en que la Iglesia todavía no estaba dividida.

Así en los años Cuarenta y Cincuenta, sin saberlo, los Focolares tejían hilos invisibles con las mayores corrientes que atravesaban el mundo cristiano y que serían asumidas en el Concilio Vaticano II. La atención al Evangelio se encontraba en perfecta sintonía con el movimiento bíblico; el querer vivir por la unidad ligaba a los focolarinos al movimiento ecuménico (desde 1960). Se encontraron preparados, cuando la coyuntura religiosa y social lo exigió, para el diálogo con fieles de otras religiones y personas sin una referencia religiosa; y además, el haber nacido de una laica, para los laicos, los hacía estar en plena sintonía con el surgimiento del laicado en la Iglesia.

Esta nueva pasión por la unidad fue reconocida y acogida plenamente en su seno por la Iglesia católica en 1962, que en la vigilia del Concilio aprobó el Movimiento de los Focolares u Obra de María, en su núcleo central.

Hechos de vida

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PALABRA DE VIDA ABRIL 2021

 
«Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas» (Jn 10, 11).
 
Las imágenes de la cultura bíblica, con el ritmo tranquilo de la vida nómada y el pastoreo, parecen alejadas de nuestra exigencia diaria de eficiencia y competitividad. Y, sin embargo, a veces también hoy sentimos la necesidad de detenernos, […]

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PALABRA DE VIDA Febrero 2021

 
«Sean misericordiosos, así como su Padre es misericordioso» (Lc 6, 36).
Al evangelista Lucas le gusta subrayar la grandeza del amor de Dios a través de una cualidad que, ciertamente, le parece que la describe al máximo: la misericordia.
En las Sagradas Escrituras, este es –podríamos decir– el rasgo materno del amor de Dios, con el cual […]

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LLEGAN LOS CONCIERTOS DE NAVIDAD L I F E L I V E C A R E

 
El 19 y 20 de diciembre 2020, el Gen Rosso llevará a cabo 3 conciertos de Navidad
en 3 horarios diferentes con el fin de facilitar la participación en cada uno de los hemisferios.
 
La epidemia que estamos padeciendo está trastornando nuestro modo de vivir y relacionarnos con los demás y con el mundo. Su impacto nos […]

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